Giralda

Giralda es el nombre que recibe la torre campanario de la catedral de Santa María de la Sede de la ciudad de Sevilla, en Andalucía (España). La parte inferior de la torre corresponde al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que la parte superior es una construcción sobrepuesta en el siglo XVI, en época cristiana, para albergar las campanas. En su cúspide se halla la estatua de bronce que representa el Triunfo de la Fe y que tiene función de veleta, el Giraldillo.[1]

Mide 94,69 m metros de altura.[2]

El 29 de diciembre de 1928 la catedral, incluida la Giralda, fue declarada Monumento Nacional.[3]​ En 198...Leer más

Giralda es el nombre que recibe la torre campanario de la catedral de Santa María de la Sede de la ciudad de Sevilla, en Andalucía (España). La parte inferior de la torre corresponde al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que la parte superior es una construcción sobrepuesta en el siglo XVI, en época cristiana, para albergar las campanas. En su cúspide se halla la estatua de bronce que representa el Triunfo de la Fe y que tiene función de veleta, el Giraldillo.[1]

Mide 94,69 m metros de altura.[2]

El 29 de diciembre de 1928 la catedral, incluida la Giralda, fue declarada Monumento Nacional.[3]​ En 1987 el conjunto del Alcázar, el Archivo de Indias y la catedral, con su torre, fueron considerados Patrimonio de la Humanidad.[4]

Existen réplicas y edificios inspirados en ella en España y en varios países del mundo.[5]

 Lámina de Alejandro Guichot que muestra los tres estados de la Giralda. A la izquierda la primitiva torre almohade (siglo XII), a la derecha una fase intermedia después de la caída del yamur que coronaba la torre (1356), y en el centro la torre actual, con el remate renacentista del campanario (siglo XVI).Período almohade

Durante el período almohade, Abu Yaacub Yúsuf, que gobernó entre 1163 y 1184, y Abu Yúsuf al-Mansur, que gobernó entre 1184 y 1199, pusieron la capital de Al-Ándalus en Isbiliya (Sevilla).[1]​ Esto trajo a la ciudad una actualización de sus infraestructuras procediéndose a la construcción de algunas grandes edificaciones.[2]

La primera mezquita mayor, construida en el 829 y situada donde actualmente está la iglesia del Salvador, se quedó pequeña.[3]​ En 1172 se inició la construcción de una nueva, encargándose de ello el jefe de los arquitectos, Ahmad Ben Baso y los arquitectos constructores de Marrakech y Fez. En 1176 se paralizó la construcción por la marcha a África del califa, cuando solo faltaba por instalar la solería y las vidrieras. Con posterioridad, el 14 de abril de 1182, Abu Yaacub Yúsuf pronunció la primera jutba en la mezquita.[3]

El 26 de mayo de 1184 Abu Yaacub Yúsuf mandó construir el alminar cuando llegó a Sevilla de paso para su campaña contra Santarém. También mandó construir una muralla que quedaría unida al alminar. Sin embargo, las obras no empezaron en aquel momento.[4]

Salió el califa el 7 de junio, hacia Badajoz, para luego dirigirse al oeste para sitiar la población de Santarém a la que llegó el 27 de junio. Esta ciudad estaba defendida por Alfonso I de Portugal. El asedio duró hasta julio de 1184 y el 29 de julio resultó muerto en combate.[5][6]​ El nuevo califa, Abu Yúsuf al-Mansur (conocido entre sus súbditos como Muminin) fue proclamado el 10 de agosto de 1184, en el Alcázar de Sevilla.[7]

La construcción del alminar debió comenzar en otoño de 1184.[8]​ El que inició su construcción fue Ahmad Ben Baso. En la excavación para la cimentación encontró un manantial que fue cegado con piedras y cal, creando una superficie plana sobre la que situar los cimientos.[9]​ Sondeos realizados en 1987 parecen evidenciar que los cimientos alcanzaron un máximo de cerca de nueve metros de profundidad, con una base cuadrada de 17,50 metros de lado.[10][11]

Las piedras que se emplearon, llamadas tayud al adi, fueron extraídas del muro del palacio del Alcázar de Ibn Abbad. Los muros de este palacio tenían características defensivas. Las piedras fueron bajadas sin necesidad de escaleras, ya que a estos muros se ascendía por una cuesta apta para caballos.[8]

En la década de 1990 se descubrieron siete aras romanas embutidas en la primera hilada de pavimentación. En la esquina suroriental, una de las aras, datada en la segunda mitad del siglo II d. C.,[12]​ conserva un epígrafe dedicado a un "difusor oleario" llamado M. Iulius Hermesianus, procedente de Astigi, donde han aparecido otras inscripciones referentes a la misma persona.[13]

