Casa Rosada

La Casa Rosada es la sede del Poder Ejecutivo de la República Argentina, y está ubicada en el centro-histórico de la ciudad capital federativa de Buenos Aires.[1]​ Dentro de la misma se encuentra el despacho del presidente de la Nación Argentina y de sus distintas secretarías, y del jefe de Gabinete de Ministros.

Este edificio se localiza en la calle Balcarce 50, en el barrio de Monserrat en la Ciudad de Buenos Aires, frente a la histórica plaza de Mayo. Su color característico es rosado y es considerado uno de los edificios más emblemáticos de Buenos Aires. Alberga además el Museo de la Casa de Gobierno, con objetos relacionados con los presidentes del país. En 1942 fue declarada Monumento Histórico Nacional.

 Fachada de la Casa Rosada, vista desde Avenida Rivadavia. El edificio de Correos proyectado por Kihlberg en 1873.

El edificio se encuentra sobre lo que fuera la Real Fortaleza de Don Juan Baltasar de Austria, construida por el gobernador Fernando Ortiz de Zárate en 1594 en las entonces abarrancadas orillas del Río de la Plata. La fortaleza es reconstruida en 1713, reemplazándosela por una muy sobria construcción de casi una hectárea, rodeada de ancho foso, con cuatro torreones rectangulares y, dando a la Plaza Mayor -actual Plaza de Mayo- puente levadizo. Tal fuerte recibió el nombre de Castillo de San Miguel Arcángel en 1720, al completarse las obras de defensa. Sirvió de sede a los gobernadores, luego a los virreyes del Virreinato del Río de la Plata y posteriormente a los gobiernos independientes desde 1810. En la década de 1820, Rivadavia ordena modificaciones que sustituyen el puente levadizo por un pórtico de estilo neoclásico.

La fortaleza fue demolida parcialmente en la década de 1850 para construir en su lugar el edificio de la Aduana Nueva, proyecto del arquitecto inglés Edward Taylor. Del antiguo edificio solamente quedaron un arco y uno de los edificios virreinales del interior del recinto amurallado demolido, que fue refaccionado como casa de gobierno. Bajo la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, el edificio se pintó de rosa, color que conserva hasta hoy con algunas variaciones de tonalidad a través del tiempo, desde el rosado pálido hasta una cercana al anaranjado.

 Los edificios de gobierno (izq.) y correos (der.) antes de su unificación.

Según la tradición, dicho color se debe al deseo de Sarmiento de representar simbólicamente la fusión de los partidos que protagonizaron las cruentas guerras civiles de la primera mitad del siglo XIX, con la mezcla del blanco supuestamente usado por los unitarios y el rojo de los federales. La leyenda, sin embargo, parece improbable: los unitarios se identificaban generalmente con el color celeste. Por otra parte el color rosa era muy utilizado durante el siglo XIX. Surge de la combinación de pintura a la cal con sangre bovina, empleándose esta última por sus propiedades hidrófugas y fijadoras.

En 1873, también durante la presidencia de Sarmiento, se proyectó el primer Palacio de Correos, obra del arquitecto sueco Carlos Kihlberg, en el espacio sur del predio que había quedado libre por la demolición del fuerte.

 Proyecto original de Tamburini para la ampliación de la Casa Rosada (1884). Entrada de Honor sobre la calle Rivadavia, recién terminada hacia 1890 (Foto: SFA de A).

El Palacio de Correos, demorado,[1]​ se completó en 1878 y fue inaugurado por el presidente Nicolás Avellaneda en 1879. El nuevo edificio opacaba sensiblemente a la sede del gobierno, por lo que el presidente Julio Argentino Roca solicitó en 1882 un proyecto de ensanche y reparaciones. El proyecto fue diseñado por el Departamento de Ingenieros a cargo del sueco Enrique Aberg (autor de otras obras notables en Argentina), e implicaba la construcción de una nueva fachada para la Casa de Gobierno, dándole un aspecto similar al edificio de correos, cambiando las ventanas del segundo piso por una galería-balcón.

 La primera foto que se conoce de la Casa de Gobierno, tal como se la conoce hoy; 26 de octubre de 1898.[2]

En 1884 las restricciones de espacio disponible en el edificio eran ya evidentes, y se planea unificar los edificios proyectados por Aberg y Kihlberg y destinarlos exclusivamente a la función de gobierno. Así, se encomienda la tarea al arquitecto italiano Francesco Tamburini. Este proyectó la unión de los edificios gemelos mediante un gran arco monumental, que hoy constituye el acceso sobre la calle Balcarce y cuya construcción comenzó en 1886, seguido por la ampliación del edificio sobre la calle Rivadavia, terminada hacia 1890. Esto marcó el fin de lo que quedaba del antiguo Fuerte, conservándose, algunos muros y una de las troneras que pueden verse en el actual Museo del Bicentenario. Siguió la expansión del palacio hacia la actual calle Yrigoyen, terminada hacia 1896, y por último la fachada este mirando a Puerto Madero, con la cual el edificio fue inaugurado oficialmente durante la segunda presidencia de Roca, en 1898.

