Contexto sobre Túnez

Túnez[4]​ (en árabe: تونس Tūnis; en bereber, Tunest; en francés: Tunisie), cuyo nombre oficial es República Tunecina (en árabe: الجمهورية التونسية‎, romanizado: el-Jomhūriya it-Tūnisiya, en francés: République tunisienne), es un país soberano situado en el norte de África, más concretamente en la costa mediterránea. Su forma de gobierno es la república semipresidencialista. Su territorio está organizado en 24 gobernaciones o wilayat. La capital es Túnez, la ciudad más poblada, que le da el nombre al país.

Es el país más pequeño del Magreb, ubicado entre las estribaciones orientales de la cordillera montañosa del Atlas y el mar Mediterráneo. La superficie de Túnez es de 163 610...Leer más

Túnez[4]​ (en árabe: تونس Tūnis; en bereber, Tunest; en francés: Tunisie), cuyo nombre oficial es República Tunecina (en árabe: الجمهورية التونسية‎, romanizado: el-Jomhūriya it-Tūnisiya, en francés: République tunisienne), es un país soberano situado en el norte de África, más concretamente en la costa mediterránea. Su forma de gobierno es la república semipresidencialista. Su territorio está organizado en 24 gobernaciones o wilayat. La capital es Túnez, la ciudad más poblada, que le da el nombre al país.

Es el país más pequeño del Magreb, ubicado entre las estribaciones orientales de la cordillera montañosa del Atlas y el mar Mediterráneo. La superficie de Túnez es de 163 610 km²,[1]​ con una población estimada en 11,8 millones de habitantes. Aproximadamente el 40 % de este país está compuesto por el desierto del Sahara, mientras que el resto es suelo fértil y adecuado para la agricultura; además, tiene 1148 km de costa.[1]​ Limita con Argelia al oeste, Libia al sureste y con el Mar Mediterráneo al este y al norte.

En la antigüedad, Túnez estaba habitado principalmente por bereberes. La inmigración fenicia comenzó en el XII a.c. Estos inmigrantes fundaron Cartago, una potencia mercantil importante y rival militar de la República Romana. Cartago fue derrotada por los romanos en 146 a. C. Los romanos, que ocuparon Túnez durante la mayor parte de los siguientes ochocientos años, introdujeron el cristianismo y dejaron legados arquitectónicos como el anfiteatro de El Djem. Después de varios intentos que comenzaron en 647, los musulmanes conquistaron el conjunto de Túnez por 697, seguidos por el Imperio Otomano entre 1534 y 1574. Los otomanos dominaron el territorio durante más de trescientos años, hasta que, durante su decadencia en el XIX, Francia estableció un protectorado sobre el país en 1881. En 1956, el país se independizó como una monarquía constitucional, que fue derrocada al año siguiente. El líder del partido Neo-Destour, Habib Bourguiba, declaró la República y se mantuvo como presidente hasta su derrocamiento en 1987, siendo reemplazado por Zine El Abidine Ben Ali, del partido Agrupación Constitucional Democrática. Ben Ali gobernó despóticamente el país hasta que el 14 de enero de 2011 renunció en medio de lo que se conoció como la revolución tunecina, una revuelta social a gran escala que culminó con el llamado a elecciones legislativas libres y la redacción de una nueva constitución, que rige el país desde 2014. Ese mismo año, se realizaron las primeras elecciones presidenciales[5]​ y legislativas bajo la misma.[6]

Bajo la constitución actual, Túnez es una república semipresidencialista y unitaria que adopta la democracia representativa como forma de gobierno. Túnez es considerado por diversas organizaciones de derechos humanos como el único país sinceramente democrático del Mundo Árabe.[7][8]​ Se le adjudica también uno de los índices de desarrollo humano más altos de África.[3]​ Tiene acuerdos de asociación con la Unión Europea, es miembro de La Francofonía, la Unión del Mediterráneo, la Liga Árabe, la Unión del Magreb Árabe, la Organización para la Cooperación Islámica, la Gran Zona de Libre Comercio Árabe, la Comunidad de Estados del Sahel-Sahara, la Unión Africana, el Movimiento de Países No Alineados, Del Grupo de los 77; y ha obtenido el estatus de aliado principal no perteneciente a la OTAN. Además, Túnez es un estado miembro de las Naciones Unidas y del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Las estrechas relaciones con Europa, en particular con Francia[9]​ y con Italia,[10][11]​ se han forjado a través de la cooperación económica, la privatización y la modernización industrial.

