Guadix es una ciudad y municipio español situado en la parte centro-norte de la comarca accitana, en la provincia de Granada, comunidad autónoma de Andalucía. Limita con los municipios del Valle del Zalabí, Albuñán, Cogollos de Guadix, Lugros, Beas de Guadix, Marchal, Purullena, Benalúa, Fonelas, Villanueva de las Torres, Gorafe y Gor, así como con Darro y Huélago por el enclave de Belerda y con Freila, Cuevas del Campo y Baza por el enclave de Bácor-Olivar.

El municipio accitano comprende los núcleos de población de Guadix —capital municipal, comarcal, sede de un partido judicial propio y de la Diócesis de Guadix-Baza—, Estación de Guadix, Bácor, Hernán-Valle, Paulenca, Belerda, Olivar y Los Balcones. Bácor, junto con Olivar y Los Balcones, forman la entidad local autónoma (ELA) de Bácor-Olivar, con capital en el núcleo bacareño.

La ciudad está situada en el centro de la Hoya de Guadix, a una altitud de 913 m s. n. m., en el declive norte de Sierra Nevada, sien...Leer más

Guadix es una ciudad y municipio español situado en la parte centro-norte de la comarca accitana, en la provincia de Granada, comunidad autónoma de Andalucía. Limita con los municipios del Valle del Zalabí, Albuñán, Cogollos de Guadix, Lugros, Beas de Guadix, Marchal, Purullena, Benalúa, Fonelas, Villanueva de las Torres, Gorafe y Gor, así como con Darro y Huélago por el enclave de Belerda y con Freila, Cuevas del Campo y Baza por el enclave de Bácor-Olivar.

El municipio accitano comprende los núcleos de población de Guadix —capital municipal, comarcal, sede de un partido judicial propio y de la Diócesis de Guadix-Baza—, Estación de Guadix, Bácor, Hernán-Valle, Paulenca, Belerda, Olivar y Los Balcones. Bácor, junto con Olivar y Los Balcones, forman la entidad local autónoma (ELA) de Bácor-Olivar, con capital en el núcleo bacareño.

La ciudad está situada en el centro de la Hoya de Guadix, a una altitud de 913 m s. n. m., en el declive norte de Sierra Nevada, siendo el núcleo de población más importante de la comarca, la cual está formada por veintiséis municipios.

En 2023 la habitaban 18 527 personas. Los barrios que posee son muy diferentes entre sí, en parte por la continuada inmigración acaecida hasta la década de 1990, destacando el barrio de la Ermita Nueva, la Estación de Guadix, el casco histórico, donde se encuentra la Calle Ancha; el barrio de Santiago o el de San Miguel; y las tres avenidas o arterias principales: Mariana Pineda, Buenos Aires y Medina Olmos.

Fue colonia romana de la Tarraconense, perteneciente al Conventus Carthaginensis, sede episcopal de la Iglesia Católica y capital del breve reino musulmán capitaneado por Abú Abdallah Muhammad el Zagal, hasta que el Arzobispo de Toledo, Pedro González de Mendoza, configuró la ciudad como enclave episcopal y sede del poder de la Casa del Infantado. Su escudo municipal ostenta los títulos de Muy noble y leal ciudad de Guadix.

Guadix constituye un núcleo receptor de turismo debido a sus monumentos, sus famosas casas-cueva y a la cercanía con la capital provincial de Granada, así como a la zona histórica conocida como La Alpujarra. De entre sus construcciones históricas, la Catedral de la Encarnación es una de las más importantes del país, declarada Bien de Interés Cultural en 1931, junto a la Alcazaba de Guadix, la cual fue declarada Monumento Artístico Nacional ese mismo año. Por su parte, la catedral presenta tres estilos arquitectónicos y tiene ciertas similitudes con las de Granada y Málaga.

La oferta cultural de Guadix incluye tres museos, entre los que destaca el museo catedralicio, dedicado al arte sacro. Además, la ciudad alberga la Fundación Pintor Julio Visconti, el Centro de Estudios "Pedro Suárez", la Sala Alarconiana en el Palacio de Peñaflor dedicada a la figura de Pedro Antonio de Alarcón, la cueva de San Pedro Poveda y la cueva Santa Virgen de Gracia.

Guadix es ciudad histórica y patrimonial de importancia. A pesar de tener una extensión pequeña, tiene un valor histórico destacado, tanto por su enclave geográfico como por su importante patrimonio arqueológico y arquitectónico concentrado en un mismo lugar.

