Contexto sobre San Sebastián

San Sebastián (cooficialmente en euskera, Donostia)[7]​ es una ciudad y municipio español situado en la costa del golfo de Vizcaya y a 20 kilómetros de la frontera con Francia. La ciudad es la capital de la provincia de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco. La población del municipio es de 187 850 habitantes (2021)[8]​ y su área metropolitana alcanza los 436 500 (2010). Es la cabecera de la Eurociudad Vasca Bayona-San Sebastián, una conurbación de más de 620 000 habitantes.

Sus principales actividades económicas son el comercio y el turismo,[9]​ constituyendo en el pasado uno de los más famosos destinos turísticos de España. Su paisaje, dominado por la bahía de La Concha, así como su desarrollo ar...Leer más

San Sebastián (cooficialmente en euskera, Donostia)[7]​ es una ciudad y municipio español situado en la costa del golfo de Vizcaya y a 20 kilómetros de la frontera con Francia. La ciudad es la capital de la provincia de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco. La población del municipio es de 187 850 habitantes (2021)[8]​ y su área metropolitana alcanza los 436 500 (2010). Es la cabecera de la Eurociudad Vasca Bayona-San Sebastián, una conurbación de más de 620 000 habitantes.

Sus principales actividades económicas son el comercio y el turismo,[9]​ constituyendo en el pasado uno de los más famosos destinos turísticos de España. Su paisaje, dominado por la bahía de La Concha, así como su desarrollo arquitectónico moderno iniciado en la segunda mitad del siglo XIX, que configuró una ciudad de corte francés y aburguesado, propiciaron el desarrollo de la actividad turística a escala europea. Todo ello, unido a eventos internacionales como el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el Festival de Jazz de San Sebastián, la Quincena Musical o el Festival de Cine de Terror, ha dado proyección exterior a la ciudad, a pesar de sus pequeñas dimensiones. Fue Capital Europea de la Cultura en 2016 junto con Breslavia, Polonia.

Mas sobre San Sebastián

Population, Area & Driving side
  • Población 188743
  • Área 60
Historial
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    Puerto de San Sebastián, dibujo topográfico de Pedro Texeira para su incompleta Descripción de España y de las costas y puertos de sus reynos, manuscrito dedicado a Felipe IV en 1634

    Consta la existencia de asentamientos romanos (de alrededor de los años 50-200 d. C.) en la actual Parte Vieja de la ciudad, según excavaciones realizadas en el convento de Santa Teresa, en las faldas del Monte Urgull.[1]​ En el mismo lugar se han constatado restos ya desde del siglo X, anteriores, por tanto, a la fundación de la villa y a las primeras menciones escritas.[2]

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    Puerto de San Sebastián, dibujo topográfico de Pedro Texeira para su incompleta Descripción de España y de las costas y puertos de sus reynos, manuscrito dedicado a Felipe IV en 1634

    Consta la existencia de asentamientos romanos (de alrededor de los años 50-200 d. C.) en la actual Parte Vieja de la ciudad, según excavaciones realizadas en el convento de Santa Teresa, en las faldas del Monte Urgull.[1]​ En el mismo lugar se han constatado restos ya desde del siglo X, anteriores, por tanto, a la fundación de la villa y a las primeras menciones escritas.[2]

    Fundación

    Si bien se desconoce de manera exacta su fundación, el primer dato lo aporta un documento del año 1014 de Sancho el Mayor de Navarra, según el cual el monasterio de San Sebastián se pone en manos del abad de Leyre y obispo de Pamplona. Dicho documento será confirmado, en 1101, por el rey Pedro Ramírez (Pedro I de Aragón, rey de Navarra y Aragón). Las primeras noticias escritas de San Sebastián hacen referencia a un monasterio, situado en el barrio que aún hoy se denomina San Sebastián El Antiguo. A aquel lugar se lo conoció primitivamente, según algunos historiadores, como Izurum. El término español San Sebastián y la palabra vasca Donostia hacen referencia etimológicamente a dicho santo; en el caso del euskera, de la evolución de la palabra Donesebastian, de Done (del latín, Domine) + Sebastian.

