Xochimilco (pronunciado [sot͡ʃiˈmilko],[6]​ náhuatl [ʃoːt͡ʃiˈmiːɬko]) es una de las dieciséis demarcaciones de la Ciudad de México. Se localiza en el sureste de la capital mexicana y posee una superficie de 122 km².[7]​ La palabra Xochimilco proviene del náhuatl xōchi-, 'flor', mīl-, 'tierra de labranza' y -co, postposición de lugar, comúnmente traducido como "la sementera de flores" aunque la traducción más cercana es “Chinampas de Flores”.

Los orígenes de Xochimilco se remontan al Período Preclásico mesoamericano cuando sus riberas e islas fueron el hogar de diversos pueblos. Al inicio del Posclásico, Xochimilco era un importante altépetl que fue sometido por los me...Leer más

Xochimilco (pronunciado [sot͡ʃiˈmilko],[6]​ náhuatl [ʃoːt͡ʃiˈmiːɬko]) es una de las dieciséis demarcaciones de la Ciudad de México. Se localiza en el sureste de la capital mexicana y posee una superficie de 122 km².[7]​ La palabra Xochimilco proviene del náhuatl xōchi-, 'flor', mīl-, 'tierra de labranza' y -co, postposición de lugar, comúnmente traducido como "la sementera de flores" aunque la traducción más cercana es “Chinampas de Flores”.

Los orígenes de Xochimilco se remontan al Período Preclásico mesoamericano cuando sus riberas e islas fueron el hogar de diversos pueblos. Al inicio del Posclásico, Xochimilco era un importante altépetl que fue sometido por los mexicas en el siglo XV. Desde entonces y hasta los años 60 del siglo XX, el territorio de Xochimilco se convirtió en uno de los proveedores de alimentos para la capital mexicana.

En el territorio de Xochimilco se encuentran 14 pueblos originarios que conservan muchos rasgos de su cultura tradicional y herencia indígena, a pesar del avance de la urbanización.[8]​ Además, las montañas del sur y la zona lacustre del centro forman parte de la mayor reserva natural del Distrito Federal.[7]​ En contraste, la zona norte de Xochimilco está plenamente integrada a la mancha urbana de la ciudad de México, y en ella se asientan algunas zonas industriales y de servicios que constituyen parte importante de la vida económica de la delegación.

Xochimilco tiene particular importancia por la existencia de las chinampas. Tienen origen en una técnica agrícola mesoamericana que fue desarrollada y compartida por varios pueblos del Valle de México. Tras la desecación de los lagos del Anáhuac, solo Xochimilco y Tláhuac[9]​ conservan la chinampería. Por ello, es uno de los principales destinos turísticos de Ciudad de México que atrae tanto a visitantes mexicanos como a extranjeros. Con el propósito de contribuir a la conservación del entorno lacustre, la Unesco proclamó las chinampas de Xochimilco como patrimonio cultural de la Humanidad en 1987. La declaratoria ha estado en dos ocasiones en peligro de perderse debido al deterioro ecológico ante el avance de la urbanización.

Orígenes y época mesoamericana  De acuerdo con el Códice Mendocino, Xochimilco fue derrotado por los mexicas. En la imagen, el registro de ese suceso en el documento.

Las evidencias más antiguas de la ocupación humana en el territorio del actual Xochimilco datan del período preclásico superior. Sus habitantes estaban relacionados con la cultura de Cuicuilco, como lo muestran los hallazgos arqueológicos de Cuemanco. Al final del Preclásico una parte importante de la población del valle de México se concentró en Teotihuacán, de modo que solo permanecieron en la ribera xochimilca algunas pequeñas aldeas. Después del colapso teotihuacano, la población de la metrópoli se dispersó por el valle y algunos de esos grupos llegaron a Xochimilco. Como resultado de la mezcla entre los grupos teotihuacanos y los migrantes chichimecas del siglo X se estableció el pueblo xochimilca en la ribera sur de los lagos del Anáhuac.[1]

Procedente de Chicomoztoc, la tribu de los xochimilcas fue la primera de las 7 tribus nahuatlacas en llegar al valle del Anáhuac, se asentaron en Cuahuilama, cerro sagrado ubicado en el pueblo de Santa Cruz Acalpixca.

