Contexto sobre Austria

Austria (en alemán: Österreich, pronunciado /ˈøːstɐʁaɪç/ ( escuchar)), oficialmente República de Austria (en alemán: Republik Österreich pronunciado /ʁepuˈbliːk ˈʔøːstɐʁaɪç/ ( escuchar)), es uno de los veintisiete estados soberanos que forman la Unión Europea, y su capital es Viena. Tiene una población de 8,9 millones de habitantes.[4]​ Limita con la República Checa y Alemania al norte, Eslovaquia y Hungría al este, Eslovenia e Italia al sur y Suiza y Liechtenstein al oeste. No tiene salida al mar, aunque está atravesada en una parte significativa por el río Danubio, navegable en gran parte de su recorrido. El territorio abarca 83 871 km² de s...Leer más

Austria (en alemán: Österreich, pronunciado /ˈøːstɐʁaɪç/ ( escuchar)), oficialmente República de Austria (en alemán: Republik Österreich pronunciado /ʁepuˈbliːk ˈʔøːstɐʁaɪç/ ( escuchar)), es uno de los veintisiete estados soberanos que forman la Unión Europea, y su capital es Viena. Tiene una población de 8,9 millones de habitantes.[4]​ Limita con la República Checa y Alemania al norte, Eslovaquia y Hungría al este, Eslovenia e Italia al sur y Suiza y Liechtenstein al oeste. No tiene salida al mar, aunque está atravesada en una parte significativa por el río Danubio, navegable en gran parte de su recorrido. El territorio abarca 83 871 km² de superficie[1]​ y el clima predominante es el alpino. Solo el 32% del país está por debajo de los 500 metros de altitud, y el punto más alto es el pico Grossglockner con 3798 m s. n. m..[5]​ Si bien el alemán austriaco es el idioma oficial del país,[6]​ muchos austriacos se comunican informalmente en una variedad de dialectos bávaros.[7]

Sus orígenes se remontan al año 976, cuando se estableció como marca del Sacro Imperio Romano Germánico. Tras el ascenso al trono de la Casa de Habsburgo en 1278, se convirtió en una parte fundamental del imperio, siendo finalmente el lugar de origen de los Sacros Emperadores. Tras la disolución del Sacro Imperio como consecuencia de las Guerras napoleónicas, Austria se convirtió en un imperio independiente. De ahí, tras la fallida Revolución húngara de 1848, el Estado fue reorganizado para dar origen a Austria-Hungría. Finalmente, el Imperio de los Habsburgo terminó en 1918 al finalizar la Primera Guerra Mundial.

La Primera República de Austria se estableció en 1919. En 1938, mediante el proceso conocido como el Anschluss, el país fue ocupado por la Alemania nazi, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados ocuparon el territorio. La actual República de Austria se formó en 1955, mismo año en que se integró en las Naciones Unidas. Desde 1995 forma parte de la Unión Europea.

Austria tiene un gobierno parlamentario con una democracia representativa compuesta por nueve estados.[5][8]​ La mayor ciudad es su capital, Viena, con 1,79 millones de habitantes. Es uno de los países más ricos del mundo, con una renta per cápita, para 2014, de 38 500 euros.[9]​ El país tiene una de las tasas más altas de índice de desarrollo humano y un desempleo del 9,1% en 2015. Es miembro fundador de la OCDE. Su moneda es el euro, adoptado en 1999.

Mas sobre Austria

Información básica
  • Divisa Euro
  • Nombre nativo Österreich
  • código de llamada +43
  • dominio de Internet .at
  • Mains voltage 230V/50Hz
  • Democracy index 8.16
Population, Area & Driving side
  • Población 8979894
  • Área 83858
  • Lado de conducción right
Historial
  •  
    La Venus de Willendorf, la escultura más célebre de toda la Prehistoria, fue encontrada en Austria.

