El Cuzco,[4]​ oficial y legalmente, Cusco[5]​ (en quechua sureño: Qusqu o Qosqo; pronunciación usual: quechua local [ˈqo̝s.qɔ], castellano [ˈkus.ko̞]) es una ciudad del sureste del Perú ubicada en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en la cuenca del río Huatanay, afluente del Vilcanota. Es la capital del departamento del Cusco y, además, según está declarado en la Constitución peruana, es la «capital histórica» del país.

La ciudad, según el INEI, es la séptima más poblada de Perú, y albergaba, en 2017, una población de 437 538 habitantes.[1]

Antiguamente fue ...Leer más

El Cuzco,[4]​ oficial y legalmente, Cusco[5]​ (en quechua sureño: Qusqu o Qosqo; pronunciación usual: quechua local [ˈqo̝s.qɔ], castellano [ˈkus.ko̞]) es una ciudad del sureste del Perú ubicada en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en la cuenca del río Huatanay, afluente del Vilcanota. Es la capital del departamento del Cusco y, además, según está declarado en la Constitución peruana, es la «capital histórica» del país.

La ciudad, según el INEI, es la séptima más poblada de Perú, y albergaba, en 2017, una población de 437 538 habitantes.[1]

Antiguamente fue capital del Imperio inca y una de las ciudades más importantes del virreinato del Perú (funcionó como su última sede de gobierno desde diciembre de 1821 hasta la victoria independentista en 1824[6]​). Durante la época virreinal, bajo la soberanía de la corona española, se construyeron diversas iglesias, universidades, palacios y plazas barrocas y neoclásicas. Estas construcciones son los atractivos que hacen que la ciudad sea el principal destino turístico del país. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1972 y Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la Unesco. Y suele ser denominada, debido a la gran cantidad de monumentos que posee, la «Roma de América».[7]

 Mapa de lo que fue Cuzco en la época incaica. Se puede apreciar la forma de felino que se le atribuye haber tenido en esos tiempos destacándose la explanada del Huacaypata así como los ríos Saphy y Tullumayo que lo limitaba.Fundación y época incaica

Según la leyenda recogida por el Inca Garcilaso de la Vega, Manco Cápac y Mama Ocllo migraron desde el lago Titicaca por consejo de su padre, el dios Sol. Lanzaron una jabalina de oro; allí donde se clavó fundaron un nuevo pueblo. El lugar elegido se llamó Cuzco:

La primera parada que en este valle hicieron, dixo el Inca, fue en el cerro llamado Huanacauti, al mediodia de esta ciudad. Allí procuró hincar en tierra la barra de oro, la qual con mucha facilidad se les hundió al primer golpe que dieron con ella, que no la vieron más. Entónces dixo nuestro Inca a su hermana y muger: En este valle manda nuestro padre el sol que parémos y hagamos nuestro asiento y morada, para cumplir su voluntad, Por tanto, reyna y hermana, conviene que cada uno por su parte vamos a convocar y atraer esta gente para los doctrinar y hacer el bien que nuestro padre el sol nos manda.
Capitulo XVI: Fundación del Cozco ciudad imperial, en Comentarios Reales de los Incas, Inca Garcilaso de la Vega

Por datos arqueológicos y antropológicos se ha ido estudiando el verdadero proceso de la ocupación del Cuzco. El consenso apunta a que, debido al colapso del reino de Tiahuanaco se produjo la migración de su pueblo.[1]​ Este grupo de cerca de 500 hombres se habría establecido paulatinamente en el valle del río Huatanay, proceso que culminaría con la fundación del Cuzco a orillas del río Saphy. Se desconoce la fecha aproximada, pero gracias a vestigios se acuerda que el emplazamiento donde se ubica la ciudad ya se encontraba habitada hace 3000 años.

 El topónimo con una s larga (Cuʃco) en un mapa de 1597 de Cornelius van Wytfliet.