Las raíces accitanas se inician en la época prehistórica, aunque su evolución no es del todo conocida. Los recientes estudios historiográficos han reescrito la interpretación sobre la ciudad que, por otra parte, eran tradicionales, quizás obsoletas y a veces no del todo ciertas. Ejemplo de ello es el descubrimiento fortuito de un teatro romano, indicando la importancia de la colonia romana de Julia Gemella Acci, más importante de lo que se creía anteriormente.

Por su parte, el geógrafo holandés del Renacimiento, Joan Blaeu, sitúa en su Atlas Maior la fundación de Guadix en torno al año 1000 a. C. por los fenicios del rey Pigmalión, regente de la ciudad de Tiro y hermano de Dido, mítica fundadora de Cartago. Lo más lógico es la fundación de la ciudad como respuesta a una necesidad comercial muy posterior, aproximadamente en el siglo VII a. C.

 Chopera

De igual forma, los estudios arqueológicos en el casco histórico y el entorno de la alcazaba abren nuevas interpretaciones y están cambiando muchos detalles de la historia accitana, descubriendo una ciudad en conexión directa con los procesos históricos del Mediterráneo.

Prehistoria

La zona sobre la que se asienta Guadix inició su ocupación humana desde la Prehistoria. Las excavaciones arqueológicas señalan que, desde la Edad del Bronce, habría un asentamiento argárico, con cabañas para guardar el ganado y los excedentes agrícolas, excavadas en los terrenos arcillosos y utilizando zócalos en los muros, además de viviendas y estructuras utilizadas para el trabajo del cereal, así como sepulturas circulares en fosa excavadas bajo las habitaciones. Según algunas teorías, puede ser el origen de las populares cuevas, aunque solo fueran utilizadas para el almacenaje y el ganado.

Posteriormente, continuará la ocupación en el Bronce Final. A partir de aquí, las viviendas evolucionan hacia una tendencia circular, así como la construcción de elementos para el uso doméstico tales como hornos.

No hay más datos respecto a la Guadix prehistórica, además de restos cerámicos, llevando a localizar el asentamiento en la ladera norte de la colina central de la ciudad, asomándose al río y a la fértil vega.

Época ibérica

De la época ibérica se ha documentado la existencia de un oppidum del siglo VI a. C., caracterizado por un plano urbano bien definido, así como por una evolución en el proceso constructivo y una nueva estructuración urbana.

Las excavaciones arqueológicas muestran espacios complejos, de muros rectos y suelos de adobe rojo. Se han hallado hornos y silos, algunos de ellos para uso doméstico, demostrando una mayor complejidad en el asentamiento.

Ya en el Ibérico pleno, el urbanismo cambia en cuanto a sistema constructivo y orientación de las viviendas se refiere. Lo que puede ser una prensa de aceite en la excavación de la calle Palacio, muestra un área importante en el campo de la artesanía y la industria de la época.

Por último, en las excavaciones del Cine Acci, se documentó una vivienda de pizarra del siglo V a. C., con suelo de tierra apisonada y restos cerámicos realizados a torno, así como cuatro habitaciones con muros de adobe sobre un zócalo de piedra, además de dos hornos domésticos.

Colonia romana de Julia Gemella Acci  Inscripción romana en uno de los muros de la catedral

En la colonia romana de Guadix, entonces llamada Julia Gemella Acci, se acuñaron monedas romanas pertenecientes a los reinados de Augusto, Tiberio, Calígula y Claudio. Siguió siendo un importante nudo comercial durante la época romana, dejando vestigios artísticos de gran importancia como el Pedestal de Isis, expuesto en la actualidad en el Museo Arqueológico de Sevilla; además de las ruinas de un teatro romano perteneciente a estos años, descubiertas fortuitamente cuando se excavaba un aparcamiento subterráneo, lo cual reescribe la historia romana de la ciudad.

 Restos del teatro romano.

Respecto a la fundación de la colonia, hay quien señala que esta fue llevada a cabo directamente por Julio César en el año 45 a. C.[cita requerida], siendo un regalo a los legionarios de las legiones Gémina y Vernácula.

