Stephansdom

( Catedral de San Esteban (Viena) )

La catedral de San Esteban (en alemán Domkirche St. Stephan, abreviado popularmente como Stephansdom) es la iglesia principal de la arquidiócesis de Viena (Austria) y la sede de su arzobispo. Está situada en la plaza de San Esteban (Stephansplatz), en pleno centro de la capital austríaca. La obra fue iniciada por Rodolfo IV de Austria y se levanta sobre las ruinas de dos iglesias anteriores, siendo la primera de ellas una parroquia consagrada en 1147. El edificio experimentó también varias reformas y ampliaciones a lo largo de su historia, siguiendo distintos estilos artísticos. Es el símbolo religioso más importante de Viena y ha sido testigo de multitud de eventos de la historia de Austria.

En el exterior del edificio se pueden observar el tejado, las dos torres campanario —la Sur y la Norte— y los pórticos de entrada al templo: el de los Cantores, el de las Torres, el del Obispo y el Gigante. La campana Pummerín es una versión reconstruida de la...Leer más

La catedral de San Esteban (en alemán Domkirche St. Stephan, abreviado popularmente como Stephansdom) es la iglesia principal de la arquidiócesis de Viena (Austria) y la sede de su arzobispo. Está situada en la plaza de San Esteban (Stephansplatz), en pleno centro de la capital austríaca. La obra fue iniciada por Rodolfo IV de Austria y se levanta sobre las ruinas de dos iglesias anteriores, siendo la primera de ellas una parroquia consagrada en 1147. El edificio experimentó también varias reformas y ampliaciones a lo largo de su historia, siguiendo distintos estilos artísticos. Es el símbolo religioso más importante de Viena y ha sido testigo de multitud de eventos de la historia de Austria.

En el exterior del edificio se pueden observar el tejado, las dos torres campanario —la Sur y la Norte— y los pórticos de entrada al templo: el de los Cantores, el de las Torres, el del Obispo y el Gigante. La campana Pummerín es una versión reconstruida de la primitiva, que fue dañada por un incendio.

El interior de la catedral consta de tres naves y numerosos altares; cada uno de ellos alberga una variada cantidad de objetos y obras de arte que fueron recibiendo mediante donaciones de diferentes personalidades. Como en todo templo, antiguamente se realizaban entierros bajo sus suelos, por lo que el lugar conserva los sepulcros de varios nobles del país.

A mediados del siglo XII, Viena se había convertido en un importante centro de la civilización francogermana en Europa Oriental, y las cuatro iglesias existentes, incluyendo solo una iglesia parroquial, eran insuficientes para satisfacer la demanda religiosa.[1]

En 1137, el obispo de Passau, Reginmar, y el margrave Leopoldo IV firmaron el tratado de Mautern, donde se alude por primera vez a Viena como «Civitas», y se traslada la Iglesia de San Pedro a la diócesis de Passau. Según el tratado, el obispo donó al margrave Leopoldo IV las tierras que se extendían más allá de las murallas de la ciudad, con la notable excepción del territorio asignado a la nueva iglesia parroquial, que se convertiría en la catedral de San Esteban.[1]

Aunque anteriormente se creía que se había construido en un campo abierto fuera de las murallas de la ciudad, la nueva iglesia parroquial fue construida, probablemente, en un antiguo cementerio que data de la antigüedad romana; las excavaciones realizadas en el año 2000 para instalar un sistema de calefacción pusieron al descubierto unas tumbas, a 2,5 metros por debajo de la superficie, que fueron fechadas en el siglo IV con la técnica del carbono 14. Este descubrimiento sugiere la existencia de un edificio religioso, incluso anterior a la iglesia Ruprechtskirche.[n. 1]

La historia de este templo se inicia en el año 1137, con una iglesia de estilo románico que, unos cien años después, se reconstruyó en un románico tardío. En el siglo XVII se amplió utilizando un estilo barroco. El pórtico románico está flanqueado por las dos Torres de los Paganos, ambas de 64 metros de altura. La torre del norte, inacabada y con una altura de 68 metros, se cerró en 1579 con una cubierta renacentista. En tiempos de la Contrarreforma la catedral fue provista de adornos barrocos. Algunos de los elementos colocados tienen una simbología asociada: las gárgolas del exterior representan a los malos espíritus.