 Casa Rosada, imagen de fines del siglo XIX.

En 1910 el arquitecto francés Norbert Maillart construyó el Jardín de Invierno sobre el lado este, mediante una galería con columnas aparejadas en la planta baja, que sostenía al jardín ubicado en el primer piso. Tenía techo vidriado sostenido por columnas de hierro y plantas de interiores, tres arañas con tulipas, mesita con sillas mecedoras de ratán y alfombras. Este jardín formaba parte de las remodelaciones realizadas por el presidente Roque Saénz Peña, que debido a una enfermedad que le impedía trasladarse se convirtió en el único mandatario que utilizó la Casa Rosada como vivienda permanente. En 1927 se cerraron las ventanas de este jardín sobre el Paseo Colón y se amplió el edificio agregando dos bloques de oficinas sobre la fachada a Parque Colón.[3]

 Las obras de demolición en 1938.

En 1937, por iniciativa del presidente Agustín P. Justo, y siguiendo la opinión generalizada de los intelectuales de su época, decidió que el edificio fuese completamente demolido para crear una perspectiva desde la Plaza de Mayo hacia el río, y extender la Avenida de Mayo hasta Puerto Madero.[4]​ A principios de 1938,[5]​ comenzó la demolición de las dependencias que estaban sobre la azotea y de la sección del antiguo edificio de Correos y Telecomunicaciones que miraba a la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), reduciendo así el costado sur en 17 metros. Pero en febrero de ese año asumió la presidencia Roberto Marcelino Ortiz, quien en abril decidió suspender las obras de demolición y ordenó reconstruir la fachada sobre la calle Victoria (actual Yrigoyen).[3]​ De esta forma se construyó un nuevo frente a la calle Yrigoyen, y se decidió aprovechar la parte demolida para hacer un ensanche de la calzada, al tiempo que avanzaba la construcción del Palacio de Hacienda. Además, fue necesario reubicar una boca de acceso a la estación Plaza de Mayo de la línea A de subterráneo, que se encontraba sobre la traza de la ampliación de la calle angosta. Aunque no sea evidente a simple vista, esta remodelación afectó a la simetría de la fachada, al desplazar hacia el sur al que era el arco central y significó la pérdida de una parte importante del edificio construido en 1878.

El 21 de mayo de 1942 fue declarada Monumento Histórico Nacional por decreto N.º 120412/42.[6]

En 1955 los militares contrarios a la presidencia de Juan Domingo Perón bombardearon la sede de gobierno, provocando grandes destrozos.[3]​ El capitán de fragata Néstor Noriega descargó la primera bomba sobre el edificio alcanzando a destruir totalmente el mencionado jardín de invierno. Con el tiempo fue reemplazado por más oficinas.

En 1942, al realizar excavaciones relacionadas con obras sanitarias en Paseo Colón e Yrigoyen, se localizó una sección de los sótanos subterráneos de los que fue la Aduana Nueva. Se decidió integrarlos con los viejos restos del antiguo fuerte para formar así un Museo de Historia (el Museo de la Casa Rosada), inaugurado en 1957, donde se exhiben objetos de interés presidencial y pertenencias seleccionadas, tales como cinturones, bastones, libros, muebles, y tres carruajes.[3]

Los restos de la antigua fortaleza fueron excavadas parcialmente en 1991, y las estructuras descubiertas se incorporaron en el Museo de la Casa Rosada. Situadas detrás del edificio, estas obras llevaron a los desvíos de la Avenida Paseo Colón, y a la unificación de la Casa Rosada con el Parque Colón detrás de él. Al año siguiente, se realizaron obras generales de pintura en los exteriores.

También durante este período, se utilizó como localización y set de filmación para la película Evita del año 1996. Madonna y Antonio Banderas fueron personalmente a pedirle al entonces presidente Carlos Saúl Menem permiso para realizar la escena adonde se interpreta la canción Don't Cry For Me Argentina desde el balcón de la Casa Rosada, permiso que finalmente les fue concedido. En 1998, el mismo presidente encargó a un conjunto de especialistas la restauración de la fachada principal, buscando expresamente una nueva tonalidad de rosado que se asemejara más a la original realizada con cal y sangre animal, ya que en desde 1989 el edificio había lucido un tono pálido muy débil, debido a un error al elegir la pintura.[7]​ Además, la fachada al Parque Colón lucía abundantes plantas creciendo sobre el revoque y poniendo en riesgo de desprendimiento a molduras y detalles. Por último, se hicieron modificaciones en salones interiores, y una restauración del Salón Blanco.[8]​ La fachada principal fue cubierta con una inmensa tela que mostraba una foto tamaño real del edificio, mostrando el color que luciría luego de la restauración usando el nuevo tono de rosado, pero cuando se la descubrió ese 10 de diciembre, con la asunción de Fernando de la Rúa, surgieron críticas de varios especialistas que consideraron que el tono era demasiado intenso, y para colmo contrastaba con el tono pálido de las otras tres fachadas que no habían sido pintadas a nuevo.[9][10]​ Pero después de la salida de Menem del poder, las obras se paralizaron y la crisis de 2001 les puso un freno por tres años.[11]