    En los siglos XI y XII, el monasterio de San Sebastián El Antiguo, al mismo tiempo que centro espiritual, lo era de la naciente vida social y administrativa de la población de esta zona, que, con el tiempo, de no ser por diversos avatares que tendrán lugar posteriormente, habría cristalizado en un municipio.

    San Sebastián fue fundada hacia 1180 por Sancho el Sabio, rey de Navarra, para ser puerto marítimo de Navarra, e inicialmente cumplió su misión como tal. Guipúzcoa, a partir del año 1200, fue conquistada y anexionada a la Corona de Castilla por el rey Alfonso VIII, enemigo de Sancho el Fuerte. Tradicionalmente, se ha tendido a creer que ese cambio de un reino a otro se dio a través de una negociación o pacto. Sin embargo, a tenor de la relectura de fuentes históricas conocidas, se sabe que San Sebastián pasó a Castilla mediante conquista militar.[3][4][5]​ En cualquier caso, los comerciantes de San Sebastián se acostumbraron rápidamente al cambio, puesto que pasó de ser el puerto de un pequeño Estado sin posibilidades de expansión territorial (Navarra), a servir de salida al mar de una monarquía, la castellana, mucho mayor, más rica y en plena expansión.

    Edad Media
     
    Iglesia de San Vicente, en la Parte Vieja. La primera se construyó en el siglo XIV. La actual es del siglo XVI

    Los Reyes de Castilla contaron en 1248 por primera vez con fuerzas navales de San Sebastián, que tomaron parte en inutilizar la escuadra de moros y el puente de Triana, cuyo resultado fue la rendición de la ciudad de Sevilla.

    Alfonso VIII juró los fueros e inició la larga serie de privilegios otorgados a San Sebastián, tendentes unos a mantener vivo el tráfico navarro y otros a conservar una situación privilegiada de los comerciantes donostiarras en el mercado español. Esta prosperidad es la que la hizo resurgir de los múltiples incendios que padeció a partir de 1266, llegando a arder por completo seis veces en dos siglos y cuarto.

    La guerra de los Cien Años, las guerras de bandos y la evolución de Navarra en dirección francesa por motivos dinásticos trajeron para San Sebastián, en la segunda mitad del siglo XIV, una consecuencia grave: el desplazamiento de las principales líneas de tráfico hacia Bilbao, sustituyendo a San Sebastián como centro de gravedad del tráfico comercial. En enero de 1489 un incendio redujo a cenizas la villa. Este desgraciado acontecimiento tuvo como medida la construcción en piedra de la villa. Este incendio sería el último de la época medieval de San Sebastián.

    A partir del último cuarto del siglo XV, San Sebastián pasó de ser un emporio mercantil gracias su situación estratégica, a ser plaza militar y su puerto principal, Pasajes, de ser esencialmente comercial a cumplir las funciones de base naval.

    Plaza militar: siglos XV-XIX
     
    Basílica de Santa María (s. XVIII), en la Parte Vieja

    Tras la catástrofe de 1489, más que de una reconstrucción de la villa hay que hablar de una nueva forma de vida de la colectividad donostiarra. A partir del último cuarto del siglo XV, San Sebastián pasará de ser un emporio mercantil, por su situación estratégica, a ser plaza militar; y su puerto principal, Pasajes, pasará de ser esencialmente comercial, a cumplir las funciones de base naval de la Escuadra Cantábrica, fuerza marítima que mantendrá durante siglos (hasta el XIX) la lucha contra las escuadras francesa, holandesa y británica.

    Este nuevo papel de San Sebastián como fortaleza, encargada de frenar las acometidas de los franceses, dará lugar a que la villa tome nuevos derroteros, por los cuales ganó los títulos de Noble y Leal. En el período entre los Reyes Católicos y Felipe V, trescientos años aproximadamente, la villa sufrió numerosos sitios. Este continuo estado de guerra supuso para San Sebastián un fuerte deterioro de su economía, motivado por los gastos en las fortificaciones, el mantenimiento de la guarnición y la continua caída del comercio marítimo, que, a partir de 1573, se agravó aún más, pues Sevilla adquirió el monopolio de las transacciones con América.

