Parque nacional Talampaya
El parque nacional Talampaya se encuentra ubicado en el centro-oeste de la provincia de La Rioja en Argentina entre los departamentos de Coronel Felipe Varela e Independencia. Fue creado con el objetivo de proteger importantes yacimientos arqueológicos y paleontológicos de la zona y ocupa 213 800 ha (según la Administración de Parques Nacionales).[1] Se encuentra adyacente al parque provincial de Ischigualasto ubicado en la provincia de San Juan, también conocido como Valle de la Luna. En 2000 la Unesco declaró a ambos parques como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en América.[2] El nombre Talampaya corresponde al extinto idioma cacán y ...Leer más
El parque nacional Talampaya se encuentra ubicado en el centro-oeste de la provincia de La Rioja en Argentina entre los departamentos de Coronel Felipe Varela e Independencia. Fue creado con el objetivo de proteger importantes yacimientos arqueológicos y paleontológicos de la zona y ocupa 213 800 ha (según la Administración de Parques Nacionales).[1] Se encuentra adyacente al parque provincial de Ischigualasto ubicado en la provincia de San Juan, también conocido como Valle de la Luna. En 2000 la Unesco declaró a ambos parques como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en América.[2] El nombre Talampaya corresponde al extinto idioma cacán y significaría: río seco del tala.[3]
Las vastas cuencas permanecían virtualmente desconocida debido a su aislamiento. Solo la construcción de la carretera en la década de 1970, que une Patquía con Villa Unión permitió el ingreso de vehículos motorizados. El objetivo fue conservar una interesante muestra del ambiente de monte, yacimientos arqueológicos y paleontológicos en un marco de imponente belleza escénica. El cañón y su acceso fueron por primera vez levantados por el ingeniero Werner Lorenz, geodesta alemán radicado en Villa Unión.
Su difusión como maravilla natural se debe a Federico Kirbus, periodista, escritor, investigador, que a partir de 1977 comenzó publicando artículos ilustrados de las formaciones de Talampaya e Ischigualasto, notas que de esta forma comenzaron a atraer a los primeros turistas independientes.
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