Crónicas antiguas como las del cronista Pedro Sarmiento de Gamboa (1530-1592) afirman la existencia de grupos étnicos en el valle de Cuzco antes del surgimiento del Imperio Inca. Dicho autor menciona a los guallas, los sahuasiray y los antasayas como los pobladores más antiguos; en tanto que los alcavistas, copalimaytas y culunchimas son considerados moradores más recientes.[2]​ También se sabe que los ayarmacas habitaban la región, siendo los únicos que no fueron doblegados por los incas, convirtiéndose en sus principales rivales en el dominio de la comarca.[3]

Cusco fue la capital y sede de Gobierno del Reino de los Incas y lo siguió siendo al iniciarse la época imperial, convirtiéndose en la ciudad más importante de los Andes y de América del Sur. Este centralismo le dio auge y se convirtió en el principal foco cultural y eje del culto religioso.

 Representación de las cuatro divisiones del Imperio incaico (o Tahuantinsuyu), que partían del Cuzco, la ciudad capital con forma de puma.

Se atribuye al gobernante Pachacútec el haber hecho del Cuzco un centro espiritual y político. Pachacútec llegó al poder en 1438, y él y su hijo Túpac Yupanqui dedicaron cinco décadas a la organización y conciliación de los diferentes grupos tribales bajo su dominio, entre ellos los lupacas y los collas. Durante el periodo de Pachacútec y Túpac Yupanqui, el dominio de Cuzco llegó hasta Quito, al norte, y hasta el río Maule, al sur, integrando culturalmente a los habitantes de 4500 km de cadenas montañosas.

También se cree que el diseño original de la ciudad es obra de Pachacútec. El plano del Cuzco antiguo tiene forma de puma delineado, con la plaza central Haucaypata en la posición que ocuparía el pecho del animal. La cabeza del felino estaría ubicada en la colina donde está la fortaleza de Sacsayhuamán.

La ciudad de Cuzco fue diseñada como la sede del poder y su organización interna correspondía a una tradicional división urbana Incaica, se encontraba ubicada en un punto central estratégico del imperio, en cuya centralidad convergen los cuatro caminos que unían los suyos.

Fundación hispánica y época colonial  Cuzco en una lámina de Civitates orbis terrarum (segunda mitad del siglo XVI)

Los conquistadores españoles supieron desde su llegada a lo que es hoy territorio peruano, que su meta era tomar la ciudad del Cuzco, capital del imperio.

Tras capturar al inca Atahualpa en Cajamarca, iniciaron su marcha hacia el Cusco. En febrero de 1533 partieron de Cajamarca rumbo al Cusco Hernando de Soto y Pedro del Barco conforme lo señalan Garcilaso y López de Gómara aunque Pedro Pizarro y Rubén Vargas Ugarte discrepan en la entidad de los emisarios. Esta primera expedición regresó a Cajamarca entre fines de mayo y la primera mitad de junio de 1533 con enormes cargas de oro y plata tal como lo cuenta el cronista Vargas Ugarte.[4]​ El 11 de agosto de 1533, Francisco Pizarro inició su viaje desde Cajamarca al Cusco acompañado de Túpac Hualpa y, aunque Garcilaso señala que se trata de otro personaje, del guerrero Calcuchimac.[5]​ En este viaje, Manco Inca se unió a la comitiva de Francisco Pizarro y Diego de Almagro, con su ayuda, derrotó a las huestes de Quisquis que controlaban la ciudad logrando que el 15 de noviembre de 1533 se produjera la toma de los conquistadores de la ciudad.[6]​ Manco Inca fue coronado como inca y, según la crónica de Rubén Vargas Ugarte, desde el 15 de diciembre de 1533 se produjo la fundición de objetos valiosos por parte de los españoles siendo que el reparto en Cusco fue más cuantioso que el de Cajamarca ascendiendo a 700 113 880 pesos.[7]

El 23 de marzo de 1534, Francisco Pizarro refundó a la usanza española la ciudad del Cuzco, estableciendo como Plaza de Armas la ubicación que aún mantiene la ciudad moderna y que era también la plaza principal durante el incanato y que se encontraba rodeada de los palacios de quienes fueron los soberanos incas.[8]​ En el solar que da al norte se inició la construcción de la catedral. Almagro otorgó a la ciudad la denominación de La muy noble y gran ciudad del Cuzco.[9]​ En total fueron ochentiocho los primeros vecinos que se asentaron en la ciudad en su refundación y, para cubrir todas las necesidades de organización se fundó al día siguiente, 24 de marzo de 1534, el cabildo de la ciudad nombrando como los dos alcaldes ordinarios a Beltrán de Castro y Pedro de Candia y ocho regidores. Se estableció que los alcaldes y regidores debían renovarse anualmente.[10]​ Finalmente, en octubre de ese año se realizó la repartición de los solares entre los conquistadores.

