La Casa Botines o Casa Fernández y Andrés es un edificio de estilo modernista situado en la ciudad española de León, capital de la provincia homónima. Originalmente era un almacén comercial y residencia particular. Construido y diseñado por el arquitecto Antoni Gaudí entre 1891 y 1892, es una de sus tres obras fuera de Cataluña, junto al Palacio Episcopal de Astorga —también en la provincia de León— y El Capricho de Comillas, en Cantabria.
Se encuentra ubicado junto al palacio de los Guzmanes —sede de la Diputación de León— y junto a la plaza de Santo Domingo, lugar de encuentro entre el casco antiguo y el ensanche. Fue declarado Monumento Histórico de Interés Cultural en 1969 y restaurado íntegramente en 1996. En la actualidad acoge el Museo Casa Botines Gaudí gestionado por la Fundación Obra Social de Castilla y León (Fundos).
El término «Casa Botines» deriva del apellido del fundador de la sociedad, Juan Homs y Botines,Leer más
La Casa Botines o Casa Fernández y Andrés es un edificio de estilo modernista situado en la ciudad española de León, capital de la provincia homónima. Originalmente era un almacén comercial y residencia particular. Construido y diseñado por el arquitecto Antoni Gaudí entre 1891 y 1892, es una de sus tres obras fuera de Cataluña, junto al Palacio Episcopal de Astorga —también en la provincia de León— y El Capricho de Comillas, en Cantabria.
Se encuentra ubicado junto al palacio de los Guzmanes —sede de la Diputación de León— y junto a la plaza de Santo Domingo, lugar de encuentro entre el casco antiguo y el ensanche. Fue declarado Monumento Histórico de Interés Cultural en 1969 y restaurado íntegramente en 1996. En la actualidad acoge el Museo Casa Botines Gaudí gestionado por la Fundación Obra Social de Castilla y León (Fundos).
El término «Casa Botines» deriva del apellido del fundador de la sociedad, Juan Homs y Botines,[1] un empresario y comerciante de origen catalán asentado en la capital leonesa. Sus socios Mariano Andrés González-Luna y Simón Fernández Fernández fueron los responsables del encargo de la casa a Gaudí.
Esta obra pertenece al período neogótico de Gaudí (1888-1898), etapa en que el arquitecto se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asumió de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. El neogótico fue en aquella época uno de los estilos historicistas de mayor éxito, sobre todo a raíz de los estudios teóricos de Viollet-le-Duc. Gaudí estudió con profundidad el gótico catalán, balear y rosellonés, así como el leonés y el castellano en sus estancias en León y Burgos, y llegó al convencimiento de que era un estilo imperfecto, a medio resolver. En sus obras de esta época eliminó la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas y suprimió cresterías y calados excesivos.[2]
Esta obra está inscrita como un monumento declarado en el registro de Bienes de Interés Cultural del patrimonio español con el código RI-51-0003826.
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