Xàtiva

( Játiva )

Játiva[5]​ (en valenciano y oficialmente Xàtiva)[6]​ es un municipio y una ciudad de la Comunidad Valenciana (España) situada en el sur de la provincia de Valencia, en el norte de las Comarcas Centrales y capital de la comarca de La Costera. Posee el mayor número de enclaves de toda España, con un total de veintiséis,[7]​ y en 2020 contaba con 29 623 habitantes (INE).[8]​ La ciudad constituye junto con una decena de municipios muy próximos a ella un área urbana integrada (AUI) que contaba con 51 246 habitantes en 2007.[9]

Históricamente, Játiva fue una de...Leer más

Játiva[5]​ (en valenciano y oficialmente Xàtiva)[6]​ es un municipio y una ciudad de la Comunidad Valenciana (España) situada en el sur de la provincia de Valencia, en el norte de las Comarcas Centrales y capital de la comarca de La Costera. Posee el mayor número de enclaves de toda España, con un total de veintiséis,[7]​ y en 2020 contaba con 29 623 habitantes (INE).[8]​ La ciudad constituye junto con una decena de municipios muy próximos a ella un área urbana integrada (AUI) que contaba con 51 246 habitantes en 2007.[9]

Históricamente, Játiva fue una de las poblaciones más importantes del Reino de Valencia, rivalizando incluso con Valencia y Orihuela, las otras dos ciudades más importantes en la época foral. Fue cuna de los papas Borja y conserva un importante patrimonio artístico, a pesar de que fue quemada en 1707 por las tropas borbónicas como represalia por apoyar a las tropas austracistas durante la Guerra de Sucesión. En 1822 se convirtió en capital de la provincia de Játiva, que desapareció a raíz de la división territorial de España en 1833.

 Moneda de Saetabi del siglo I a. C. Moneda Saetabi Bilingüe auténtica.Prehistoria y Antigüedad

Los testimonios del poblamiento en el término de Játiva son de los más antiguos en toda la fachada mediterránea, como atestiguan los hallazgos de la Cova Negra, pertenecientes al Paleolítico Medio.[1]​ La ciudad se remonta a la cultura ibérica y ha conservado su topónimo, que originalmente fue Saiti (aunque existieron las variantes Ibi o Tibi).[1]​ Dado que el poblamiento se ha extendido durante más de 2300 años en una misma área geográfica se hace muy difícil encontrar restos antiguos, ya que los materiales han sido reutilizados una y otra vez, motivo por el que se explica la escasez de restos ibéricos. No obstante, el poblado original se ha identificado en el lugar en que actualmente se levanta el Castillo Menor.[1]

La romanización se inició en el siglo II a. C. , en el que Saitabi floreció y acuñó moneda propia,[1]​ en la que se representaba una estrella de tres puntas en las 8, las 12 y las 4, con cierto parecido al actual logotipo de Mercedes. Fue elevada a la categoría de municipio romano con el nombre de Saetabis Augusta, en honor al emperador Octavio César Augusto.[1]​ Durante toda la época romana Játiva fue un importante nudo comercial, al estar situada al pie de la Vía Augusta, y fue conocida en el Imperio por la producción de lino y la fabricación de textiles. El poeta romano C. Valerius Catullus menciona los 'lintea' o 'sudaria' Saetaba ex Hiberis, regalos de sus amigos Veranius y Fabullus, objeto de su poema 12. (Catulli Veronensis 'Carmina' Henricus Bardon, ed. Bibliotheca Latina Teubneriana, 1973: p. 15.) Los restos de la ciudad, sin embargo, apenas son visibles, ya que sus piedras se reutilizaron para construir edificaciones en el casco actual, y el solar fue objeto de una intensa ocupación agrícola. Se conservan, sin embargo, más de una docena de aljibes.[1]​ Durante el Bajo Imperio, Saetabis se convirtió en sede episcopal y sus obispos asistieron a los concilios de Toledo, ya en época visigoda (siglos VI y VII).[1]​ En la Hispania visigoda fue sede episcopal de la iglesia católica, sufragánea de la Archidiócesis de Toledo que comprendía la antigua provincia romana de Cartaginense en la diócesis de Hispania.

Edad Media

Tras la conquista musulmana en 711, la ciudad se denominó مَدينَة شاطِبَة (madīnat Ŝāţibat, transcrito generalmente como Medina Xátiba). Durante este periodo se fortificaron los castillos y la ciudad ganó importancia como plaza fuerte. De hecho, el geógrafo al-Idrisi (siglo XII) loa la belleza y solidez de los castillos de Játiva. Perteneció primero al reino de Toledo para pasar luego al de Córdoba. Perteneció posteriormente al de Almería, el de Denia y finalmente el de Murcia. En 1094[2]​ sirvió de refugio para las tropas almorávides derrotadas por el Cid en la batalla de Cuart. Esta vinculación con la figura del Cid hace a Xàtiva formar parte del denominado Camino del Cid. A comienzos del siglo XIII era cabeza de un pequeño estado musulmán dependiente de Valencia que abarcaba desde el río Júcar por el norte hasta Biar por el sur.[1]​ Xáteba destacó asimismo por ser la pionera de la fabricación de papel en Europa Occidental.[1]

 Carta Puebla de Játiva (1252) División administrativa del Reino de Valencia entre los siglos XIV a XVII. Retrato de Felipe V colgado del revés en el Museo de la Ciudad.