 Vista general de la ciudad. Grabado antiguo de hacia 1880. Arquitecturas superpuestas del Coricancha, el Convento de Santo Domingo y la época actual. Capilla de la Sagrada Familia, junto a la Catedral. Este edificio perteneció a la Inquisición y delante de él tenían lugar las ejecuciones públicas de los condenados.

Parte de la nobleza del Imperio incaico mantuvo una lucha durante los primeros años del virreinato. En 1536 Manco Inca inició sus enfrentamientos al sitiar Cusco por un año y creó la dinastía de los Incas de Vilcabamba. Esta dinastía encontró su fin en 1572 cuando el último inca Túpac Amaru I fue derrotado, capturado y decapitado.

La ciudad se convirtió en un importante centro comercial y cultural de los Andes centrales ya que se encontraba en las rutas entre Lima y la zona minera del Alto Perú. Sin embargo, la administración virreinal prefirió la ubicación de Lima (fundada dos años después que Cuzco en 1535) y principalmente la cercanía de esta con el puerto natural de lo que sería El Callao para establecer la cabecera de sus dominios en Sudamérica. La ciudad ya es mencionada en el primer mapa conocido sobre el Perú.

El Cusco fue tomado como cabecera de la administración virreinal en el sur del país; en sus inicios, fue la ubicación de más importancia en detrimento de las ciudades recientemente fundadas de Arequipa o Moquegua. Su población era principalmente de indígenas pertenecientes a la aristocracia incaica a quienes se les respetó algunos de sus fueros y privilegios. También se radicaron un buen número de españoles. En esa época inició el proceso de mestizaje cultural que hoy marca a la ciudad. La ciudad tuvo una importante fabricación textil a niveles preindustriales. Asimismo, era paso obligado en la ruta comercial que unía la capital del virreinato con la región del Río de la Plata.[11]

Durante la etapa de desarrollo virreinal (siglos XVI y XVII) la ciudad tuvo un gran movimiento de construcción de iglesias destacándose la Catedral (construida entre 1560 y 1664), la Compañía (construida en 1576), la Merced (primera mitad del siglo XVI), San Francisco (entre 1572 y 1662). Asimismo, se construyeron los hospitales coloniales de San Bartolomé (luego Hospital y Convento de San Juan de Dios) para la atención de españoles y el Hospital de Naturales. En la arquitectura civil destacan el Palacio del Almirante, el Palacio Arzobispal y la Casa de los marqueses de San Lorenzo de Valle Umbroso. En la educación, durante esos años se abrieron los colegios de San Francisco de Borja para la educación de los hijos de los caciques, el Colegio de San Bernardo, el Seminario de San Antonio Abad, la Universidad de San Ignacio de Loyola y la Universidad de San Antonio Abad.

El desarrollo urbano se vio interrumpido por varios terremotos que en más de una ocasión destrozaron la ciudad. En 1650 un terremoto violento destruyó casi todos los edificios de la época colonial. Durante este terremoto obtuvo gran importancia la efigie del Señor de los Temblores que aún hoy es sacado anualmente en procesión.