Mas sobre Túnez

Información básica
  • Divisa Dinar tunecino
  • Nombre nativo تونس
  • código de llamada +216
  • dominio de Internet .tn
  • Speed limit 50
  • Mains voltage 230V/50Hz
  • Democracy index 6.59
Population, Area & Driving side
  • Población 11565204
  • Área 163610
  • Lado de conducción right
Historial
  • De la Cartago púnica a la Cartago romana
     
    Sitio arqueológico de Cartago

    En el territorio del Túnez actual floreció la ciudad de Cartago, fundada en el siglo VIII a. C. por los fenicios de Tiro. Hacia el siglo VI a. C., Cartago había sojuzgado a las tribus libias y anexado las antiguas colonias fenicias, controlando de este modo toda la costa del norte de África, desde el océano Atlántico hasta la frontera occidental de Egipto, así como Cerdeña, Malta, las islas Baleares y parte de Sicilia....Leer más

    De la Cartago púnica a la Cartago romana
     
    Sitio arqueológico de Cartago

    En el territorio del Túnez actual floreció la ciudad de Cartago, fundada en el siglo VIII a. C. por los fenicios de Tiro. Hacia el siglo VI a. C., Cartago había sojuzgado a las tribus libias y anexado las antiguas colonias fenicias, controlando de este modo toda la costa del norte de África, desde el océano Atlántico hasta la frontera occidental de Egipto, así como Cerdeña, Malta, las islas Baleares y parte de Sicilia. En el siglo V a. C., el navegante cartaginés Hannón (530-470 a. C.) emprendió un viaje a lo largo de la costa atlántica del norte de África. El poder marítimo permitió a los cartagineses extender sus asentamientos y conquistas, formando un imperio disperso dedicado al comercio. Entre sus empresas comerciales destacaban la minería de plata y plomo, la fabricación de camas, una industria maderera en las montañas de la cordillera del Atlas, la fabricación de cerámica, joyería, y la exportación de animales salvajes provenientes de las junglas africanas, del marfil y el oro. Cartago estuvo en guerra casi continuamente con Grecia y Roma durante 150 años. Las guerras con los griegos, que comenzaron en el 409 a. C., se produjeron por el dominio de Sicilia, situada aproximadamente a 160 km al norte de Cartago, que formaba un puente natural entre el norte de África y la península itálica.[1]

    Fue definitivamente conquistada por la República romana al ser derrotada en las guerras púnicas en el siglo II a. C. Cartago fue destruida y la influencia cultural asiática y africana en la actual Túnez fue mermada por la influencia romana. El territorio del Túnez moderno fue administrado casi en su totalidad bajo el nombre de la provincia romana de África, y se convirtió en uno de los graneros de Roma.

    Edad Media
     
    Ciudad islámica de Cairuán.

    En el siglo V, los vándalos al mando de Genserico invadieron la región. En el VI, Belisario la recuperó para el Imperio bizantino. En el siglo VII se convirtió en parte del califato omeya y abasí, bajo el nombre de Ifriqiya. Durante esta época se fundó la ciudad de Kairuán. Posteriormente los bereberes nativos alcanzaron el poder con el beneplácito del califato fatimí, y se derrocó la dinastía aglabí, colocándose en su lugar la dinastía de los ziríes. En 1045, los ziríes renunciaron al chiismo, y los fatimíes enviaron a los Banu Hilal, una confederación de beduinos, a acabar con los ziríes. De esta manera, la región fue devastada y la próspera industria agraria se arruinó.

    En 1159, los almohades dominaron la región, siendo expulsados en el siglo XIII por los hafsíes, que gobernaron Ifriqiya. Allí se refugió y murió Luis IX de Francia cuando iba de camino a las cruzadas.

    Túnez otomano

    El fin de la Reconquista española en 1492 abrió las puertas del norte de África a este país. En 1504 el corsario berberisco Uruj, conocido como Barbarroja, estableció su cuartel general en Túnez. Este famoso pirata nació en una isla griega del mar Egeo. Una de sus primeras hazañas fue la captura de dos galeras propiedad del papa Julio II cargadas de riquezas. Barbarroja rindió tributo a la llamada “Sublime Puerta” (Turquía), ofreciéndole un cuarto de sus capturas y declarándose vasallo de su sultán.

