Évora o Ébora[2][3][4]​ es una ciudad portuguesa, capital del distrito homónimo. Está situada en la región de Alentejo, comunidad intermunicipal del Alentejo Central, y cuenta con una población de 53 591 habitantes (2021).[5]​ Évora es la única ciudad portuguesa miembro de la Red de ciudades más antiguas de Europa.

Su término municipal es uno de los más grandes de Portugal, con 1307,08 km²,[6]​ y está subdividido en 12 freguesias. Es sede de Distrito y antigua diócesis y metrópoli eclesiástica (Archidiócesis de Évora). Su centro histórico, b...Leer más

Évora o Ébora[2][3][4]​ es una ciudad portuguesa, capital del distrito homónimo. Está situada en la región de Alentejo, comunidad intermunicipal del Alentejo Central, y cuenta con una población de 53 591 habitantes (2021).[5]​ Évora es la única ciudad portuguesa miembro de la Red de ciudades más antiguas de Europa.

Su término municipal es uno de los más grandes de Portugal, con 1307,08 km²,[6]​ y está subdividido en 12 freguesias. Es sede de Distrito y antigua diócesis y metrópoli eclesiástica (Archidiócesis de Évora). Su centro histórico, bien conservado, es uno de las más ricos en monumentos del país, lo que le vale el calificativo de "Ciudad-Museo". En 1986 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.[7]

Neolítico

La región de Évora tiene una rica historia que se remonta a más de 7 mil años en el pasado, como demuestran monumentos megalíticos próximos como el dolmen de Aguiar ("Anta do Zambujeiro") y el crómlech de los Almendros[1]​ construido a finales del sexto milenio a.c. En la región prosperaron algunos asentamientos neolíticos, de los que el más cercano estuvo situado en el Alto de São Bento. Otro pueblo con estas características fue Castillo de Giraldo, habitado continuamente desde el tercer milenio hasta el primer milenio antes de Cristo, el cual fue posteriormente ocupado esporádicamente durante la época medieval.[2]​ Las excavaciones arqueológicas, sin embargo, no han mostrado hasta ahora si la zona de la actual ciudad estaba habitada antes de la llegada de los romanos.

Antigüedad clásica

Según una leyenda popularizada por el humanista y escritor eborense André de Resende (1500-1573), Évora fue sede de las tropas del general romano Sertorio que, junto a los lusitanos, enfrentó a las tropas del Ejército romano.[1][3]​ Lo que se sabe con certeza es que Évora fue elevada a la categoría de municipium bajo el nombre de Ebora Liberalitas Julia, en honor a Julio César.[1]

 Templo romano de Diana al atardecer.

En la época del emperador Augusto (63 a. C.-14 d. C.), Évora se integró en la provincia de Lusitania y se benefició de una serie de transformaciones urbanas, de las que el templo romano de Évora - dedicado probablemente al culto imperial - es el vestigio más importante que sobrevive hasta la actualidad, junto con las ruinas de los baños públicos.[1]​ En la parroquia de Tourega se hallan los restos bien conservados de una villa romana. Los restos de esta villa muestran que alrededor de la ciudad, sobre todo junto a la carretera romana para Salacia (Alcácer do Sal) había granjas mantenidas por la clase alta de propietarios.[1]

Después de dos siglos de guerras, la Pax Romana creó finalmente las condiciones que permitieron que el emperador Augusto iniciase la gran reforma administrativa de Hispania. Ciertamente fue en este contexto que se trazaron los cimientos del urbanismo romano de Évora, entonces integrada en la provincia de Lusitania, y se fundaron sus principales edificios públicos. Sin embargo, con la excepción del templo imperial y de las termas públicas, pocos vestigios se han conservado hasta la actualidad.[3]​ En el siglo III, en un contexto de inestabilidad del Imperio, la ciudad estuvo rodeada por una muralla, de la cual algunos elementos todavía existen hoy.[1]