Las primeras menciones a la ciudad en la época romana las proporcionan autores latinos como Ptolomeo, que ofrecen su nombre y la localización en el último lugar de las quince ciudades mediterráneas bastetanas. Plino menciona la ciudad como una colonia romana perteneciente a la Tarraconense, que a su vez pertenece al Conventus Carthaginensis. También Macrobio y Antonino mencionarán la colonia, la epigrafía, la numismática y la arqueología proporcionen información más valiosa.

Además del teatro romano, se ha documentado una red de alcantarillado, galerías y conducciones de agua en tuberías de plomo en las excavaciones arqueológicas de la calle Palacio, en el antiguo Hospital Real y en la calle San Miguel. Muchos arqueólogos han señalado la existencia de estructuras de planta circular con gradas bajo el patio del convento de la Concepción, así como unas posibles termas romanas, aunque los revestimientos actuales impiden confirmar esta teoría.

En la calle San Miguel se ha excavado una estructura rectangular con un desarrollo a partir de dos paños, así como una posible puerta de la ciudad. Posteriormente, estas hipótesis fueron revisadas, y se interpretó el hallazgo como los restos de un templo romano, del que además se documentaron un capitel corintio y una cabeza de Trajano de pequeñas dimensiones. Por su parte, Guadix sería una dedutio militar, tal y como indican las monedas acuñadas, en las que aparecen águilas legionarias e insignias militares dobles junto al nombre de la colonia. Además, la colonia gozaría del Ius italicum, lo que favorecería el desarrollo social y económico.

Crisis tardo-romana y altomedieval

Tras la caída del Imperio romano de Occidente, Guadix sufrió un breve periodo de crisis al serle suprimida el Ius Italicum, el estatus otorgado por los romanos para que sus colonias progresaran social y económicamente. El inicio de esta crisis puede remontarse al año 212, con la celebración del Edicto de Caracalla, en la que se suprimen todos estos privliegios dados por los romanos. Se conoce que Guadix fue una de las primeras ciudades convertidas al catolicismo. También hay constancia de una sede episcopal con obispos documentados desde el siglo IV. Además, el obispo accitano Félix fue presidente del importante Concilio de Elvira, celebrado en esa misma época. Por su parte, arqueológicamente hablando, del siglo IV se han hallado muy pocos restos. Hasta el siglo XI, no se hallaría nada.

Wadi-Ash

Tras la conquista musulmana de la península, la ciudad, entonces llamada por los conquistadores Wadi Ash, atravesó varios siglos de esplendor y de decadencia a partes iguales, debido a las epidemias, los conflictos bélicos y las sequías. Según las crónicas árabes, la ciudad fue en un principio díscola a los Omeyas, participando incluso en las rebeliones de la época de las revueltas del muladí, reconvertido al cristianismo, Ibn Hafsún. Cabe destacar la importancia militar que por entonces le fue concedida por Abderramán III en el siglo X.

 La Alcazaba de Guadix vista desde el barrio de las cuevas

Tras el declive del califato, Guadix fue territorio limítrofe entre los ziríes granadinos y los Banu Jayrán almerienses. En 1018 fue asesinado el pretendiente califa omeya, Abderramán IV, por parte de sus partidarios, entre otros Jayrán, tras ser derrotado su ejército por el de Zawi Ibn Ziri.

Guadix, ya integrada en el Imperio almorávide, tras las primeras taifas, en el declinar de este y en medio de sus luchas contra los almohades por el control del Magreb y al-Ándalus, Ahmad Ibn Malham proclamó un señorío independiente en Guadix y Baza en 1145, si bien era aliado, o vasallo, de los almohades. Tras la conquista por estos de al-Ándalus, Ibn Malham acabó sus días en Marrakech.

 Puerta de San Torcuato, antigua entrada de la ciudad medieval

Tras la caída del poder de los almohades en la Península, Guadix se integra en el Reino nazarí de Granada. En 1313 se produce una sublevación que, encabezada por el cuñado del rey Nasr y emir de Málaga, provocará el 8 de febrero de 1314 la abdicación de este en su primo Ismaíl I a cambio del gobierno de la ciudad, donde mantendría un reino-feudo independiente hasta su muerte en 1322.

El 15 de enero de 1362 se libró la batalla de Guadix, en la que las tropas de la Corona de Castilla fueron derrotadas por las nazaríes. Al mando de las tropas castellanas derrotadas se encontraban los caballeros Diego García de Padilla, maestre de la Orden de Calatrava; Enrique Enríquez el Mozo, Adelantado Mayor de la Frontera; y Men Rodríguez de Biedma, caudillo mayor del obispado de Jaén.