Como consecuencia de las reformas borbónicas, en 1780 la ciudad del Cuzco se vio convulsionada por el movimiento iniciado por el cacique José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, que se levantó contra la administración española. Su levantamiento fue sofocado tras varios meses de lucha en los que puso en jaque a las autoridades virreinales apostadas en el Cuzco. Túpac Amaru II fue vencido, tomado prisionero y ejecutado junto a toda su familia en la Plaza de Armas del Cuzco. Aún hoy subsiste, al costado de la Iglesia de la Compañía de Jesús la capilla que sirvió de prisión al prócer. Este movimiento se expandió rápidamente por todos los Andes y marcó el inicio del proceso emancipador sudamericano. En virtud de esta revolución se estableció la Real Audiencia del Cusco y se produjo una migración de las principales familias de españoles a las ciudades de Lima y Arequipa temerosos de la reacciones indígenas. Estas migraciones, junto con el decaimiento comercial generado por la creación del Virreinato del Río de la Plata que le quitaron un rol protagónico a la ciudad como punto de paso de viajeros y comerciantes,[11]​ explican el decaimiento que sufrió la ciudad en el siglo XIX.

En 1814 se produjo un nuevo levantamiento en contra de la administración virreinal. La Rebelión del Cusco iniciada en 1814 por los Hermanos Angulo y el brigadier Mateo Pumacahua, mestizo cusqueño quien había enfrentado a las fuerzas de Túpac Amaru II, pretendieron iniciar una junta de gobierno en la ciudad para unir el levantamiento con el proceso iniciado en Buenos Aires para lograr la Independencia del Perú. Este levantamiento fue sofocado por el virrey José de Abascal en menos de un año. No obstante esta rebelión, el Cusco fue el último bastión realista del Perú manteniendo su condición de fidelidad al rey de España hasta 1824 a pesar de que la independencia fuera decretada en 1821. El Cusco se convirtió en la última sede colonial durante el mando del virrey José de la Serna quien ejerció ese cargo desde esta ciudad entre el 31 de diciembre de 1821 hasta diciembre de 1824. Durante esa época, en el Cusco se acantonó el Ejército Real y funcionaron otras instituciones como la Casa de la Moneda y la imprenta.[12]

Solo luego de conocida la derrota en la batalla de Ayacucho, el 22 de diciembre de 1824, el Cabildo del Cusco reconoció la capitulación de Ayacucho y aceptó recibir como nueva autoridad a Agustín Gamarra, cusqueño, quien ejercería el cargo de prefecto. De esa manera se puso fin a la intendencia colonial. El 25 de diciembre de 1824, las tropas patriotas ingresaron a la ciudad bajo el mando de Gamarra quien recibió el mando político de parte del último gobernador intendente Antonio María Álvarez y preparó la recepción de Simón Bolívar quien llegaría al Cusco en 1825.[12]

Época republicana El siglo XIX  Arco de Santa Clara construido en 1835 conmemorando la instalación de la Confederación Perú-Boliviana

El Perú declaró su independencia en 1821 y la ciudad del Cuzco mantuvo su importancia dentro de la organización político administrativa del país. En efecto, se creó el departamento del Cuzco sobre la basa de la antigua intendencia abarcando incluso los territorios amazónicos hasta el límite - que aún no se había establecido - con el Brasil. La ciudad fue establecida como capital de departamento según la norma emitida por el gobierno provisorio de José de San Martín, ley del 26 de abril de 1822, aunque el territorio permanecía en manos leales al rey de España. Tras la batalla de Ayacucho, cuando el virrey La Serna capituló frente a Simón Bolívar, la Real Audiencia del Cuzco desconoció esa capitulación y nombró a Pío Tristán, quien se hallaba en Arequipa, como virrey del Perú el 9 de diciembre de 1824, pero este renunció. Recién el 22 de diciembre de 1824, el Cabildo del Cuzco reconoció la capitulación de Ayacucho y aceptó recibir como prefecto al general Agustín Gamarra, cusqueño de nacimiento, quien asumió el cargo el 24 de diciembre de ese año poniendo fin a la intendencia del Cuzco. La Real Audiencia del Cusco dio lugar a la Corte Superior de Justicia del Cusco.

En 1825, la ciudad recibió la visita de Simón Bolívar. Durante la visita del venezolano, se estableció la creación de los colegios de Ciencias y Artes, que concentraría toda la educación en la ciudad reemplazando a los colegios de San Francisco de Borja y San Bernardo así como a la Universidad de San Antonio Abad. También se creó el Colegio de Educandas para la educación de mujeres. Posteriormente, durante la vigencia de la Confederación Perú-Boliviana, la ciudad se convirtió en uno de los principales bastiones del efímero Estado Sud-Peruano. El Arco de Santa Clara simboliza la importancia de la ciudad dentro de esa situación política. Luego de esta etapa, la ciudad sufre un nuevo decaímiento económico y demográfico llegando incluso a estar al punto de ser invadida durante la Guerra con Bolivia en 1842.

