La mastaba de Shepseskaf o mastaba el-Faraun (en árabe, banco del faraón), nombre dado por los egipcios contemporáneos, es la tumba del faraón Shepseskaf, último gobernante de la cuarta dinastía. Esta tumba es un hito en la construcción de las tumbas reales del Imperio Antiguo. De hecho, desde la tercera dinastía cada faraón había construido un complejo monumental funerario cuya pirámide principal alcanzó durante la cuarta dinastía unas proporciones colosales y tal perfección geométrica que causó admiración desde los tiempos antiguos.
Shepseskaf no sólo rompió con la elección de sus predecesores al construir el complejo funerario en Saqqara, la ruptura es mayor al edificar en el complejo funerario una gigantesca mastaba en lugar de una pirámide. Los egiptólogos lo han interpretado de diversas formas. Algunas teorías se inclinan hacia un complejo inconcluso a causa de la brevedad del reinado, lo que explicaría por qué la mayoría de los edificios son de adobes. O...Leer más
La mastaba de Shepseskaf o mastaba el-Faraun (en árabe, banco del faraón), nombre dado por los egipcios contemporáneos, es la tumba del faraón Shepseskaf, último gobernante de la cuarta dinastía. Esta tumba es un hito en la construcción de las tumbas reales del Imperio Antiguo. De hecho, desde la tercera dinastía cada faraón había construido un complejo monumental funerario cuya pirámide principal alcanzó durante la cuarta dinastía unas proporciones colosales y tal perfección geométrica que causó admiración desde los tiempos antiguos.
Shepseskaf no sólo rompió con la elección de sus predecesores al construir el complejo funerario en Saqqara, la ruptura es mayor al edificar en el complejo funerario una gigantesca mastaba en lugar de una pirámide. Los egiptólogos lo han interpretado de diversas formas. Algunas teorías se inclinan hacia un complejo inconcluso a causa de la brevedad del reinado, lo que explicaría por qué la mayoría de los edificios son de adobes. Otros lo creen un cuestionamiento de la cosmogonía heliopolitana, y a la elección de la forma del monumento, que es una reproducción del primitivo santuario de Uadyet en Buto, es la de un enorme sarcófago que muestra la voluntad de acercarse al mito osiriaco.
De todos modos, esta tumba se puede considerar una obra típica de la cuarta dinastía por la organización de las cámaras funerarias reales, la elección de los materiales de construcción, el revestimiento del monumento y el plan del complejo funerario en su conjunto.
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