Esta parroquia se consagró al patrono de la catedral de Passau, San Esteban. En 1137, todas las demás iglesias de la ciudad fueron colocadas bajo la jurisdicción de esta iglesia parroquial.[1]

En abril de 1147 se produjo la consagración parcial de la iglesia, aún en obras, en presencia del obispo de Passau. Sus dimensiones eran exageradas para lo que era Viena en aquel entonces, lo que señala la visión de futuro de su creador, quien la preparaba para llegar a ser sede episcopal o iglesia del ducado.[1]

Esta iglesia parroquial fue concluida en 1160, y poseía, con sus 83 metros de largo, el perfil de una catedral. Estaba orientada de la misma forma que la actual, hacia el punto de salida del sol del 26 de diciembre de 1137. No queda casi ningún resto de la antigua iglesia, aunque gracias a estudios arqueológicos se conocen las medidas de la nave central, que tuvo 12 metros de ancho (unos 26 si se suman las tres naves), y una longitud, incluyendo el ábside, de 83 metros.[1]

La segunda construcción románica, iniciada en 1240 y consagrada en 1263, y de la que se conserva la fachada poniente con la gigantesca puerta, fue promovida esencialmente por los nuevos poderes, la burguesía y la casa ducal.[1]

El nuevo edificio gótico de San Esteban empezó a construirse en 1304. El espacioso recinto de la nave, una de las más anchas de Europa, testimonia que aquí la burguesía pudo alcanzar la posición dominante. Entre 1304 y 1344 se levantó el coro. A partir de 1359 se comenzaron a construir las paredes laterales de la nave central, las cuales encerraron como una funda la antigua nave románica. Hasta 1446 no se concluyeron las últimas bóvedas bajo el gigantesco techo. Entre 1359 y 1443 se levantó la torre meridional. El primer rayo que cae sobre el altar mayor e ilumina el lugar se usa como símbolo del cielo abierto que, según lo enunciado en los Hechos de los Apóstoles, pudo observar San Esteban antes de morir.[1]

Las únicas partes que aún perduran del antiguo edificio son la Cámara Negra, situada en un nivel inferior de la Torre Pagana sur, y que actualmente alberga un confesionario, y una parte de los bajos de la planta oeste.[2]

El románico tardío  Coro.

Entre 1230 y 1245 se amplió la segunda iglesia románica hacia el oeste. De esta fase se conservan el Portal Gigante y las torres octogonales llamadas Torres Paganas. El propósito de la ampliación fue que esta iglesia se convirtiera en sede episcopal. Poseía un profundo coro central, un transepto saliente y una planta basilical de tres naves. Entre las dos Torres Paganas se situaba la galería oeste, semejante a la Catedral de Carlomagno en Aquisgrán y a las galerías de las antiguas catedrales imperiales alemanas, concebidas como un espacio independiente, pero orientado hacia el altar.

En 1258 sufrió un gran incendio que destruyó gran parte de la nueva construcción. La iglesia fue reconstruida y consagrada el 23 de abril de 1263 por el obispo Otto de Passau. Las medidas del nuevo edificio eran 70 m de largo y 65 m de altura. El aniversario de esta consagración se celebra con un repique especial de la campana Pummerin durante tres minutos.

En 1267 Gerhard de Transilvania fundó la Curia (que aún perdura) a cargo de la parte espiritual de la catedral,[2]​ Hans Puschbaum y realizó la bóveda de la nave central.

Las ampliaciones góticas

El Coro Albertino, construido entre 1304 y 1340 durante el gobierno del duque Alberto II e influenciado por la burguesía vienesa, es un coro gótico de tres ábsides. En su diseño se usó como modelo el coro de la abadía cisterciense de Heiligenkreuz, y Albert de Passau la consagró el 23 de abril de 1340. Posteriormente, bajo el gobierno del duque Rodolfo IV el Fundador se construyeron las dos capillas laterales oeste de dos plantas, denominadas capillas ducales. En 1359 el duque colocó la primera piedra de la reforma gótica.[3]​ La construcción siguió lentamente durante un siglo. Así es como se colocó la piedra de Colmano el 23 de marzo de 1361 en la cual, según se dice, fue martirizado San Colmano. Ese mismo año se comenzaron a construir los muros de las naves. El duque Rodolfo IV constituyó en 1365 en el lugar la sede del Capítulo Colegial de Todos los Santos, ubicando su sala capitular en la galería oeste. Esto sirvió como antecedente para la creación del obispado.