Los xochimilcas establecieron su altépetl en el siglo X y extendieron su dominio hacia zonas aledañas como Tlayacapan, Xumiltepec, Ocuituco, Tetellan, Chinameca, Mixquic, Tláhuac, Tepoztlán y Hueyapan, donde ejercieron poder político y económico.

Por esa época, los xochimilcas construyeron el centro ceremonial de Cuauhilama, cerca del actual pueblo de Santa Cruz Acalpixca. De acuerdo con la crónica de Diego Durán, los xochimilcas ocupaban toda la serranía al sur de los lagos, incluyendo entre sus posesiones los pueblos de Míxquic, Temoac, Tetela, Yautepec, Zacualpan, Tepoztlán, Tlayacapan y Hueyapan; así como Chimalhuacán en la ribera oriental del lago de Texcoco. Los dominios xochimilcas llegaban hasta Tochimilco, en el valle Poblano-Tlaxcalteca.[2]​ Eduardo Noguera decía que estos y otros pueblos fueron fundados por los xochimilcas antes de establecerse definitivamente en la costa sur del sistema lacustre del Anáhuac, en los pueblos de Tepepan, Xochitepec, Xochimanca, Tepalcatlalpan, y finalmente Xochimilco y Acalpixcan.[3]​ A los xochimilcas se atribuye la invención de las chinampas, aunque se ha propuesto que se trata de una técnica desarrollada con mucha anterioridad y cuya mejor expresión se alcanzó entre los siglos XI y XIV gracias a los pueblos nahuatlacas recién llegados.

Los mexicas reconocían a varios de los pueblos ribereños de los lagos del valle de México como parientes suyos, que compartían el mismo origen en la mítica Chicomóztoc. La Tira de la Peregrinación señala que a la salida de Aztlán, los mexicas eran acompañados por una tribu cuyo glifo era el mismo que identifica a Xochimilco.[4]​ Pero cuando los mexicas llegaron al valle de México, los xochimilcas ya se hallaban bien instalados y consolidados en el sur. Como mercenarios de Coxcox, señor de Culhuacán, los mexicas emprendieron una guerra contra los pueblos chinamperos de Xochimilco y Tláhuac. En 1323 derrotaron a Acatonalli, señor de Xochimilco, que de esta manera quedó incorporado a la órbita política de Culhuacán.

En 1376, el señorío de Xochimilco fue conquistado nuevamente por los mexicas —ya establecidos en la isla de Tenochtitlan, bajo dominio tepaneca—, aunque en esta ocasión para incorporarlo al territorio de Azcapotzalco. A pesar de la alianza establecida entre tecpanecas y mexicas, estos se aliaron con Texcoco para emprender la guerra contra el gobierno del usurpador Maxtla de Azcapotzalco. Los aliados vencieron en 1428. Dos años más tarde, Xochimilco fue el objetivo de una tercera campaña mexica, que logró el sometimiento definitivo de ese señorío al gobierno de Tenochtitlan. Como consecuencia de ello, los xochimilcas fueron obligados a aportar mano de obra para la construcción de la capital mexica y de numerosas obras urbanísticas, especialmente el acueducto de Chapultepec, la calzada de Iztapalapa y el albarradón de Nezahualcóyotl.[1]

Conquista de México y época colonial  Casa del cacique Apochquiyahuatzin Folio del Códice Badiano, elaborado en el siglo XVI en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco. Fue escrito originalmente por Martín de la Cruz en náhuatl y luego traducido al latín por Juan Badiano, ambos xochimilcas. Templo de San Bernardino en Xochimilco.

