Parc del Laberint d'Horta
( Parque del Laberinto de Horta )El parque del Laberinto de Horta (en catalán: parc del Laberint d'Horta) es un jardín histórico ubicado en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona. Es el jardín más antiguo que se conserva en la ciudad. Se encuentra en la antigua finca de la familia Desvalls, en una ladera de la sierra de Collserola. Iniciado en 1794 y acabado en su primera fase en 1808, fue obra del arquitecto italiano Domenico Bagutti. El recinto incluye un jardín neoclásico del siglo XVIII y un jardín romántico del siglo XIX.[1] Se abrió al público en 1971.
Este espacio cuenta con numerosas obras de arte —principalmente esculturas—, así como diversos estanques, cascadas, fuentes y un canal que recorre el recinto superior. En la jardinería destaca especialmente el laberinto, realizado con cipreses recortados, así como algunos ambientes de diferentes ...Leer más
El parque del Laberinto de Horta (en catalán: parc del Laberint d'Horta) es un jardín histórico ubicado en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona. Es el jardín más antiguo que se conserva en la ciudad. Se encuentra en la antigua finca de la familia Desvalls, en una ladera de la sierra de Collserola. Iniciado en 1794 y acabado en su primera fase en 1808, fue obra del arquitecto italiano Domenico Bagutti. El recinto incluye un jardín neoclásico del siglo XVIII y un jardín romántico del siglo XIX.[1] Se abrió al público en 1971.
Este espacio cuenta con numerosas obras de arte —principalmente esculturas—, así como diversos estanques, cascadas, fuentes y un canal que recorre el recinto superior. En la jardinería destaca especialmente el laberinto, realizado con cipreses recortados, así como algunos ambientes de diferentes estilos, desde el neoclásico hasta el romántico. En el jardín doméstico hay realizaciones de arte topiario. El recinto ha contado a lo largo de su historia con la visita de varios monarcas, como Carlos IV, Fernando VII y Alfonso XIII, y ha sido escenario de representaciones teatrales y diversos actos culturales. En la actualidad es un jardín-museo que cuenta con un instituto municipal para la formación en jardinería.
Este parque está considerado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) en el Inventario del Patrimonio Cultural catalán con el código 08019/2844.[2]
El artífice de estos jardines fue el aristócrata Juan Antonio Desvalls y de Ardena, VI marqués de Lupiá, III marqués de Poal y marqués consorte de Alfarrás. En 1791 compró un terreno de 54,07 ha de extensión en el pueblo de Horta, que por aquel entonces era un municipio independiente (anexionado a la ciudad de Barcelona en 1904).[1] Actualmente 9,10 ha de la finca original se destinan a parque público y el resto a bosque.[2]
Juan Antonio Desvalls (1740-1820) era el típico personaje ilustrado de la época, interesado en las ciencias y las artes, con conocimientos de matemáticas, ciencias físicas, historia, economía y bellas artes; también dominaba varios idiomas, como el francés y el italiano.[3] Fue discípulo y colaborador del matemático y filósofo Tomàs Cerdà. Desde 1799 hasta 1808 y de 1814 a 1820 fue vicepresidente de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Escribió diversos trabajos sobre física, zoología y meteorología, como la Disertación sobre los terremotos de 1783 o El aerómetro o pesalicores de 1791.[4] En 1808 contribuyó a la resistencia contra las tropas napoleónicas y, en 1812, el consistorio barcelonés lo eligió como representante de la ciudad en las Cortes de Cádiz, aunque no asistió por motivos de salud.[5]
En 1794 comenzaron las obras. El propio Desvalls intervino en el diseño del jardín, de estilo neoclásico, con la colaboración del arquitecto italiano Domenico Bagutti. La ejecución de las obras corrió a cargo del maestro de obras Jaume Valls y su hijo Andreu, mientras que de las plantaciones se encargó el jardinero francés Joseph Delvalet.[6]
Ampliaciones y visitas realesA mediados del siglo XIX, Joaquín Desvalls y Sarriera, VIII marqués de Lupiá y V de Alfarrás, encargó a Elías Rogent la ampliación del jardín por el lado del torrente d'en Pallós. Este arquitecto trazó un «jardín romántico» con parterres, plazas, grandes árboles y una cascada, y añadió al jardín neoclásico un canal de agua entre la terraza superior y la intermedia, construido en 1853.[7]
En 1880, Juan Bautista Desvalls y de Amat, XI marqués de Lupiá y VII marqués de Alfarrás, promovió la creación de un «jardín doméstico», de estilo ecléctico, al lado del palacete Desvalls. Contaba con un invernadero —desaparecido en la restauración de 1971—, una plantación de camelias y realizaciones de arte topiario.[8][7]
Los jardines recibieron las visitas de los reyes Carlos IV (1802), Fernando VII (1828) y Alfonso XIII (1908 y 1930).[9] El 18 de octubre de 1802 visitaron los jardines Carlos IV, su esposa la reina María Luisa de Parma y sus hijos Fernando, Carlos, Francisco, María Isabel, María Luisa y María Amalia. El motivo del viaje fueron las nupcias entre Fernando y María Antonia de Nápoles y entre María Isabel y Francisco Genaro de Nápoles.[10] En la base del muro del pabellón llamado de Carlos IV hay una lápida de mármol con una inscripción alusiva a la visita del monarca:
El barón de Maldá recogió la visita real en su Calaix de sastre:[10]