Época visigoda y morisca

La época visigoda corresponde a un periodo oscuro de la ciudad. Durante la dominación musulmana, la ciudad experimentó un nuevo periodo de esplendor económico y político gracias a su ubicación privilegiada. Las murallas de la ciudad fueron reconstruidas sobre las romanas, construyéndose un alcázar y una mezquita sobre el área de la acrópolis romana.[1]

Baja Edad Media (Dinastía de Borgoña)  Catedral de Évora y fuente en la plaza de Portas de Moura

La toma de Évora a los musulmanes aconteció en 1165 por acción del caballero Gerardo Sempavor responsable de la captura cristiana de diversos lugares del Alentejo. Así se abrió una nueva etapa de crecimiento de la ciudad, que llegó a ser en el siglo XVI la segunda ciudad más importante del Reino de Portugal.[1]​ Alfonso Enríquez le otorgó su primera carta (Carta de los derechos feudales) en 1166, estableciéndose en la ciudad la Orden de Calatrava (más adelante Orden de Avis). Entre los siglos XIII y XIV se edificó la catedral de Évora, una de las más importantes catedrales medievales portuguesas, construida en estilo gótico y enriquecida con numerosas obras de arte a través de los siglos. Además de la catedral, en la zona del antiguo foro y alcázar se construyó el primitivo ayuntamiento y los palacios de la nobleza local. Desde el siglo XIII se instalaron en los extramuros de la ciudad varios monasterios de órdenes religiosas, lo que contribuyó a la formación de nuevos núcleos urbanos. La zona de extramuros todavía contaba con un barrio judío y una morería.[1]

El crecimiento de la ciudad a partir del primitivo núcleo árabe llevó a la construcción de un nuevo anillo de murallas en el siglo XIV, durante el reinado de Dionisio I de Portugal Las principales plazas de la ciudad fueron la Plaza de Giraldo, (originalmente Plaza Grande), Largo das Portas de Moura y Rossio. La Plaza de Giraldo acogió una feria anual desde 1275 y también fue sede del ayuntamiento desde el siglo XIV, así como de la prisión.[1]

Edad Moderna (Dinastía de Avís)  Nuevo fuero de Évora, concedido por el rey Manuel I.

Con el paso del tiempo, sobre todo a partir del siglo XVI, el "Rossio" comenzó a concentrar las ferias y los mercados de la ciudad.[1]​ El siglo XVI trajo el momento de mayor importancia de Évora en el panorama portugués, convirtiéndose la ciudad en uno de los más importantes centros culturales y artísticos del reino.

 Una representación de Évora en 1503, cuando la ciudad estaba floreciendo con las riquezas de los descubrimientos.

A partir del reinado de Juan II y sobre todo durante los reinados de Manuel I y Juan III, Évora se vio favorecida por los reyes de Portugal, quienes pasaron largas estancias en la metrópoli. Varias familias nobles (Vimioso, Codovil, Gama, Cadaval y otros) se establecieron en la ciudad y erigieron palacios. Manuel I le dio una nueva carta foral en 1501 y construyó su palacio real en Évora, en una mezcla de los estilos mudéjar, manuelino y renacentista.[1]​ Juan III ordenó la construcción de la Iglesia de Gracia, templo renacentista donde planeaba ser enterrado, y durante su reinado se construyó el Acueducto de Agua Plata de Francisco Arruda.[1]​ En esa época vivieron en la ciudad artistas como el poeta García de Resende, pintores como Frei Carlos, Francisco Henriques o Gregorio Lopes, el escultor Nicholas Chanterenne y estudiosos y pensadores tales como Francisco de Holanda y André de Resende.[1]

En 1540, la diócesis de Évora fue elevada a Arquidiócesis y el primer arzobispo de la ciudad, el cardenal infante Enrique I de Portugal, fundó en 1550 la Universidad de Évora, afectada a la Compañía de Jesús.[1]