Durante la Conquista de México, Xochimilco tuvo un lugar destacado. Fue conquistada por Hernán Cortés y sus ejércitos aliados el 16 de abril de 1521. Según las leyendas, Cuauhtémoc viajó a Xochimilco para conseguir ayuda para la defensa de Tenochtitlan. A su paso, se dice, plantó el sabino que aún existe en el actual Barrio de San Juan. Las crónicas indígenas señalan que todos los pueblos de la ribera se aliaron a los españoles con el propósito de derrotar y liberarse de los tenochcas.[5]​ De cualquier manera, Xochimilco fue arrasado por los españoles durante la tercera fase de la conquista de Tenochtitlan, que los llevó a ocupar también Churubusco, Coyoacán, Oaxtepec y Cuernavaca.[6]

Una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, el tlatoani Apochquiyauhtzin, último gobernante xochimilca, se convirtió al cristianismo (no queda claro si voluntariamente u obligado) y fue bautizado como Luis Cortés Cerón de Alvarado el 6 de junio de 1522, adquiriendo los apellidos de los conquistadores Cortés y Alvarado. A este tlatoani se le permitió seguir gobernando a Xochimilco como un títere político de los conquistadores. De hecho, Hernán Cortés entregó Xochimilco, sus tierras y población a Pedro de Alvarado inmediatamente después de la conquista militar y permaneció como tal hasta su muerte, en 1541.

La evangelización de los habitantes de Xochimilco y sus pueblos corrió a cargo de los misioneros franciscanos Martín de Valencia, Alfonso Paz, Juan de Nozarmendia y Bernardino de Sahagún, entre otros. Entre 1534 y 1579 fue construido un convento franciscano, que actualmente está asociado a la catedral de Xochimilco.

Felipe II de España elevó a la categoría de ciudad al pueblo de Xochimilco en 1559. De esta forma, Xochimilco fue llamada Noble ciudad de Xochimilco:

Es nuestra merced y voluntad y mandamos que ahora y de aquí en adelante el dicho pueblo de Xochimilco se llame e intitule y pueda llamar e intitular la Noble Ciudad de Xochimilco, y que goce de las preeminencias, prerrogativas e inmunidades que gozan y deben gozar las otras ciudades de las dichas nuestras Indias
Felipe II de España, resolviendo la petición de los habitantes de Xochimilco[7]

La falta de atención de la administración colonial hacia las obras de ingeniería,, que permitieron el florecimiento de la chinampería en el lago de Xochimilco, ocasionó que las sementeras de la región fueran anegadas en 1609 por una crecida del lago. Unos años antes, de 1545 a 1548 y de 1576 a 1581 Xochimilco fue víctima de la epidemia de cocoliztli de 1576,[8]​ hecho que se repetiría en 1777 en el contexto de la grave crisis demográfica del siglo XVIII en la Nueva España.

Xochimilco mantenía un intenso comercio con la ciudad de México y también era el paso de las trajineras que se dirigían desde los pueblos más orientales de los lagos hacia la capital novohispana. Como para la mitad del siglo XVI, los lagos del sur del valle habían quedado aislados, la única vía fluvial entre Xochimilco y la capital era el canal de la Viga.

Siglos XIX y XX  El Ejército Libertador del Sur, encabezado por Emiliano Zapata, llegó a Xochimilco en 1911.

Después de la independencia, Xochimilco pasó a formar parte del estado de México, pero se incorporó al Distrito Federal mediante decreto en la primera mitad del siglo XIX. Su actividad principal seguía siendo la agricultura, cuya producción se transportaba en trajineras desde las chinampas hasta los principales mercados de la ciudad de México, como La Merced y Jamaica. En 1850 fue inaugurada la primera línea de vapor que prestaba el servicio entre México y Xochimilco, lo que estimuló el tráfico entre ambas localidades. Hasta la introducción del tranvía eléctrico en 1908, la principal forma de trasladarse del sur al centro de la cuenca siguieron siendo las trajineras.