Las obras se paralizaron entre 1184 y 1185,[14]​ cuando fue destituido Ibn Said, el almojarife encargado del registro de los gastos, hasta que llegó para sustituirle Abu Bakr entre 1188 y 1189. Entonces se reanudaron las obras, a cargo del alarife Alí al-Gumari (también conocido como Alí de Gomara), con ladrillo.[8]​ La torre está realizada de este material a partir de los dos metros del suelo.[10]​ Las obras continuaron de forma intermitente a causa de los frecuentes viajes que el alarife hacía a Marrakech.[8]

El 19 de julio de 1195 Abu Yaacub al-Mansur derrotó a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos. Al regresar ordenó la realización de unas grandes esferas de bronce dorado para ser colocadas en la parte superior del alminar. También encargó que estas se situaran sobre una marqaba con una columna grande de hierro cuya base se cimentaba en el alminar. Un cronista del siglo XIV, Ibn Abi Zar, nos dice que estas esferas fueron realizadas por Abul Layz al-Sigilli, que en su dorado se gastaron 100.000 dinares de oro y que, dadas las enormes dimensiones de la bola mayor, no entró por la puerta de los Almuédanos, sino arrancando algo de mármol de la parte inferior.[10]​ Fueron colocadas el 10 de marzo de 1198 en presencia de Abu Yúsuf al-Mansur.[10]​ Estas cuatro bolas o manzanas doradas ensartadas en un vástago vertical reciben el nombre de yâmûr en la cultura árabe y se ha utilizado, aunque no siempre, para coronar mezquitas.[15]

El esquema del alminar deriva del modelo de la mezquita de Córdoba. El primer cuerpo tenía 50,51 m de alto y una planta cuadrada de 13,61 m de ancho. El segundo cuerpo medía 14,39 m de alto y su planta era cuadrada de 6,83 m de ancho. Sobre el segundo cuerpo había una cúpula y sobre esta el yâmûr.[16]​ La altura total de la torre era de 82 metros.[17]

El transcurso de las obras se conoce con detalle gracias a las crónicas de Ibn Sahib al-Salá.[18]

Período cristiano  Réplica del Giraldillo de 1998, situada en la puerta de San Cristóbal de la catedral.

En 1248, el rey castellano-leonés, Fernando III, conquistó la ciudad de Sevilla y la mezquita fue consagrada como templo cristiano. Algo habitual cuando los cristianos conquistaban poblaciones musulmanes era añadir campanas a los alminares, así como retirar el yâmûr para colocar una cruz y, bajo ella, una veleta, aunque este yâmûr no se retiró.[19]

No obstante, el 24 de agosto de 1356 se produjo un terremoto que trajo consigo el derrumbamiento de las cuatro bolas.[20]​ No existe demasiada información sobre el aspecto de la torre entre este acontecimiento y el siglo XV.[19]​ Al parecer, esta estructura fue sustituida por una espadaña con una campana y, en algún momento posterior, la torre se coronó con una cruz.[21]

En 2008 la investigadora Begoña Alonso Ruiz descubrió el plano más antiguo que se conserva de la catedral de Sevilla, en el monasterio de Bidaurreta,[22]​ El documento está datado entre 1480 y 1498 y es posible que sea una copia del plano original, que debió dibujarse entre 1433 y 1439. En este plano no figura ni el antiguo minarete ni el antiguo patio de las abluciones, que finalmente sí se mantuvieron.[23]

 Pinturas murales realizadas por Luis de Vargas a mediados del siglo XVI.

A mediados del siglo XVI, el canónigo Francisco Pacheco diseñó un programa iconográfico con murales para decorar la Giralda. Los frescos fueron realizados por el pintor Luis de Vargas entre 1553 y 1558. Gracias al cuadro de las Santas Justa y Rufina realizado por Miguel de Esquivel en 1620[24]​ se sabe que en la fachada norte, debajo del primer balcón, estaba la Anunciación. A la izquierda y a la derecha de este balcón, en dos superficies de estuco que aún existen, estaban las imágenes de San Isidoro y San Leandro a un lado y las Santas Justa y Rufina al otro. Encima de este balcón, había una pintura de Cristo Crucificado con la Virgen María y San Juan Evangelista. A los lados de los demás balcones había otras pinturas de santos.[25]​ En 2018, durante la restauración, se demostró que, en el siglo XVI, la Giralda estaba pintada con un color rojizo.[26]​ Las pinturas murales de Luis de Vargas estaban muy deterioradas a finales del siglo XIX y se perdieron, junto con restos de su color rojizo, en la restauración realizada entre 1881 y 1883 por Adolfo Fernández Casanova.[27][28]

El 6 de junio de 1556 falleció el maestro mayor de la catedral, Martín Gaiza, y el cabildo convocó un concurso para escoger a su sustituto, al que se presentaron los maestros mayores de las principales ciudades andaluzas: Hernán Ruiz, Andrés de Vandelvira, Francisco del Castillo, Juan de Orea, Luis Machuca y Pedro de Campo. También se presentó Miguel Gainza, que había sido aparejador en la catedral desde 1542. El 14 de diciembre de 1557 fue escogido Hernán Ruiz. Al parecer, llegó de Córdoba con un proyecto definitivo de cómo debería renovarse la torre y contaba incluso con una maqueta de escala 1:50.[29]​ En su diseño, Hernán Ruiz añadió un completo cuerpo de campanas. Las obras empezaron en abril, ya que constan el inicio de los pagos realizados de ladrillo y yeso.[29]​ Las obras fueron especialmente lentas los primeros años, aunque hubo mayores adelantos a partir de 1562.[29]

Precedentes estilísticos
 
Alminar de la mezquita Hasan, Rabat), siglo XII.
 