El resto del siglo XIX significó un decaimiento del Cusco en todo sentido. Así, desde fines del siglo XVIII hasta los años 1870, la población de la ciudad disminuirá sensiblemente de 40 000 habitantes a poco más de 13 000.[13]​ Se atribuye a esta disminución la extensiva participación de cusqueños en las guerras por la independencia[14]​ así como las plagas (tifoidea entre 1855 y 1856, viruela en 1885) que azotaron a una ciudad que, en la misma época, se ganó la fama de ser una de las ciudades más sucias de América según viajeros y cronistas tanto peruanos como extranjeros[15]​. Asimismo, en el ámbito económico, con la apertura de los mercados ocurrida luego de la independencia y la importación de textiles ingleses, la industria textil cusqueña - principal industria de la localidad - languideció al no poder competir con el principal producto importado de Inglaterra durante la revolución industrial[16]​ a pesar de que, hacia 1830, se inició una ligera industrialización a través de la exportación de lana de alpaca y ovino y la instalación en 1861 de la primera planta textil del Perú en el cercano distrito de Lucre. En 1872 se instaló la primera de seis cervecerías que se instalarían en la región y que daría lugar, posteriormente, a la Cervecería del Sur.[11]

En los últimos años del siglo XIX destacan dos eventos, la guerra civil peruana de 1894 que motivó un enfrentamiento en la misma ciudad entre las montoneras pierolistas y el cacerista ejército del sur que se saldó con la derrota de las tropas caceristas y la fuga del prefecto Pedro Mas[17]​ y el inicio de un proceso intelectual que tendría sus principales efectos en la revolución estudiantil de 1909 y el nacimiento de la Escuela Cuzqueña cuyo antecedente puede verse en la fundación del Centro Científico del Cusco en 1897.[18]

El siglo XX

A partir del siglo XX, la ciudad inició un desarrollo urbano en un mayor ritmo que el experimentado hasta ese momento. El 13 de septiembre de 1908 llegó el ferrocarril al Cusco y lo sacó del aislamiento en que se encontraba permitiéndole, por fin, una vía de comunicación moderna con el océano. No obstante, a pesar de esto, el tiempo de viaje entre Lima y Cusco era similar al que tomaba un viaje de Cusco a Buenos Aires gracias al reto que significaba cruzar la cordillera de los andes[19]​. La ciudad inició su crecimiento y se empezó a extender a los vecinos distritos de Santiago y Wánchaq. En la primera mitad del siglo XX, por razones de salubridad, se procedió a culminar la canalización de los ríos Saphy, Huatanay y Tullumayu. Este proceso de canalización dio lugar a la apertura de las vías modernas como las calles Saphy, Choquechaka y las avenidas Tullumayo y El Sol que unieron los barrios céntricos de la ciudad y permitieron el desarrollo y crecimiento urbano hacia el sur y sureste[20]​.

En 1911, partió de la ciudad la expedición de Hiram Bingham que lo llevó a explorar las ruinas incaicas de Machu Picchu, 9 años después de la llegada del peruano Agustín Lizárraga.[21][22]​ El descubrimiento de Machu Picchu demoraría algunos años más en convertirse en el gran catalizador del desarrollo de la industria turística cusqueña como lo es en la actualidad. En 1934, se realizaron trabajo de limpieza y puesta en valor realizados por la comisión del IV Centenario del Cuzco dirigida por Luis E. Valcárcel. La apertura de una carretera dio lugar al inicio de un incipiente turismo. Hacia 1942 ya existía un albergue cercano a las ruinas pero fue en las décadas de 1950 y 1970 que Machu Picchu empezó a convertirse en el atractivo turístico que es hoy[23]​.