    Después de llevar dos siglos cumpliendo heroicamente su misión bélica, Felipe IV le concedió en 1662 el título de Ciudad. Hasta su fundación solo había pequeñas zonas residenciales en el barrio del Antiguo, en la Parte Vieja y en el valle del Urumea, emprendiendo hasta el siglo XV un lento proceso de crecimiento.

     
    Plaza de la Constitución, antiguo coso taurino

    En 1719 San Sebastián fue tomada, por primera vez, por un poderoso ejército francés mandado por el duque de Berwick, quien se encontró una ciudad débil en fortificaciones y una pequeña guarnición con escasez de víveres y munición. La ciudad estuvo ocupada por una guarnición de 2000 soldados franceses hasta el 25 de agosto de 1721 en que fue evacuada por el Tratado de La Haya.

    Durante la guerra de la Independencia, San Sebastián fue ocupada en 1808 por las tropas napoleónicas. Nombrado José I (José Bonaparte) soberano de España, entró el 9 de junio en San Sebastián y recorrió la calle de Narrica, en la que permanecieron todas las ventanas cerradas. En junio de 1813, los aliados (las tropas anglo-portuguesas, bajo el mando directo de sir Thomas Graham y teniendo por generalísimo al duque de Wellington, con un fuerte contingente de tropas y armas), sitiaron la ciudad. Después de varios días de intenso bombardeo y un primer asalto fallido, el 31 de agosto tuvo lugar el asalto definitivo, realizado a través de la brecha abierta en las murallas, lo que obligó a las tropas francesas a replegarse hacia el Castillo, donde capitularon el 8 de septiembre.

    El saqueo de las tropas anglo-portuguesas causó un gran incendio, del que solo se salvaron treinta y cinco casas, que servían de alojamiento para los oficiales británicos y portugueses, situadas en la misma calle, que hoy en día lleva el nombre de 31 de agosto en honor a ser la única calle que se salvó del incendio. Las tropas también iniciaron el ataque al Castillo, así como las edificaciones situadas al norte de la calle de la Trinidad (iglesias de Santa María y de San Vicente y conventos de San Telmo y de Santa Teresa).

    Siglo XIX: hacia el ensanche
     
    Plano del Ensanche de Cortázar, iniciado en la segunda mitad del siglo XIX y finalizado en 1913, un siglo después del inicio de la reconstrucción de la ciudad en 1813
     
    Parque y palacio de Ayete

    Tras la guerra, los vecinos más representativos se reunieron en las afueras, en Zubieta, y decidieron reconstruir la ciudad.

    En él año 1823, durante la invasión conocida como de Los Cien Mil Hijos de San Luis a pesar de la mala situación de sus defensas, aún no reconstruidas en su totalidad, la ciudad optó por la resistencia frente al ejército absolutista francés. Este, en vez de un sitio formal optó por un bloqueo por tierra y mar que duró desde 9 de abril hasta el 27 de septiembre, cuando la ciudad capituló.[6]

    La división del reino en cincuenta y dos provincias establece la capitalidad de Guipúzcoa en San Sebastián; hasta entonces esta se había turnado entre San Sebastián, Tolosa, Azpeitia y Azcoitia, en función de dónde se realizaban las reuniones de Juntas y residiera el corregidor (representante del rey en la provincia). Tras un nuevo traslado a Tolosa (1844), en 1854 se declara San Sebastián capital de la provincia. Se decide el retroceso de las aduanas al Ebro y el cierre de San Sebastián como puerto habilitado para el comercio con América.

    En la provincia se formaron dos bandos, carlistas y liberales, estos últimos partidarios de la Constitución. Ambos defendían los fueros, pero de diferente manera. San Sebastián optó por el liberalismo frente a la mayor parte de la Guipúzcoa rural.