Tras conquistar Valencia en 1238, Jaime I puso sitio a Játiva en 1240, aunque lo levantó al llegar a una tregua con el alcaide musulmán de la ciudad. Sin embargo, problemas entre este alcaide y los castellanos, obligaron a Jaime I a intervenir militarmente de nuevo, conquistando la ciudad en 1244, al poco de firmar el tratado de Almizra con Alfonso X.[1]​ Al rendir la ciudad, Jaime I respetó la mezquita, que no se derribó hasta el siglo XVI. Bajo el dominio cristiano la ciudad, ya con el nombre actual de Xàtiva, se convirtió en la segunda ciudad más importante del Reino de Valencia y, si bien no alcanzó a recuperar su posición como sede episcopal, sí fue cabeza de una lugartenencia homónima.[3]​ La población morisca se expulsó del recinto amurallado y se redistribuyó entre las zonas rurales y el arrabal de San Juan, mientras que los judíos conservaron su judería (call) intramuros, en las proximidades del porta de Santa Tecla. El castillo y las murallas se reforzaron y ampliaron entre 1287 y 1369, adquiriendo una forma muy similar a la actual, a la vez que se mejoraba el abastecimiento de agua mediante la construcción de los acueductos de Bellús y del Agua Santa.[1]​ En 1347 el rey Pedro IV le concedió el título de ciudad.[4]

Edad Moderna  Aguafuerte de Juan Fernando Palomino titulado Vista septentrional de la ciudad de San Felipe. Biblioteca Nacional de España.

A finales del siglo XV la ciudad tenía unos 8000 habitantes y se encontraba cerca de su punto álgido. Su función administrativa se extendía en primer nivel sobre un extenso término municipal, que hoy corresponde a 37 municipios, y en segundo nivel por una gobernación que abarcaba desde el río Júcar hasta el enclave de Caudete, Biar, Castalla, Jijona y Villajoyosa, con una extensión de 4750 km².[1]​ Además de sus funciones administrativas, tenía otras de tipo militar (al ser su castillo el más fuerte del Reino de Valencia), económico y comercial. Sin embargo, la expulsión de los moriscos supuso la pérdida de casi la mitad de los habitantes de la gobernación, quedando despoblados más de 100 de sus núcleos. Esta crisis demográfica vino seguida de otra de tipo económico y ambas se vieron agravadas por las epidemias de peste que se sucedieron a mediados del siglo XVII, lo que hizo disminuir aún más la población, incluso en la propia ciudad.[1]

Durante la guerra de sucesión española, Játiva tomó partido por el archiduque Carlos, y padeció duros asedios por parte de las tropas borbónicas comandadas por Asfeld. Sufrió grandes destrozos, gran parte de la ciudad fue saqueada y buena parte de su población masacrada el resto de población fue desterrada. Tradicionalmente se ha dicho que la ciudad fue incendiada durante un año entero (de ahí el apelativo de socarrats, «chamuscados», que se da popularmente a los setabenses). Sí hubo, no obstante, un proyecto para derribar gran parte del casco urbano y construir nuevas calles, pero la remodelación no se llevó a cabo por problemas técnicos y de propiedad. Con todo, la mayor afrenta para la ciudad fue la desmembración de la antigua gobernación, la merma de funciones civiles y la negación de su condición de ciudad histórica, que se reflejó en el cambio de su nombre por el de Colonia Nueva de San Phelipe, o simplemente San Felipe.[1]