    Túnez pronto se transformó en refugio de los piratas berberiscos, enemigos acérrimos de los cristianos del Mediterráneo. Las continuas depredaciones de los tunecinos motivaron en 1509 las expediciones organizadas por el cardenal Cisneros, que adelantó los fondos necesarios para equipar 20 000 hombres. Cisneros entró con sus tropas en la ciudad de Orán, y Pedro Navarro sometió Bugía, Argel, Túnez, Tlemcén y en el año 1511 la ciudad de Trípoli. Pero al intentar someter la isla de Gelbes, las fuerzas españolas, agotadas, fueron acometidas por los moros. Los pocos sobrevivientes de la batalla fueron reembarcados por el general Navarro, pudiendo escapar de la muerte.

     
    Conquista de Túnez por el rey español Carlos I en la llamada Jornada de Túnez en 1535.

    En 1516, Barbarroja mudó sus cuarteles a Jijil, y al mando de una escuadra de 16 galeones y 6000 hombres atacó la ciudadela española de Argel. Sus aventuras en la región finalizaron cuando el emperador Carlos I de España envió un ejército de 10 000 soldados al norte de África que derrotó a los corsarios. El famoso corsario Barbarroja murió durante la batalla, pero toda la región continuó bajo el poder de los moros y piratas. Por este motivo en 1535 el rey de España Carlos I partió rumbo a Túnez con todas sus fuerzas. La Goleta fue tomada el 16 de julio, y Túnez cayó pocos días después. Carlos I repuso en el trono a Muley Hassan, obligando a dejar La Goleta con dos millas de terreno en circunferencia. Al proponerse el rey español la conquista de Argel en 1541, las tempestades destrozaron gran número de sus naves.

    En 1573, Túnez vuelve a caer en manos de los turcos, siendo objeto de una nueva expedición española. El 1 de octubre Juan de Austria, después de la victoria de Lepanto, se dirigió a La Goleta con 104 naves y 20 000 hombres y conquistó Túnez. Pero un año después Túnez cayó otra vez en poder de los turcos, convirtiéndose en un vilayato administrado por un gobernador. Bajo el dilatado gobierno otomano, el país conoció un período de relativa estabilidad hasta el año 1881.

    La administración imperial fue desarrollada por administradores nativos, conocidos como beys. El primero de ellos, al-Husayn ibn Ali (1705-1740) fundó la dinastía de los Husáin, consolidando el Beylicato de Túnez; bajo su gobierno el país consiguió un relativo grado de autonomía y una gran prosperidad. La piratería berberisca fue una actividad que logró gran florecimiento bajo los auspicios de la dinastía de los Husáin. A finales del siglo XVII y principios del XVIII, un gran número de Estados mediterráneos pagaban tributos de forma regular al gobierno tunecino para proteger de posibles ataques a sus flotas. Esta situación cambió a comienzos del siglo XIX, cuando la acción conjunta de varios países occidentales acabó con las bases corsarias de Túnez y otras situadas a lo largo de la llamada costa de Berbería, en la costa norte de África. Como resultado de la pérdida de los ingresos procedentes de los actos de piratería, el gobierno de Túnez se vio envuelto en enormes deudas, a las que contribuyeron las incontroladas extravagancias personales de los beys y los gastos para sofocar las frecuentes revueltas internas.

    Dominio francés

    A finales del siglo XVIII la autoridad otomana sobre Túnez era meramente nominal. Los principales acreedores de Túnez fueron Francia y Gran Bretaña, quienes tenían grandes ambiciones imperiales en el norte de África. En 1830, Francia conquistó y se anexionó Argelia y puso sus ojos en Túnez. En el Congreso de Berlín de 1878, Francia permitió a Gran Bretaña ocupar la isla mediterránea de Chipre a cambio de ver reconocidos sus intereses en Túnez. En 1881 el ejército francés ocupó el país con el fin de subyugar a las tribus que dificultaban la presencia francesa en Argelia; el 12 de mayo de ese mismo año el regente firmó el Tratado de Kasser Said (conocido como el "Tratado de Bardo", rechazado por Italia ya que había una numerosa colonia de italianos en Tunicia[2]​), por el cual Túnez pasaba a ser protectorado francés. En 1883 ambos países firmaron la Convención de Marsa.[3]

    Durante la Segunda Guerra Mundial, Túnez fue una de las colonias francesas leales al régimen proalemán de Vichy; en consecuencia las tropas italianas y alemanas se instalaron en su territorio, donde terminaron acorraladas por los Aliados. Tras el final de la Guerra, Túnez continuó bajo el control colonial de Francia hasta alcanzar su independencia en 1956.