En 1433 se finalizó la aguja de la torre sur, en 1440 las cornisas de la nave central, y el tejado antes de 1474. La sacristía inferior se edificó entre 1417 y 1430, pegada a la nave sur. Los muros de la nave central se edificaron rodeando exteriormente los muros románicos, de manera que las obras permitiesen continuar las celebraciones religiosas en el interior. Los muros románicos no se derribaron hasta 1430, cuando finalizó la construcción gótica. En 1440 se comenzó a construir la armadura del tejado con madera de alerce y sin emplear un solo clavo. Posteriormente se abovedó el edificio,[3]​ siendo el abovedamiento de la nave central obra de Hans Puschbaum, a partir de 1466. Federico III colocó la piedra inicial de la torre norte en 1450, construcción que no se iniciaría hasta 1467. Un dato anecdótico es que, debido a las malas condiciones climáticas, la producción de vino de ese año resultó malograda por ser este demasiado ácido, motivo por el que fue utilizado como mortero para los cimientos.[4]

En 1511, una época marcada por los descubrimientos, las guerras contra los turcos y las turbulencias religiosas, se detuvieron las construcciones medievales, incluida ésta. Ese año se colocó la última piedra, según consta en una inscripción en la misma. Los trabajos se reiniciaron en 1578, cuando Hans Saphoy finalizó la coronación de la parte construida de la torre norte con una cúpula de estilo renacentista.[4]

Durante los inicios del Humanismo se construyeron el púlpito, el pie de órgano del maestro Pilgram, la pila bautismal y la Sillería de los Consejeros (desaparecida en un incendio en 1945), y muchas placas recordatorias de ciudadanos vieneses y especialistas de la Universidad. Fernando II otorgó al obispo el título nobiliario de Príncipe Obispo o Imperial.

Ampliaciones barrocas

La catedral tuvo una ampliación, de estilo barroco, realizada en dos partes: el altar mayor de los hermanos Pock fue finalizado bajo el mandato del príncipe obispo Breuner en 1647. En este período se realizaron también los ornamentos rojos de Breuner, que actualmente se usan en la festividad del santo patrono de la catedral.[4]​ El altar mayor lo donó el episcopado, mientras que la burguesía hizo lo mismo con la ornamentación de la nave central. Unos años más tarde, en 1677, se comenzó una nueva ornamentación siguiendo el mismo estilo en los altares laterales, los oratorios imperiales y los órganos.

En 1683, durante la segunda invasión turca a la ciudad, la catedral fue impactada por aproximadamente mil balas de cañón (algunas de las cuales se conservan en la actualidad).[5]​ Con el fin de engañar al enemigo y hacerle creer que había recursos materiales de sobra, el tejado fue reparado con lona. La ciudad fue liberada el 12 de septiembre de 1683, después de una misa celebrada por el capellán Marco D'Aviano. Como recuerdo de la batalla se encargó la campana Pummerin, forjada con la fundición del bronce de los cañones turcos abandonados, que fue colocada en la torre sur. En 1693 se colocó el icono de "María en el Sol", y en 1697 la imagen de "María Pocs".[5]

En 1723 el templo elevó su categoría a iglesia metropolitana, al convertirse Viena en una arquidiócesis. El sacristán Johan Wachter elaboró en 1732 una estadística de las liturgias en esta época: en un día se realizaban de promedio ciento cincuenta misas, y como mínimo una pontifical. Wachter contabilizó ese año 1.095 rosarios y 129 000 confesiones. Ese mismo año se cerró el cementerio contiguo a la iglesia.[5]

En 1755 se amplió por orden de María Teresa la cripta donde descansan los restos del duque Rodolfo IV y otros miembros de los Habsburgo, y en 1782 se prohibieron los entierros en la catedral. Ese mismo año el Papa Pío VI convenció al emperador José II de que cambiara su política religiosa, y concelebró una misa de Pascua en este lugar. En la Cámara de Ornamentos se conservan valiosos objetos donados en esa oportunidad por el papa al arzobispo de Viena, cardenal Migazzi.[5]

En 1699 se demolió la "Casa de las Reliquias" debido al menosprecio y a la pérdida de valor que éstas sufrieron tras la Reforma. Para 1792 habían desaparecido los edificios de los cantores, ministros eclesiásticos y prestamistas, que estaban ubicados en la parte oeste.