Las guerras civiles acaecidas en el reino de Granada en los últimos tiempos de la dinastía nazarí convirtieron a Guadix en la capital de un breve reino capitaneado por Abú Abdallah Muhammad, conocido como el Zagal, o el Valiente, el cual, aliándose alternativamente a sus correligionarios o a los castellanos, acabó siendo víctima del rencor y la venganza, ya fueran propios o ajenos a él. De este modo, se posibilitó y facilitó la llegada de los castellanos a la ciudad con los Reyes Católicos y el Cardenal Mendoza a la cabeza. El 30 de diciembre de 1489 fue entregada la ciudad a los castellanos,[1]​ aunque es en septiembre de 1490 cuando se produce la verdadera conquista. Wadi Ash pasa a llamarse Guadix y comienza la transformación de la ciudad musulmana en cristiana.

En ese mismo año, se descubre un intento de asalto a la alcazaba por parte de los musulmanes y los judíos, lo que da lugar a su expulsión y a su posterior emigración en torno al Arrabal del Tollir, conocido entonces como Arrabal de la Morería (actual barrio de Santa Ana); la Vega y el Sened.

Guadix castellana

La mezquita aljama y las demás mezquitas se purifican y se bendicen, desapareciendo muchas de ellas. Por su parte, el maqaber deja de usarse como cementerio, pues se popularizan los enterramientos en las iglesias. La ciudad va configurando su urbanismo cristiano en torno a un plano medieval, con la consecuente ensanchación de sus calles, la apertura de los adarves cerrados y la creación de plazas, como la Plaza Mayor, donde se levantaron la cárcel, la Casa de los Corregidores y la Casa de los Escribanos, entre otras. La mezquita mayor se comenzaría a demoler en torno a 1500 para la construcción de la catedral.

La alcazaba pierde importancia, así como la muralla medieval, la cual se ve afectada por la construcción de las casas nobiliarias adosadas a ella. Las puertas y las fuentes se transforman y pierden su papel urbano. Además, el barrio de la judería se incorpora al actual Barrio Latino y desaparecen los patios y los corrales, así como el edificio de la antigua sinagoga, el cual será sustituido por el Hospital Real.

 Antiguas casas-cueva

Las antiguas mezquitas se convierten en iglesias y ermitas, tales como las de San Miguel, Santiago, Santa Ana o la Magdalena. Asimismo, se construyen dos conventos, uno situado en el camino de Fiñana (Convento de San Francisco) y otro en el camino de Paulenca (Convento de Santo Domingo), con el fin de evangelizar a la población.

En la calle Ancha y el barrio de Santiago se crea una zona comercial, con importantes viviendas para la nobleza y la construcción de un pósito. Por su parte, el barrio de Santa Ana es el único que conserva su estructura morisca, con callejuelas estrechas, placetas y adarves.

 Calle de la Judería

El entonces conocido como tercer rey de España, el Arzobispo de Toledo, Pedro González de Mendoza, fue uno de los personajes clave en la historia de la ciudad a partir de 1487. A él se debe la configuración de la ciudad como un nuevo un enclave episcopal, así como sede del corregimiento más extenso de la corona de Castilla, el poder de la Casa del Infantado y la mitra toledana juntas, las cuales propiciaron las concesiones regias del Marquesado del Cenete para Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, además de la conversión de la mezquita aljama en sede catedralicia. También se rebautizó a la ciudad con su actual nombre, Guadix.

Las frecuentes y abundantes guerras entre religiones y culturas producidas durante la Reconquista se extendieron prácticamente a lo largo de todo un siglo. Ya en 1570, y en tiempos de Felipe II, se dio orden de evacuar a los moriscos vencidos hasta las zonas del Levante, la Mancha y Extremadura.

Esta medida tendente a solucionar la llamada Rebelión de las Alpujarras hizo desaparecer del entorno a gran parte de la población ancestralmente autóctona, deportando a una gran cantidad de personas, lo cual tuvo grandes repercusiones en una de las industrias más fructíferas de la comarca, como fue la de la seda.

Tras la expulsión acaecida en 1570, retornaron de manera clandestina y con carácter subversivo una pequeña parte de los exiliados, los cuales, situándose en el entorno de la ciudad, excavaron sus viviendas en la arcilla, lo que dio lugar al origen, según una teoría, de las conocidas y tan populares casas-cueva. Estas se convirtieron en un hábitat comunitario y bien organizado. Según otra teoría, las cuevas habitadas tienen su origen en el mismo momento de la Reconquista, siendo los cristianos más pobres, sin capacidad para adquirir una vivienda intramuros, lo que excavaron los cerros arcillosos.