    Independencia
     
    El primer presidente de Túnez, Habib Bourguiba, rinde tributo a la bandera de Túnez en 1967.

    El año 1934, con la formación del Partido Néo-Destour (Nueva Constitución) (NDP) dirigido por Habib Bourguiba, marcará el inicio de la lucha tunecina por su independencia. En 1955 Túnez consiguió el autogobierno y, en 1956, la independencia como una monarquía constitucional. En 1957, se derrocó la monarquía proclamándose la República, con Bourguiba como Presidente.

    Autocracias

    A pesar de la independencia, Francia mantuvo su presencia militar por medio de una base naval en Bizerta hasta 1963. En ese año, tras un bloqueo por parte de la marina tunecina, los franceses se vieron obligados a abandonar definitivamente el país. Esta política de alejamiento del antiguo poder colonial, dio un nuevo paso el 12 de mayo de 1964 cuando por sorpresa, se expropiaron las tierras de los colonos extranjeros. Francia e Italia, países cuyos nacionales eran los más afectados protestaron y suspendieron la ayuda económica.[4]

    El gobierno del Partido Socialista Desturiano (renombrado como Rassemblement Constitutionel Démocratique en 1988), convivía con el NDP e hizo que Bourguiba siguiera políticas socialistas en los primeros años de su mandato. Sin embargo, durante el decenio de 1970 abrió la economía a la inversión extranjera y permitió el desarrollo del sector privado.

    Desde que triunfó su golpe de Estado en 1987, el presidente Zine El Abidine Ben Ali mantuvo el poder con ayuda de su partido la Agrupación Constitucional Democrática (RCD). Aunque formalmente multipartidista, el régimen político era considerado internacionalmente como dictatorial, y los partidos políticos de oposición apenas tenían acceso al parlamento.

    En su política exterior se caracterizó por su apoyo y por convertirse en el anfitrión de los combatientes de la Organización para la Liberación de Palestina desde de su salida impuesta desde el Líbano siguiendo la invasión israelí en 1982. Túnez fue, además, uno de los países impulsores de la Unión Árabe del Magreb, constituida en febrero de 1989, concebida como un bloque político y económico en el norte de África, paralela a la Comunidad Europea, comprendiendo Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez. Túnez pertenece a varias organizaciones de cooperación internacionales, como la Liga de Estados Árabes, la Unión Africana (UA) y la Comunidad de los Estados sahraui-sahariano.

    En 2001 la Unión Europea firmó acuerdos con Túnez para controlar la emigración clandestina, que se concretarían en el Grupo 5+5 en 2002 (Portugal, España, Francia, Italia, Malta y Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia). Un grupo terrorista vinculado a Al-Qaeda cometió un atentado el 11 de abril de 2002 en una sinagoga en la isla de Yerba, en el que murieron 15 personas.

    Revolución y democracia

    Entre finales del 2010 y principios del 2011 se desarrollan una serie de protestas y disturbios que obligan al presidente Zine El Abidine Ben Ali a convocar elecciones para el año 2014. Posteriormente, la tarde del 14 de enero del mismo año, ante la continuidad de las protestas, abandonó el país, huyendo a Arabia Saudita y dejando el poder al primer ministro Mohammed Ghannouchi,[5]​ quien a su vez fue sustituido al día siguiente por el presidente del Parlamento, Fouad Mebazaa.

     
    Asamblea constituyente en su sesión inaugural.

    El 23 de octubre de 2011 se celebraron elecciones libres a una Asamblea Constituyente una vez legalizados los principales partidos políticos de oposición e ilegalizado el antiguo partido gobernante. La votación dio lugar a una asamblea muy fragmentada en la que destaca el partido islamista Ennahda, seguido por los partidos laicos Congreso para la República (progresista), Ettakatol (socialdemócrata) y Partido Republicano (centrista, fruto de la fusión del Partido Progresista Democrático con otras fuerzas menores). La asamblea eligió a Mustafá Benjaafar, de Ettakatol, como presidente de la misma. El 10 de diciembre de 2011, la asamblea adoptó una constitución provisional y, dos días después, eligió al líder del Congreso para la República, Moncef Marzouki, como presidente provisional de la República. Marzouki propuso como primer ministro a Hamadi Jebali, secretario general de Ennahda, quien fue ratificado por la asamblea y formó un gobierno provisional de coalición entre los tres principales partidos. La Asamblea Constituyente continuó con sus trabajos para aprobar una nueva Constitución mediante complejas negociaciones.