    En 1863, y tras un intenso debate, se derribaron las murallas, que limitaban el desarrollo de la ciudad. El 4 de mayo, a los acordes de una marcha expresamente realizada para tal acontecimiento, se procedió a quitar la primera piedra que, hecha pedazos, se repartió entre los invitados de primera fila.

    San Sebastián cambió de orientación: terminada su etapa como fortaleza, pasó a cumplir la función de capital de la provincia, comenzando su expansión reflejada en el plan de Antonio Cortázar para la nueva ciudad.

    La Belle Époque donostiarra
     
    La reina María Cristina fue clave en la consolidación de San Sebastián como ciudad turística y de veraneo de la burguesía. Enamorada de la ciudad, veraneó en ella todos los años (salvo 1898) entre 1893 y 1928, un año antes de su muerte. El ayuntamiento la nombró Alcaldesa Honoraria en 1926 y se le dedicó un puente, la calle de la Reina Regente y el principal hotel de la ciudad, además de diversas esculturas
     
    Fuente Wallace original, situada en el Paseo de Francia
     
    Catedral del Buen Pastor, construida en 1897
     
    Vista del puerto en 1890

    A la muerte del rey Alfonso XII de España, en 1885, su viuda, la Reina Regente María Cristina, traslada todos los veranos la corte a San Sebastián, residiendo en el Palacio de Miramar. El Ayuntamiento de San Sebastián, en reconocimiento a la gran labor en favor de la ciudad, la nombró alcaldesa honoraria. Más adelante, ya en pleno desarrollo del Ensanche Cortázar, que dotó a la ciudad de su actual atractivo arquitectónico, la construcción del Casino en 1887 aumentó el número de veraneantes.

    De esta etapa son todos los edificios reseñables de la ciudad (aparte de los presentes en la Parte Vieja, los más antiguos), como la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián, la Escuela de Artes y Oficios (actual sede de Correos) y el Instituto Peñaflorida (luego ocupado por la Escuela de Ingenieros Industriales y hoy en día por el Centro Cultural Koldo Mitxelena), el Palacio de Miramar, el Teatro Victoria Eugenia, el Hotel María Cristina, las villas del Paseo de Francia o la estación del Norte, así como el resto de edificios del Área Romántica, todos ellos con un marcado estilo francés que hizo acreedora a San Sebastián del sobrenombre de Pequeña París o París del Sur.

    En 1914, y con el inicio de la I Guerra Mundial, San Sebastián se convirtió en la ciudad más cosmopolita de Europa. En su Casino se dieron cita todos los personajes de la vida europea, Mata Hari, León Trotski, Maurice Ravel, Romanones, Pastora Imperio, el torero de fama, el banquero ostentoso...; fueron los tiempos de la Belle Époque donostiarra, y en San Sebastián actuaron la compañía francesa de opereta, los ballets rusos, cantantes de ópera y muchos otros artistas famosos.

    En 1930, la ciudad acogió la reunión de políticos republicanos que se dio en llamar Pacto de San Sebastián, que tuvo una gran trascendencia en el posterior advenimiento de la II República el 14 de abril de 1931; de hecho, el primer gobierno republicano estuvo formado, en gran medida, por el núcleo de políticos participantes en el «pacto». La elección de la capital donostiarra se debió, por una parte, a la proximidad de la ciudad con la República Francesa y al hecho de que San Sebastián fuera la capital de verano de la Corte. Fernando Sasiaín, anfitrión del Pacto, fue el alcalde de San Sebastián durante la República.

    Dictadura franquista

    Al comenzar la Guerra Civil, el nacionalista vasco Telesforo Monzón se hizo cargo de la Comisión de Orden Público, creada por la Junta de Defensa de Guipúzcoa, en la que se reunían nacionalistas vascos, republicanos, comunistas y socialistas. Constituido el Gobierno de Euskadi, el 7 de octubre de 1936, Telesforo Monzón ocupó asimismo el Ministerio de la Gobernación.[7]

    Al poco de estallar la guerra civil española, San Sebastián cayó en manos de los golpistas el 13 de septiembre de 1936. La dictadura mantuvo a San Sebastián en el papel de Ciudad Capital de Veraneo. Franco residió durante los meses de agosto desde 1940 hasta 1975 en el palacio de Ayete, que, comprado por el ayuntamiento, fue ofrecido al general. Durante ese período se celebraron en dicho lugar los Consejos de Ministros.