Recién bajo el mandato de Néstor Kirchner las obras fueron retomadas. En 2006 comenzó la ambiciosa obra,[12]​ con el repintado de las tres fachadas que habían quedado sin restaurar, y la recuperación de las molduras que habían sido dañadas por la vegetación que había crecido sobre el revoque;[13]​ además, se volvió a pintar la fachada que da a Plaza de Mayo, para que luciera a tono con las otras tres.[14]​ Pero se fue más allá, demoliendo cielorrasos, entrepisos técnicos y muros provisionales que se habían colocado en las últimas décadas para generar más espacio de trabajo, trasladando dependencias a otros edificios.[15]​ Además, se deshabilitó el helipuerto por el que de la Rúa había salido del edificio y de su mandato en diciembre de 2001 y se realizaron nuevas instalaciones de servicios que se habían tendido de forma precaria. El Parque Colón fue enrejado y transformado de facto en un jardín privado de la Casa Rosada, causando una polémica por tratarse de una plaza pública.[16][17]

 La Casa Rosada original y el edificio de Correos.

Las obras fueron continuadas por la presidenta Cristina Fernández, quien además de seguir con la restauración de los salones, los pisos de mosaico a los cuales les faltaban piezas, o las pinturas murales que habían sido recubiertas con pintura lisa en algún momento del siglo XX, inauguró una serie de salas temáticas de diversas áreas de la cultura y la historia argentina, trasladando de esos salones las oficinas de Presidencia de la Nación.[18]

Para los festejos del bicentenario de 2010 de la Revolución de Mayo se realizaron algunas modificaciones y se realizó la apertura del Museo del Bicentenario en la zona restaurada de lo que fue el patio de maniobras de la Aduana de Taylor.

Cuando en 1890 el arquitecto Tamburini unió la casa de gobierno con el edificio de correos se había proyectado colocar en el frente del arco central un reloj, pero por resultar demasiado costoso no se colocó y se dejó el espacio para su futura colocación. Recién al acercarse los festejos del bicentenario de la revolución de mayo Guillermo del Valle, dueño de la empresa de relojes monumentales “Gnomon”, que se encontraba realizando las tareas de reciclaje del reloj de la iglesia de san Ignacio de Buenos Aires, observó el faltante y decidió donar un reloj para poder completar el diseño de la misma. Una vez obtenido el permiso de la dirección de la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos y el visto bueno de la presidenta de ese entonces, Cristina Fernández de Kirchner, se lo instaló y se lo inauguró el 18 de octubre de 2010.[19][20]

La Casa de Correos de Buenos Aires (1873-1876) por Daniel Schávelzon (1987). Revista DANA nº 23 «La Plaza de Mayo vallada dispara un debate entre intelectuales». Consultado el 4 de marzo de 2015.  a b c d Gutiérrez, Ramón; Berjman, Sonia (1995). La Plaza de Mayo, escenario de la vida argentina. Colección cuadernos del Águila, Fundación Banco de Boston.  Luna, Félix (1978). Ortiz. Reportaje a la Argentina Opulenta. Sudamericana. p. 80.  Diario "El Mundo", 29 de marzo de 1938. «Decreto 120412/1942». argentina.gob.ar.  Demoran arreglos en la Casa Rosada clarin.com, 30 de agosto de 1998. Invierten $31 millones en la Rosada lanacion.com, 16 de marzo de 1997. La Casa Rosada cambia de color lanacion.com, 26 de noviembre de 1999 La Casa Rosada estrena un color muy polémico clarin.com, 30.11.1999 Gustos criollos: una Casa Rosada bicolor clarin.com, 15.02.2004 Le pintan la cara a la Casa Rosada lanacion.com, 19 de febrero de 2006. Ya se puede ver el nuevo color de la Casa Rosada clarin.com, 29 de diciembre de 2006. La Casa Rosada, entre andamios clarin.com, 6 de febrero de 2007. La casa no está en orden clarin.com, 1 de abril de 2007. Pondrán una reja perimetral a la Casa Rosada por seguridad lanacion.com, 2 de julio de 2005. Por primera vez en su historia, la Rosada tendrá jardín propio clarin.com, 23 de abril de 2006. Cristina arquitecta: remodeló la Casa Rosada con obras por $ 64 millones clarin.com, 9 de marzo de 2012. Cristina Fernández descubre un reloj previsto en el plano original de la Casa Rosada 18 de octubre de 2010, Pagina web de la Casa Rosada. Di Fazio, Gerardo (10 de diciembre de 2022). «Los relojes monumentales porteños que dan la hora con arte y tecnología». infobae. Consultado el 11 de diciembre de 2022. 
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