    El miércoles 6 de febrero de 2013 era asesinado el líder laico y de izquierdas Chokri Belaid ante su casa en Túnez. En el entierro celebrado dos días después las fuerzas políticas laicas hicieron un demostración de fuerza manifestándose y realizando una huelga general de 24 horas convocada por la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), el sindicato más importante del país, pidiendo la dimisión del gobierno del islamista moderado Hamadi Jebali. Con estos hechos se puso en evidencia la polarización y el creciente enfrentamiento que vivía Túnez entre islamistas y laicos, y que explicaba que la Asamblea Constituyente elegida a finales de 2011 aún no hubiera conseguido aprobar la nueva Constitución. La respuesta islamista no se hizo esperar y tras el entierro un grupo de «barbudos» —como se conoce a los islamistas más radicales— agredieron a Najib Chebbi, líder del Partido Demócrata Progresista al grito de «¡Enemigo de Dios!» y al día siguiente, sábado 9 de febrero de 2013, las juventudes del partido del gobierno Ennahda realizaron una manifestación en defensa de la «legitimidad» del poder que ostenta su partido —obtuvo el 40 % de los escaños en las elecciones de 2011— y contra la «injerencia francesa» —gritaron «¡Francia lárgate! ¡Francia, basta ya!»— haciendo referencia a las declaraciones del ministro francés del Interior Manuel Valls que tras condenar el asesinato del opositor laico tunecino Chokri Belaid lamentó «el auge generalizado del fascismo islámico», lo que también provocó la protesta oficial del gobierno tunecino que calificó la declaración como «inamistosa».[6]

    Como ha señalado el analista del diario español El País Ignacio Cembrero, "el proceso es similar al que vive Egipto. Si en este país la corriente islamista —los Hermanos Musulmanes y los salafistas— es mayoritaria excepto, acaso, en las grandes ciudades como El Cairo, en Túnez ambas fuerzas están bastante equilibradas. De ahí que el futuro del país descrito a veces como el laboratorio de la democracia en el mundo árabe sea una incógnita". Belaid no era el primer laico asesinado. En octubre de 2012 Lofti Nagdh, coordinador en Tataouine del partido laico Nidá Tunis, fue linchado por unos exaltados que aún no han sido detenidos. Los dos principales protagonistas de la violencia islamista son los salafistas y la Liga para la Protección de Revolución, que la oposición vincula con el partido gobernante Ennahda.[6]

    El texto final de la nueva Constitución fue aprobado 26 de enero de 2014 por la Asamblea Constituyente con 200 votos a favor, 12 en contra y 4 abstenciones. Al día siguiente, el texto fue firmado por el presidente, Moncef Marzouki, presidente de la Asamblea Constituyente, Mustapha Ben Jaafar, y el jefe del gobierno saliente, Ali Larayedh, durante una ceremonia en la sede de la reuniones.

    El 10 de julio de 2015 Túnez es designado por EE. UU. como aliado principal no miembro de la OTAN un estatus especial que comparten dieciséis países y que abre la puerta a la entrega de artículos excedentes de defensa y la organización de entrenamientos conjuntos.[7][8]​ Los países que ya cuentan con esta designación son: Afganistán, Argentina, Baréin, Egipto, Israel, Japón, Jordania, Kuwait, Marruecos, Nueva Zelanda, Pakistán, Filipinas, Tailandia y República de Corea.[9]

    Julio López Davalillo; Guía de los países y territorios del mundo, Editorial Síntesis, Madrid 2004. Italians in Tunisia & Maghreb Julio López Davalillo; "Guía de los países y territorios del mundo", Editorial Síntesis, 2004, Madrid. Diario Vasco, 13 de mayo de 1946 http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/14/internacional/1295027294.html a b Ignacio Cembrero (10 de febrero de 2013). «La transición se marchita en Túnez». El País.  «Designation of Tunisia as a Major Non-NATO Ally» (en inglés). Declaración oficial del departamento de estado de EEUU. 10 de julio de 2015. Consultado el 11 de julio de 2015.  [Túnez se convierte en aliado estratégico de Estados Unidos fuera de la OTAN «Túnez se convierte en aliado estratégico de Estados Unidos fuera de la OTAN»] |url= incorrecta (ayuda). Efe. 10 de julio de 2015. Consultado el 11 de julio de 2015.  «EEUU designa a Túnez como importante aliado no perteneciente a la OTAN». 10 de julio de 2015. Consultado el 11 de julio de 2015. 
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