    En 1946, durante el mandato de Rafael Lataillade Aldecoa, se llevó a cabo la recuperación del Gran Casino para reconvertirlo en Casa Consistorial.[8]

    En 1953, y a iniciativa de un grupo de comerciantes de la ciudad, nació el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, con el doble objetivo de alargar el veraneo en la capital donostiarra y de devolver a San Sebastián la actividad cultural y el glamour perdidos desde la Guerra Civil. El éxito de la primera edición llevó a la dictadura a hacerse cargo del evento, que progresivamente fue ganando peso y prestigio hasta convertirse en uno de los eventos culturales más importantes y con mayor proyección exterior de España, y en uno de los mejores festivales de cine del mundo, escenario de algunos estrenos cinematográficos históricos y punto de encuentro de buena parte de las más importantes estrellas del séptimo arte.

    Desarrollo moderno
     
    Vista aérea de San Sebastián. Se observa la línea de costa de cerca de 10 kilómetros, destacando la bahía de La Concha y la playa de la Zurriola. A partir del núcleo de la Parte Vieja en la segunda mitad del siglo XIX se procedió a construir un ensanche (Cortázar) que extendió la ciudad hacia el sur y ya a comienzos del siglo XX el barrio de Gros, que extendió la ciudad hacia el este. Un segundo ensanche (Amara) extendió la ciudad aún más hacia el sur. Los actuales puntos de desarrollo urbano son el Antiguo, Loyola y Alza

    En 1955 se inició el segundo y más importante proceso de ensanche de la ciudad, en lo que se denominó Ensanche de Amara, dando lugar a un barrio del mismo nombre (que aludía a las marismas que había en dicho terreno antes de su construcción). Se produjo un significativo crecimiento de la población durante el milagro económico español (1959-1973). Uno de los primeros pasos en la construcción del ensanche fue el traslado de la Escuela de Artes y Oficios y Comercio, situada en el centro, a unas escuelas de nueva construcción, así como el del Instituto Peñaflorida, pasando a denominarse Instituto Usandizaga en su sección femenina. Puede considerarse que el proceso de consolidación del barrio de Amara finalizó en 1993, con la construcción del Estadio de Anoeta y la renovación total de la ciudad deportiva de la ciudad (situada en Amara).

    Tras ambos ensanches la ciudad consolidó su eje principal, alrededor del cual continúa expandiéndose aunque a un ritmo mucho menor. Hoy las prioridades de la ciudad son la mejora de las infraestructuras (potenciación del aeropuerto, mejores comunicaciones ferroviarias, mejora de las carreteras), la regeneración de los barrios de la periferia, el mantenimiento y potenciamiento del turismo, principal fuente de ingresos, y hasta hace unos años la lucha contra el terrorismo de ETA y la violencia callejera, que castigaron a la ciudad con intensidad. El crecimiento urbanístico pretende combinarse con el cuidado del medio ambiente, la lucha a escala municipal contra el cambio climático y la sostenibilidad. Fruto de los esfuerzos realizados en dicha dirección, San Sebastián fue premiada en 2008 por la Federación Española de Municipios y Provincias como la ciudad más sostenible de España.[9]