Fernando VII visitó la finca el 20 de marzo de 1828, junto a su esposa la reina María Josefa Amalia de Sajonia. El monarca reposaba en el Palacio Real de Barcelona de un ataque de gota. La familia Desvalls colocó en recuerdo de esta visita los dos leones que hay en la puerta del jardín de los Bojes, que sostienen unos escudos con la inscripción «A S. R. M. Don Fernando VII En celebridad de su augusta presencia. A S. R. M. Doña Josefa Amalia. En esta quinta día 20 marzo 1828».[12]
A finales del siglo XIX y principios del xx los Desvalls celebraron en la finca numerosas veladas sociales y culturales, como representaciones de teatro al aire libre. El 10 de octubre de 1898 promovieron el estreno de la tragedia Ifigenia en Táuride de Goethe, traducida por Joan Maragall y dirigida por Adrià Gual. El 23 de octubre de 1908, en ocasión de la visita de Alfonso XIII, se representó El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, traducida por Josep Carner y dirigida igualmente por Adrià Gual.[13] El rey acudió acompañado de su esposa la reina Victoria Eugenia. Los Desvalls colocaron en su honor el pilar conmemorativo que hay junto a la entrada al laberinto, con la siguiente inscripción: «SS. MM. Los reyes Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia honraron con su visita estos jardines el día 23 de octubre de 1908».[14]
En 1930, con motivo de una nueva visita del rey en ocasión del Centenario del Romanticismo, hubo representaciones de danza clásica a cargo del cuerpo de baile del Teatro del Liceo, dirigido por Paula Boronat.[15] La representación tuvo lugar el 5 de junio, organizada por Santiago Marco, presidente de Fomento de las Artes Decorativas. El rey acudió acompañado de la reina y de numerosas autoridades civiles y eclesiásticas. Además de las danzas se recitaron poemas y se sirvió una merienda de leche, chocolate, ensaimadas y barquillos.[16]
Parque público Miquel Utrillo y Joan Maragall en los jardines (1898)En 1968 la familia Desvalls entabló negociaciones con el Ayuntamiento de Barcelona para la venta de la finca. Para ellos el mantenimiento de la propiedad era costoso y no podían sacarle otro rendimiento, ya que la finca estaba calificada como parque urbano en el Plan Comarcal de 1953.[17] Se estableció el valor de la propiedad en 70 691 000 pesetas, para cuyo pago se acordó una permuta con un terreno de valor similar situado en Pedralbes. Este terreno, de 9265 m², se encontraba entre la avenida del Generalísimo Franco (actualmente Diagonal), la plaza de Pío XII, la avenida de la Victoria (actualmente Pedralbes) y la calle del Doctor Ferran. El acta notarial fue firmada por ambas partes el 17 de enero de 1968.[18]
Durante los dos años siguientes, el director de Parques y jardines de Barcelona, Joaquim Casamor, restauró el jardín para su reapertura. Algunos de los trabajos llevados a cabo fueron: limpiar y dragar minas, construir muros, vallas y canalizaciones de riego, instalar una red de alumbrado, servicios públicos y mobiliario urbano, delimitar el parque urbano, reconstruir las obras arquitectónicas y rehabilitar el laberinto y demás especies vegetales. El escultor Josep Miret restauró algunas estatuas, mientras que el ceramista Josep Brossa reparó las balaustradas y los jarrones del jardín. El alcalde José María de Porcioles inauguró el nuevo parque el 18 de marzo de 1971, con la asistencia de Luis Desvalls y Trías, IX marqués de Alfarrás.[19]
La excesiva afluencia de visitantes a partir de los años 1970 ocasionó la degradación de diversos elementos vegetales y ornamentales, motivo por el cual el Ayuntamiento encargó en 1994 a la arquitecta italiana Patrizia Falcone una nueva restauración del parque. Se plantaron un total de 80 264 plantas de 75 especies distintas y se recuperó el circuito hidráulico original. En el jardín romántico se creó un circuito cerrado para reaprovechamiento del agua. La restauración costó ochenta millones de pesetas, sufragados con fondos de la Unión Europea. El 25 de septiembre de 1994 el alcalde Pasqual Maragall reinauguró el parque.[20]
En 2006 se rodó una escena de la película El perfume del director Tom Tykwer. En la ficción el laberinto pertenece al jardín de un rico hacendado de la ciudad francesa de Grasse, Antoine Richis (interpretado por Alan Rickman), cuya hija será la última víctima del asesino Jean-Baptiste Grenouille (Ben Whishaw) y el elemento esencial de su perfume.[21]
Actualmente, el parque es un jardín-museo con un número de visitantes limitado (máximo setecientas cincuenta personas al mismo tiempo), para preservar el ámbito natural y las estructuras del área. El antiguo palacio acoge desde 1993 el Centro de Formación del Laberinto, instituto municipal para la formación en jardinería, así como una biblioteca especializada igualmente en jardinería.[22]
En 2016 el departamento de Parques y jardines reformó la red hidráulica del parque, tras la detección de unas fugas de agua en algunas de sus fuentes. En una intervención que duró diez meses, los operarios del parque variaron el estanque superior, el canal romántico y diecisiete fuentes; posteriormente impermeabilizaron estos espacios y los conectaron a una nueva red hidráulica, con algunos elementos conectados en circuito cerrado para el ahorro de agua.[23]
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