Edad Contemporánea  Fachada principal de la catedral

La Casa de Austria concedió a Guadix de los privilegios propios de una ciudad medieval del Antiguo Régimen, aunque la castigó duramente por otro lado, tanto en el aspecto económico, con la exacción de impuestos, como a su población más joven, por la necesidad de mantener en Europa un prestigio dinástico lleno de inmensos esfuerzos bélicos.

Posteriormente, el periodo borbónico no puede denominarse como Siglo de las Luces, al menos en la ciudad, pues a la oscuridad inicial de la militarización de los varones jóvenes para la Guerra de Sucesión, se une el hecho de que en el reinado de Carlos III se acabó con una de las instituciones culturales y académicas con más prestigio en la historia accitana, como fue el Colegio de San Torcuato de la Compañía de Jesús, dejando exclusivamente al seminario diocesano las posibilidades académicas de esta época. De todos modos, cabe mencionar que los borbones dotaron a Guadix de la reanudación de las obras de la catedral, las cuales fueron finalizadas antes de la entrada napoleónica.

Como en el resto de país, el periodo francés supuso una ruina total, iniciándose otra etapa de decadencia que abarcó todo el siglo XIX. Las guerras, las epidemias y los desastres sociopolíticos fueron ingentes y paralelos a los vividos por entonces en la España napoleónica. Por su parte, la carencia de una revolución industrial supuso un alto índice de mortalidad infantil, de igual forma que trajo la práctica esclavitud laboral para la mayoría de la sociedad.

Durante el último tercio del siglo XIX los rendimientos del campo eran exiguos por la caída del precio tanto del trigo como del cáñamo. En 1895 el ferrocarril llegó al municipio con la entrada en servicio el tramo Guadix-Almería de la línea Linares-Almería, que sería completada en su totalidad cuatro años más tarde. A las afueras de la población se levantó una estación de ferrocarril que disponía de importantes instalaciones, como una rotonda, talleres, cocheras para locomotoras, muelles de mercancías, etc. Además, Guadix se convertiría en un importante nudo ferroviario tras la entrada en funcionamiento de la línea Baza-Guadix, una parte del ferrocarril Murcia-Granada, a comienzos del siglo XX. Debido a ello, desde el municipio accitano era posible ir por ferrocarril hasta Granada, Almería, Baza, Linares, Úbeda, Lorca o Murcia. Posteriormente aparecerán los edificios necesarios para atender a los fenómenos modernos que surgen en esta época, como la revolución industrial.

Con el auge de la industria azucarera de Granada se construyeron dos azucareras para producir azúcar a partir de remolacha. Los suelos fértiles y la disponibilidad de riego en Guadix permitían, como sucedió en la Vega de Granada, el cultivo de la remolacha azucarera. En 1901-1902 se inauguró la fábrica Azucarera San Torcuato, y en 1913-1914 la de Nuestra Señora del Carmen en el cercano municipio de Benalúa, ambas junto a las vías del tren. Además, se instalaron varias fábricas harineras y una plaza de abastos. En 1904 la Azucarera San Torcuato se integró en el trust Sociedad General Azucarera de España.[2]​ Durante el siglo XIX también se popularizó la vivienda colectiva, demoliendo o reaprovechando viejos edificios para adaptarlos a estas nuevas estructuras.

En el siglo XX los barrios crecen donde antes existían explotaciones agrícolas, surgiendo nuevas avenidas para responder a una necesidad de mejora en el transporte y al auge del comercio en la ciudad accitana, así como en un aumento de la población. Por su parte, se construyen nuevos colegios e institutos para la enseñanza de bachiller y formación profesional; además de otras construcciones modernas, como un centro deportivo municipal, varios polígonos industriales, un parque de bomberos y un centro de salud, todo a finales del siglo XX. En 1985 se clausura el trazado ferroviario Almendricos-Guadix y se produce la desconexión con el Levante, lo que supuso que la estación de Guadix perdiera importancia.

Revista Hidalguía número 152. Año 1979. Ediciones Hidalguia. Consultado el 25 de septiembre de 2022.  Cuéllar Villar, 2002, p. 477.
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