Dinastía de Braganza

Para la ciudad de Évora, fue un fuerte golpe la extinción de la prestigiosa universidad en 1759 (que sería restaurada cerca de dos siglos después), a raíz de la expulsión de los jesuitas del país por orden del marqués de Pombal.[1]​ En los siglos XVII y XVIII fueron renovados o construidos desde cero en estilo manierista edificios importantes de la ciudad.[1]​ En el patrimonio de Évora se destaca el presbiterio barroco de la catedral, diseñado por el arquitecto Johann Friederich Ludwig, y muchos altares y paneles de azulejos que cubren el interior de las iglesias y de la Universidad.[1]

En la secuencia de la primera invasión francesa de Portugal, comandada por el general Junot, ocurrió la batalla de Évora que tuvo lugar el 29 de julio de 1808, durante la Guerra Peninsular. El ejército portugués, en inferioridad numérica, intentó detener a una división francesa-española comandada por Louis Henri Loison, pero fue derrotado.[4]​ Liderados por el general napoleónico Loison, conocido como Maneta ("con una sola mano"), los franceses irrumpieron en la ciudad, que fue defendida por soldados portugueses y españoles, milicianos y ciudadanos armados.[5]​ Irrumpiendo en la ciudad, los atacantes mataron combatientes y no combatientes por igual, antes de saquear el lugar.[6]

En el siglo XIX, Évora pasó por muchas transformaciones urbanas, algunas de dudosa calidad. En la plaza Giraldo, la cárcel y el antiguo ayuntamiento manuelino fueron demolidos y en su lugar se construyó el edificio del Banco de Portugal, mientras que la sede del ayuntamiento se trasladó al Palacio de los Condes de Sortelha, en la Plaza de Sertorio.[1]​ El Convento de San Francisco también fue demolido (la iglesia gótica se salvó) y en su lugar se construyó una nueva área habitacional y un mercado.[1]​ En lugar antes ocupado por el Convento de Santo Domingo se erigió el Teatro García de Resende (c. 1892). Las murallas medievales se conservaron en gran parte, pero de las entradas antiguas sólo se mantuvo la Puerta de Avis. En el siglo XX se construyó una carretera de circunvalación alrededor del perímetro de la muralla, que ayudó en su preservación.[1]

a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t «Évora». Turismos - Casas de Portugal (en portugués). Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 7 de enero de 2016.  «Ruínas do Castelo de Giraldo». Guia da Cidade (en portugués). Consultado el 7 de enero de 2016.  a b «Das origens ao séc.XII». Câmara Municipal de Évora (en portugués). Archivado desde el original el 27 de enero de 2012. Consultado el 7 de enero de 2016.  Amaral, Manuel (2008). «O saque de Évora pelo exército francês em 1808 - "e foi tanto o estrago feito no inimigo que passadas duas horas de combate, à vista de terem feito a mortandade de três para quatro mil homens, inimigos, mandaram os Comandantes vários Oficiais ao Palácio da minha residência participar-me que a vitória era nossa" (El saqueo de Évora por el ejército francés en 1808 - "y fue tanto el daño infligido al enemigo que después de dos horas de lucha, dada la muerte de tres a cuatro mil enemigos, los varios Comandantes, oficiales del Palacio, enviaron desde mi residencia, la declaración que la victoria era la nuestra ")». O Portal da História (en portugués). Consultado el 7 de enero de 2016.  «As Movimentações Militares do Exército Napoleónico no Alentejo em 1807-1808 (Movimientos militares del ejército napoleónico en Alentejo en 1807-1808)». Revista Militar (en portugués). p. 7. Consultado el 7 de enero de 2016.  «Massacres - Évora» (en portugués). Público. 18 de noviembre de 2007. Consultado el 7 de enero de 2016. 
Fotografías por:
Paolo Querci - CC BY-SA 3.0
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