En 1913 se fundó en el Cusco una sociedad privada con la finalidad de proveer de energía eléctrica a la ciudad. Se instaló una central hidroeléctrica en la localidad de Corimarca que utilizaría las aguas de la laguna de Chinchero (Piuray) que generaba un total de 600 kilovátios a 3000 voltios de tensión.[24]​ En octubre de 1914 se realizaron las primeras pruebas y el 24 de diciembre de 1914 se inauguró la luz eléctrica en el Cusco lograda gracias al capital privado[25]​.

El 23 de mayo de 1921 se realizó el primer vuelo de Lima al Cusco logrado por el aviador italiano Enrique Rolandi. Desde este hecho, el Cusco vio en el transporte aéreo la solución definitiva a su problema de incomunicación por lo que se realizaron varias iniciativas con esa finalidad. Al día siguiente de la llegada de Rolandi al Cusco, se reunió el Comité Central Ejecutivo Pro-Aviación y acordó comprar un avión que sea propiedad de la ciudad contando con Rolandi como asesor técnico. El avión fue un biplano de caza, italiano, de la fábrica S.V.A. bautizado con el nombre "Cuzco". Fue en este avión que el 1 de septiembre de 1925, el aviador cusqueño Alejandro Velasco Astete llegó nuevamente a la ciudad desde Lima cruzando los Andes. Tanto el aviador como el avión sufrieron un accidente fatal el 25 de septiembre de 1925 cuando intentó aterrizar en la ciudad de Puno luego de volar desde el Cusco. Durante los años 1930, el prefecto del Cusco, general Jorge Vargas, expropió los terrenos de Chachacomayoc y La Pólvora y estableció en ellos el primer aeropuerto de la ciudad con pista de tierra y que sirvió hasta 1967. Hoy esa zona está ocupada por el Parque Zonal, el Coliseo Cerrado Casa de la Juventud y el Hospital Nacional Adolfo Guevara Velasco en el distrito de Wánchaq. El primer servicio de pasajeros y carga entre Cusco y Lima se estableció en 1937. A los pocos años empezó a volar la empresa Faucett con aviones DC-3 y DC-4. En los años 1940, el servicio de transporte aéreo se volvió regular.[26]​ En 1964 se inauguró el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete que sirve a la ciudad hasta la actualidad y es el segundo aeropuerto con mayor tráfico de pasajeros del Perú.

A partir de 1944, se instaura el 24 de junio de cada año como "Día del Cusco" y se inicia la costumbre de escenificar bien en la Plaza de Armas o en las ruinas de Sacsayhuamán, el Inti Raymi. Asimismo, para ese año se instaura el himno del Cusco.[27]

El 21 de mayo de 1950, tuvo lugar un sismo de magnitud 6.8 en la escala de Richter que generó gran daño en la población y en los edificios de la ciudad, principalmente las iglesias y conventos coloniales de la misma. Tras ese sismo hubo una movilización del estado peruano y de la Unesco quien envió al estadounidense George Kubler para que elabore un informe y coordine las actividades de reconstrucción.[28]​ El gobierno peruano expidió la ley N.º 11551 que declaró de interés público y de necesidad nacional la reconstrucción de la ciudad y estableció a nivel nacional un impuesto al consumo de cigarros para apoyar dicha reconstrucción.[29]​ En 1952 se iniciaron las labores de reconstrucción de la ciudad que implicó un periodo de modernización de la misma.

Como parte de esta modernización, se dio inicio al desarrollo turístico de la ciudad. Para 1954 se contó la llegada de 6902 turistas. En 1964 ya eran 38 939 y en 1971 hubo 55 482. Para 1975, la cifra llegó a 176 625 turistas, un número que era mayor que el total de la población de la ciudad que estaba calculada en 174 000 habitantes.[30]

En 1972 mediante Resolución Suprema del Ministerio de Educación se declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a la Zona Monumental del Cuzco.[31]​ Los límites de esta zona fueron ampliados en 1974 y en 1991.[31]​ En 1983, durante la VII sesión del comité de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco celebrada en la ciudad italiana de Florencia, del 5 al 9 de diciembre de 2019, se resolvió declarar a la ciudad del Cusco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.[32]​ La declaración estableció, dentro de la ciudad del Cusco, una zona que se constituyó como el área protegida y una zona de amortiguación inmediata a la anterior. El 5 de abril de 1986, un terremoto sacudió la ciudad generando grandes destrozos en la zona monumental.[33]