Durante las Guerras Napoleónicas de 1809 se produjeron luchas dentro del templo en las que fueron dañadas diversas obras de arte.[6]

Del siglo XIX a la actualidad El repique de Pummerin Imagen de la Catedral tomada en 1905. Órgano de la Catedral.

Durante el siglo XIX y XX se restauró el edificio: en 1853 se terminaron de reconstruir los frontispicios de la nave central; entre 1838 y 1860 se demolió y construyó nuevamente la aguja de la torre sur, y entre 1859 y 1887 se colocaron vidrieras neogóticas (que serían destruidas en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial). En 1900 los restos de las reliquias medievales fueron trasladados de la sala capitular a la capilla de San Valentín, situada en la parte oeste.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial se protegieron las obras de arte más importantes: el Portal Gigante, el Púlpito y el Mausoleo de Federico III. Gracias a ello lograron salvarse del incendio sucedido entre el 11 y el 12 de abril de 1945, provocado por las chispas generadas por las casas que ardían en los alrededores. Como consecuencia del incendio se quemaron el tejado gótico, la sillería gótica de los Consejeros, el monumento a la liberación turca, las vidrieras, la gran cruz de Wimpassing, la cruz del jube (de la que se conservan la cabeza y los brazos), los oratorios imperiales, el órgano del coro, el Gran Coro, y casi la totalidad de las campanas, incluyendo la "Pummerin".[6]

Tras obtener fondos aportados por los vieneses, los Estados federados de Austria y varios donantes extranjeros, el edificio se reconstruyó nuevamente con el cardenal Theodor Innitzer, estando Karl Holey como maestro de obras de la catedral. El 19 de noviembre de 1948 se volvió a utilizar el templo celebrando una misa. El 26 de abril de 1952 el cardenal Innitzer la reinauguró solemnemente. Ese mismo día se puso en funcionamiento la nueva campana "Pummerin", realizada sobre el modelo de la antigua, destruida.[7]

El altar mayor fue remodelado en 1989 para cumplir con las especificaciones dispuestas por el Concilio Vaticano II. Además se instaló un nuevo altar, y en 1991 arribó un nuevo órgano conmemorando el 650 aniversario de la consagración del Coro Albertino, que fue colocado en el Coro de los Apóstoles. En 1997 se inauguró el Portal Gigante con motivo de los 850 años de la consagración de la iglesia románica. Dicho Portal fue restaurado previamente; una tarea que demandó varios trabajos.[7]

En 1953 se creó la cripta episcopal para enterrar a los obispos de Viena. En 1956 se modernizaron la cripta ducal y se construyeron una capilla, un lapidario y una cripta para canónigos. En 1960 un nuevo órgano fue santificado por el cardenal Frings, y en 1972 se instaló la vidriera oeste procedente de Tirol.

Las figuras exteriores  Figuras en una pared exterior de la catedral.

En el exterior se encuentra una vasta cantidad de figuras, muchas de ellas réplicas del siglo pasado. Los originales se exponen en Museo de Historia de la Ciudad. Las estatuas representan santos y antepasados de Rodolfo IV: entre ellas se destaca la figura de San Esteban (datada alrededor de 1460). Es un original ubicado en la torre sur, sobre la primera planta, en el denominado Banquillo de Starhemberg, desde donde el conde Rüdiger von Starhemberg vigilaba los movimientos de las tropas turcas.[8]

San Juan de Capistrano predicó desde el Púlpito de Capistrano (en el siglo XV) por petición de Federico III. No se sabe a ciencia cierta si el púlpito se encontraba en el exterior, en el cementerio de entonces, o si es el púlpito anterior al actual. Los franciscanos colocaron sobre el mismo una figura barroca del santo de su orden, fallecido en una batalla contra los turcos en 1456.[8]

a b c d e f g Gruber, pág. 6 a b Gruber, pág. 7 a b Gruber, pág. 10 a b c Gruber, pág. 11 a b c d Gruber, pág. 12 a b Gruber, pág. 13 a b Gruber, pag 14 a b Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Gruber23


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