    A la muerte del dictador Francisco Franco se constituyó, en 1978, una gestora presidida por el socialista Ramón Jáuregui encargada de dirigir las instituciones municipales hasta las primeras elecciones municipales de la democracia, en 1979. En dichos comicios resultó vencedor el PNV y el primer alcalde de la nueva etapa democrática fue Jesús María Alkain. Le sucedió, en 1983, Ramón Labayen, también del PNV, quien a su vez fue sustituido por el nacionalista Xabier Albistur, de Eusko Alkartasuna, en 1987. En el marco de la fuerte reconversión industrial que vivió el País Vasco en la década de 1980 y el clima de tensión interno, algunos informes de la época situaron a San Sebastián como la ciudad con mayor proporción de adictos a la droga del mundo.[10]​ El socialista Odón Elorza, del Partido Socialista de Euskadi, alcanzó la alcaldía en 1991 a pesar de ser el candidato de la tercera fuerza más votada, gracias al apoyo del PNV y el PP. El 23 de enero de 1995, en vísperas de las elecciones municipales de mayo, la banda terrorista ETA asesinó al teniente de alcalde, Gregorio Ordóñez, candidato del Partido Popular. Ordóñez había mejorado progresivamente sus resultados electorales en el País Vasco, al punto que las encuestas le daban como ganador. Tras su asesinato, el candidato del Partido Socialista, Elorza, revalidó su cargo, aunque fue la lista del PP de Ordóñez la más votada, y ostentó la alcaldía de la ciudad ininterrumpidamente desde entonces hasta su derrota en las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011.

    Unsain, J.M. (2008): San Sebastián, ciudad marítima. San Sebastián: Museo Naval ISBN 978-84-930344-8-1. pag. 164-7 or. Museo Virtual Gipuzkoa En el libro Colección de documentos medievales de las villas guipuzcoanas (1200-1369) Archivado el 3 de diciembre de 2013 en Wayback Machine., escrito por G. Martínez Díez, E. González Díez y F. J. Martínez Llorente (San Sebastián: Diputación Foral de Guipúzcoa, 1991. p. 173) hay un documento que fue encontrado en el fondo Vargas Ponce de la Real Academia de Madrid. Se trata de la transcripción que el marino y político José de Vargas Ponce realizó en 1805 de un documento datado en 1332 y que se encontraba en el archivo de Guetaria y que ha desaparecido (el archivo fue incendiado durante la Primera Guerra Carlista). Este documento lleva como título "Traslado del fuero de San Sebastián sacado a petición del concejo de la villa de Guetaria" y en ella se dice lo siguiente: «(...) Don Alfonso de Castillea, que Dios perdone, que la dicha villa conquistó (...)». La historiadora Idoia Arrieta analizó la transcripción original y advirtió que el documento lleva otro título: «1202-1332 Guetaria SS. Parte del Fuero de S.S. Y en el preambulo se da por sentada la conquista de S.S» y en su interior, en la parte izquierda de la primera página pone, escrito a mano (presumiblemente por el propio Vargas Ponce): «Ojo conquista de S.S.» Idoia Arrieta Elizalde: «Ezkutatu digutena: Donostiaren konkista», BERRIA, 2011-04-08. Arrieta, Idoia: "Donostiaren konkistaren agiri ezkutuaren aurkezpena: ikerketaren ibilbidea eta ekarpen historiko-kritikoa" (pp. 227-248). En: 1512. Los territorios vascos y el Estado navarro. Actas del II Congreso de Historiadores de Navarra. San Sebastián: Txertoa, 2011. Desde 1999 era tenente senior del rey de Navarra don Juan de Vidaurre. A pesar de que San Sebastián se perdió, su actuación debió de dejar satisfecho a Sancho el fuerte, puesto que conservó el favor real y fue tenente en otras villas navarras (OLAIZOLA, J.M.; URZAINQUI, T.: La Navarra marítima. Pamplona: Pamiela, 1998. p. 225. Diario Vasco, 20 de septiembre de 1985 Carlos Guinea Suárez, Víctor Pradera, Madrid 1953 Diario Vasco: Cambio inesperado en la alcaldía 1947 Premios a la Sostenibilidad de la FEMP, mayo de 2008 Ridruejo, Carmelo C. (29 de abril de 1984). «San Sebastián tiene la mayor proporción mundial de población adicta a la droga». Pamplona, Navarra: El País. Consultado el 1 de junio de 2015. 
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