Mezquita Kutubia, Marrakech.
La torre Hasan y el alminar de la merzquita Kutubia, ambos en Marruecos, constituyen dos brillantes precedentes de la Giralda.

En 1565, las obras de edificación ya estaban acabadas.[30]

En la semana del 10 al 16 de diciembre de 1565 se pagaron 10 ducados a Luis de Vargas, su criado y un oficial flamenco que habían pintado en la torre cinco días. En 1566 se realizaron grandes cuadros para la fachada norte. Concluidas las pinturas de la torre, se procedió a realizarse la estatua que la coronaría, que hace la función de veleta. La obra, una alegoría de la Fe, fue realizada por Bartolomé Morel y colocada el 13 de agosto de 1568.[31]​ Originalmente, la palabra "Giralda" hacía referencia a esta escultura y como tal aparece mencionada en El viaje entretenido (1603) de Agustín de Rojas Villandrando o en El Quijote (1605) de Miguel de Cervantes, que residió en la ciudad desde 1588. La propia palabra "Giralda" es definida por la RAE como una veleta con forma humana o animal.[32]​ Al final esa denominación se aplicó al conjunto de toda la torre y la escultura pasó a ser conocida como Giraldillo.

Falcón Márquez, 1989, p. 21. Bosch Vilá, 1984, p. 154. a b Falcón Márquez, 1989, p. 22. Falcón Márquez, 1989, pp. 26-27. Bosch Vilá, 1984, p. 165. «La conquista de Santarem». Ayudamos a Conocer. Archivado desde el original el 27 de septiembre de 2016. Consultado el 24 de septiembre de 2016.  Bosch Vilá, 1984, p. 166. a b c d Falcón Márquez, 1989, p. 27. Bosch Vilá, 1984, p. 268. a b c d Falcón Márquez, 1989, p. 28. Jiménez Martín, Alfonso (2007). «Nota sobre la mezquita mayor de la Sevilla almohade». Artigrama (22). ISSN 0213-1498. Consultado el 8 de octubre de 2016.  Genaro Chic García, Enrique Alberto García Vargas, Ana Salud Romo Salas y Miguel Ángel Tabales Rodríguez (2001). «Una nueva inscripción annonaria de Sevilla: "M. Iulius Hermesianus, diffusor olei ad annonam Urbis"». Habis (32): 353-374. ISSN 0210-7694.  Miguel Ángel Tabales Rodríguez (2001). «Algunas aportaciones arqueológicas para el conocimiento urbano de Hispalis». Habis (32): 387-423. ISSN 0210-7694.  Enciclopedia general de Andalucía 9. Málaga: C & T. 2004.  musulmanesandaluces.org. «El yâmûr andalusí». Consultado el 9 de abril de 2014.  Falcón Márquez, 1989, p. 29. De Mena, 1985, p. 81. Falcón Márquez, 1989, p. 26. a b Falcón Márquez, 1989, p. 35. Sobrino, 2009, p. 606. Falcón Márquez y 1989, Láminas 21, 22 y 24. «Descubren el plano más antiguo de la catedral de Sevilla». Diario de Sevilla. Europa Press. 17 de julio de 2008.  «Con el plano hallado en Oñate podría levantarse de nuevo la Catedral de Sevilla». Diario de Sevilla. 25 de abril de 2009.  «Santas Justa y Rufina. Una devoción a través del arte». Archidiócesis de Sevilla. 17 de julio de 2018.  Enrique Valdivieso González. «Luis de Vargas». Real Academia de la Historia. Consultado el 23 de julio de 2019.  «La Giralda era roja, según revela su restauración». Efe. 5 de abril de 2018.  «El Excmo. Sr. D. Adolfo Fernández Casanova». Boletín de la Real Academia de la Historia XLVII. Septiembre-octubre de 1915.  Javier Macías (4 de enero de 2019). «Las pinturas murales que tuvo la Giralda de Sevilla hasta el siglo XIX». ABC de Sevilla.  a b c Falcón Márquez, 1989, p. 39. Falcón Márquez, 1989, p. 40. Falcón Márquez, 1989, p. 44. «Diccionario de la Lengua Española: Giralda». Real Academia Española. 
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