Durante la Revolución mexicana, Xochimilco fue ocupado sucesivamente por grupos de todas las facciones que intervinieron en la guerra. En 1911, los zapatistas penetraron en el territorio del Distrito Federal provenientes del estado de Morelos. Aunque establecieron su cuartel en Milpa Alta, pronto ocuparon varias poblaciones de la municipalidad de Xochimilco, incluida su cabecera, que fue incendiada.[9]​ En 1913, algunos cadetes del H. Colegio Militar fueron asesinados por fuerzas leales a Victoriano Huerta en el pueblo de San Lucas Xochimanca. El 4 de diciembre de 1914, Emiliano Zapata y Francisco Villa firmaron el Pacto de Xochimilco en una casa habitación localizada frente al mercado principal y ocupada actualmente por una zapatería.[1]​ Uno de los temas que se trataron en la conferencia entre Villa y Zapata en Xochimilco fue el olvido de la problemática agraria por parte del movimiento constitucionalista de Venustiano Carranza.[10]​ Uno de los hechos más peculiares durante la confrontación entre el ejército constitucionalista y las tropas zapatistas, que contaban con amplio apoyo entre la población de Xochimilco, se dio cuando el 4 de octubre de 1916 las topas de Emiliano Zapata tomaron el sistema de bombeo de agua ubicado en Xochimilco y que abastecía de agua a la ciudad de México. Un destacamento del ejército carrancista, enviado por el general Pablo González, se introdujo en las tuberías para atacar por sorpresa a los zapatistas. estos, al enterarse de esta maniobra, abrieron las compuertas de bombeo y eliminaron al destacamento enemigo. Después de la Revolución, varios pueblos originarios de Xochimilco recibieron tierras ejidales o les fueron restituidos sus derechos sobre bienes comunales.

La comunicación fluvial entre Xochimilco y Ciudad de México fue suspendida con la clausura del canal de La Viga y su posterior entubamiento. La explotación de los manantiales redujo también la superficie del lago, de modo que se deterioró la agricultura y el entorno de Xochimilco. La clausura de La Viga implicó el auge de Xochimilco como destino turístico, pues muchos de los antiguos paseantes de las chinampas de Iztacalco encontraron en las chinampas de Xochimilco un ambiente similar. En 1968 fueron construidas algunas obras urbanas como parte del equipamiento de México para la recepción de los juegos olímpicos de ese año. El canal de Cuemanco fue convertido en parte de la Pista Olímpica de Canotaje Virgilio Uribe y en el límite de Xochimilco y Tlalpan se construyó el Anillo Periférico, una de las primeras vías rápidas de la capital mexicana. La conurbación física de Xochimilco a Ciudad de México ocurrió tardíamente, en las últimas tres décadas del siglo XX.[11]

La zona de chinampas de Xochimilco fue declarada patrimonio de la humanidad en 1987. Desde entonces ha habido cierto interés en rescatar el entorno ecológico de la zona lacustre. En 1989 se inició un proyecto ambicioso que fue modificado por la resistencia de los xochimilcas.[12]

a b c Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas DE Durán, 1967: 22. Noguera, 1970: 93-94. Tira de la Peregrinación, f. 2. En Visión de los vencidos (León Portilla, 2007: cap. XIII) se reproduce un testimonio de Chimalpahin, donde Cortés se dirige de la siguiente manera a los xochimilcas y chalcas:
Venid acá, el mexícatl con flechas y con escudos se apoderó de vuestra tierra, de vuestra pertenencia, allí donde vosotros le servíais, Pero ahora, de nuevo con flechas y con escudos, os dejo libres, ya nadie allí tendrá que servir al mexícatl. Recobrad vuestra tierra.
Thomas, 1993: 513-534 Archivo General de la Nación: Reales Cédulas Duplicadas, vol. 1, exp. 166, f. 151. Salomé Gutiérrez, María de los Dolores (1985). Edición propia, ed. Senorio y cacicazgo en Xochimilco 1520-1650. México: Tesis que para obtener el título de Licenciado en Historia, presenta Ana Ma. de los Dolores Saloma Gutierrez ; asesor Alfredo Lopez Austin. UNAM. p. 32. Consultado el 4 de abril de 2020.  Hernández Silva, 2003: cap. 3. ILCE, s/f. Terrones, 2006 Legorreta, Jorge, "Xochimilco, ante la última oportunidad para rescatarlo", en La Jornada, 12 de junio de 2005, consultado el 25 de enero de 2009.
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