Edad Contemporánea

A lo largo del siglo XVIII la ciudad fue recuperándose, como demuestra el hecho de que en 1787 se contaran ya 12 655 habitantes en el término, lo que además promovió nuevas obras y reformas urbanas en la ciudad. Sin embargo, los terremotos de 1748 causaron grandes desperfectos, hasta el punto de que la iglesia de Santa Tecla se derrumbó completamente y el castillo quedó prácticamente abandonado. La economía, además, comenzó a deteriorarse ya a finales del siglo XVIII, al quedar fuera del nuevo Camino Real de Madrid a Valencia, que pasaba a unos 4 km de la ciudad (aproximadamente el trazado actual de la A-35 y la A-7) que se comenzó a construir en 1776.[1]​ En 1811 las Cortes de Cádiz restituyeron el nombre anterior de la ciudad, Xátiva,[5][6][7]​ gracias, entre otros motivos, a la perseverancia de Joaquín Lorenzo Villanueva[8]​ En el ámbito económico, la ciudad sufrió un importante revés al desaparecer entre 1810 y 1830 su industria textil del lino y la seda casi por completo, lo que dejó sin trabajo a unas 1300 personas. Este hecho no impidió que entre 1822 y 1823 fuese capital de la provincia de Játiva, aunque este ensayo del Trienio Liberal no fue corroborado en la división definitiva de 1833,[9]​ en que se incluyó a la ciudad en la provincia de Valencia.[1]​ Játiva recuperó gran parte de su importancia como nudo de comunicaciones en 1858 al abrirse la línea entre Valencia y La Encina, que continuaba hacia Madrid.[10]​ El 20 de diciembre de 1854 ya se había inaugurado la nueva estación ferroviaria.[10]​ Pero este hecho no contribuyó al desestancamiento demográfico, que se había acrecentado por la desamortización, que vació muchos conventos, y la abolición de los señoríos, que conllevó el éxodo de medio centenar de familias nobles. De hecho, la población siguió decreciendo hasta 1910, cuando comenzó a aumentar el número de habitantes debido a la inmigración. Sin embargo, el crecimiento se estancó otra vez entre 1940 y 1960, década en que la población comenzó a aumentar lenta pero invariablemente, principalmente debido al éxodo rural y la especialización de Játiva como ciudad de servicios.[1]

Durante la Guerra Civil Española la localidad se mantuvo fiel a la Segunda República hasta el final de la contienda, con la presencia de algunas industrias de guerra. El 12 de febrero de 1939 sufrió una incursión de bombarderos italianos de la Aviación Legionaria, que atacaron principalmente la Estación de trenes y sus alrededores.[11]​ El bombardeo dejó 129 muertos y más de 200 heridos, muchos de ellos mujeres y niños que abarrotaban los andenes de la estación para recibir la llegada de un convoy militar que en ese momento efectuaba su entrada.[11]

 Vista panorámica de Játivaa b c d e f g h i j k l m n ñ o p Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas xativenci «Información sobre Xàtiva en el Camino del Cid». Consorcio Camino del Cid. Consultado el 8 de junio de 2010.  «Governació de Xàtiva». Gran Enciclopedia Temática de la Comunidad Valenciana. Historia. Editorial Prensa Valenciana. 2009.  «Historia de Xàtiva». Ayuntamiento de Játiva. Consultado el 11 de mayo de 2010.  (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). Ramírez Aledón, Germán (1987). «El diputado Villanueva y la restitución del nombre del a ciudad de Xàtiva». Feria de Agosto de Játiva (Ayuntamiento de Játiva): 66.  Hernando Serra, Mª Pilar; Aznar i García, Ramon (2002). Játiva durante la guerra del francés, 1808-1814. Játiva: Matéu Editors. pp. 25, 65 y 103. ISBN 84-923759-8-1.  Cortes de Cádiz (1813). Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes generales y extraordinarias desde su instalación: De 24 de setiembre de 1810 hasta igual fecha de 1811 1. Imprenta Nacional. 
"Las Cortes generales y extraordinarias atendiendo á los méritos y servicios de la ciudad de Xátiva en el Reyno de Valencia, que fue despojada de este nombre por el Sr. Rey D. Felipe V, y considerada colonia y población nueva de resultas de la guerra de sucesión; y queriendo además dar un testimonio de benevolencia á sus leales habitantes, decretan:Que se restituya á la misma ciudad su antiguo nombre de Xátiva, y no se repute en adelante por colonia o población nueva. [...] Dado en Cádiz á 28 de septiembre de 1811."
Ramírez Aledón, Germán (1987). «El diputado Villanueva y la restitución del nombre de la ciudad de Xàtiva». Feria de Agosto de Játiva (Ayuntamiento de Játiva): 66. 
"La primera noticia que tenemos del tema que nos ocupa la encontramos en las Actas Capitulares de la Ciudad, del año: 1811. En el Cabildo del 11 de mayo, "El secretario dio cuenta de una Carta que desde Cadis le dirigia don Joaquín Villanueva, vocal a Cortes, con fecha de dose de abril último en la que entre otras cosas se dise: Que es ocasión para que el Ayuntamiento pida la restitución del antiguo nombre de Xátiva ó Zetabis (sic), a esta nuestra patria..."
«Provincia de Xàtiva». Gran Enciclopedia Temática de la Comunidad Valenciana. Historia. Editorial Prensa Valenciana. 2009.  a b Almansa a Valencia y Tarragona (AVT) Compañía del Ferrocarril de Almansa a Valencia y Tarragona (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). Spanishrailway a b «El trágico bombardeo de Xàtiva». Levante-EMV. Consultado el 31 de mayo de 2012. 
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