En los años 1990, durante la gestión edil del alcalde Daniel Estrada Pérez, la ciudad tuvo un nuevo proceso de embellecimiento mediante la restauración de monumentos y la construcción de plazas, fuentes y monumentos. Asimismo, gracias a los esfuerzos de esta autoridad, se lograron diversos reconocimientos como la declaración como "Capital Histórica del Perú" contenida en el texto de la Constitución Política del Perú de 1993. Se dispuso también, el cambio del escudo del Cusco dejando de lado al blasón colonial y adoptando el "Sol de Echenique" como nuevo escudo[34]​. Adicionalmente, se propuso el cambio de nombre oficial de la ciudad adoptando el vocablo quechua Qosqo pero este cambio fue revertido a los pocos años.

 
Una vista panorámica de la ciudad del Cuzco desde Sacsayhuamán.
«Las leyendas del origen del Imperio Inca». Fuentes históricas sobre el origen de los incas.  p. 239 Varios autores: Historia del Perú (pág.239). Barcelona: Lexus, 2007. ISBN 9972-625-35-2 Varios autores: Historia del Perú (pág. 241). Barcelona: Lexus, 2007. ISBN 9972-625-35-2 Angles Vargas, 1988, p. 120-121. Angles Vargas, 1988, p. 124. Angles Vargas, 1988, p. 125-126. Angles Vargas, 1988, p. 126. Angles Vargas, 1983a, p. 20-28. Angles Vargas, 1988, p. 303. Angles Vargas, 1988, p. 311-312. a b c «Informe Económico y Social Región Cusco». Banco Central de Reserva del Perú. 22 y 23 de mayo de 2009. p. 19. Consultado el 6 de diciembre de 2019.  a b Mariela Valer Ramírez, Johann Steve Pérez Tupayachi, Violeta Paliza Flores, ed. (2021). «Un recorrido por la historia del Cusco». El Centro del Cusco: morada de historia y cultura viva. Cusco: Abi Impresores. p. 53.  Tamayo Herrera, 1981, p. 33-34. Tamayo Herrera, 1981, p. 30. Tamayo Herrera, 1981, p. 36. Tamayo Herrera, 1981, p. 41. Tamayo Herrera, 1981, p. 79 a 84. Rénique C., José Luis (1980). «El Centro Científico del Cusco (1897- 1907)». Histórica IV (1).  Tamayo Herrera, 1981, p. 102. Coronado Esquivel, 2017, p. 123 y ss. Maya Morales Palomino (12 de abril de 2018). «Agustín Lizárraga, el Descubridor de Machu Picchu».  «Agustín Lizárraga, el hombre que llegó a Machu Picchu 9 años antes que Bingham».  Tamayo Herrera, 1981, p. 115-116. Tamayo Herrera, 1981, p. 108. Coronado Esquivel, 2017, p. 135. Tamayo Herrera, 1981, p. 143-147. «Informe Económico y Social Región Cusco». Banco Central de Reserva del Perú. 22 y 23 de mayo de 2009. p. 21. Consultado el 6 de diciembre de 2019.  Kubler, 1953. «Ley N° 11551». Congreso de la República del Perú. 31 de diciembre de 1950. Consultado el 26 de agosto de 2019.  Tamayo Herrera, 1981, p. 277. a b Relación de monumentos históricos del Perú. Lima: Instituto Nacional de Cultura. diciembre de 1999. p. 7-8. Consultado el 19 de agosto de 2019.  «Nominations to the World Heritage List (inscribed sites)» (en inglés). Consultado el 13 de octubre de 2019.  Zegarra C., Luis; Bariola B., Juan; Tinman B., Marcos; Samanez A., Roberto; Malpartida M., Carlos; Becerra C., José. «El terremoto del Cuzco del 5 de abril de 1986». INDECI. Consultado el 24 de junio de 2020.  Angles Vargas, 1988, p. 162.
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