    En tiempos prehistóricos, la tierra de Europa central que es ahora Austria fue ocupada antes de la romanización por diversas tribus celtas. Estuvo habitada inicialmente por ilirios, a los que más tarde se sumarían celtas procedentes del norte. El reino celta de Noricum fue reivindicado por el Imperio romano como provincia. A partir del año 15 a. C. pasó a ser una provincia del Imperio romano.

    En la decadencia del Imperio (siglo IV), hunos, godos, lombardos y vándalos cruzaron la frontera en varias ocasiones. Después de la caída del Imperio romano, la zona fue invadida por los bávaros, eslavos y ávaros.

    ...Leer más
     
    La Venus de Willendorf, la escultura más célebre de toda la Prehistoria, fue encontrada en Austria.

    En tiempos prehistóricos, la tierra de Europa central que es ahora Austria fue ocupada antes de la romanización por diversas tribus celtas. Estuvo habitada inicialmente por ilirios, a los que más tarde se sumarían celtas procedentes del norte. El reino celta de Noricum fue reivindicado por el Imperio romano como provincia. A partir del año 15 a. C. pasó a ser una provincia del Imperio romano.

    En la decadencia del Imperio (siglo IV), hunos, godos, lombardos y vándalos cruzaron la frontera en varias ocasiones. Después de la caída del Imperio romano, la zona fue invadida por los bávaros, eslavos y ávaros.

    Alta Edad Media

    Durante el periodo de las grandes migraciones, los eslavos, más específicamente los actuales eslovenos, emigraron a los Alpes al iniciarse la expansión de los ávaros en el siglo VII, mezclándose con la población celto-románica, y establecieron el reino de Karantania, que abarcaba gran parte del territorio austríaco del este y central. Mientras, la tribu germánica de los bávaros se había hecho fuerte en los siglos V y VI en el oeste del país y en Baviera, en tanto que el actual Vorarlberg había sido fundado por los alamanes. Estos grupos se mezclaron con la población retorrománica.

    Bajo la presión de los ávaros, Karantania perdió su independencia ante Baviera en 745 y pasó a ser un margraviato. Durante los siglos siguientes, los asentamientos bávaros descendieron por el Danubio y ascendieron por los Alpes, un proceso por el cual Austria pasó a ser el país de habla germana que es hoy en día.

    Los bávaros pasaron a estar bajo el control de los Carolingios y, en consecuencia, formaron un Ducado del Sacro Imperio Romano Germánico. El Duque Tasilón III de Baviera, que quería mantener la independencia bávara, fue derrotado y el poder pasó a Carlomagno en 788.

    Carlomagno y el nacimiento de Austria

    Carlomagno conquistó la zona en 788 y alentó a la colonización y el cristianismo. Como parte oriental del Imperio franco, los principales ámbitos que ahora abarcan Austria fueron legados a la casa de Babenberg. La zona era conocida como la Marchia Orientalis y fue entregada a Leopoldo I de Austria mediante un decreto publicado el 21 de julio de 976.[1]​ El primer vestigio con el nombre de Austria aparece veinte años después, en el 996, en el que está inscrito como Ostarrîchi, refiriéndose al territorio de la marca de los Babenberg. El término occidental «Austria» no es históricamente determinado, aunque, al parecer, es una traducción de Marchia orientalis, que solo llegó mucho más tarde.

    Los siguientes siglos se caracterizan en primer lugar por la conformación del país. En 1156 el Privilegium Minus Austria eleva al territorio a la categoría de ducado. En 1192, la familia Babenberg también adquirió el ducado de Estiria.

    Con la muerte de Federico II en 1246, la línea Babenberg se extinguió. Otakar II de Bohemia controló efectivamente la Prusia de Austria, Estiria y Carintia. Su reinado llegó a su fin al ser derrotado en Dürnkrut por Rodolfo I de Habsburgo en 1278. De allí en adelante, hasta la Primera Guerra Mundial, Austria fue en gran parte la historia de su dinastía gobernante, los Habsburgo.

    Habsburgo
     
    Escudo de armas de un Emperador Habsburgo

    En los siglos XIV y XV, los Habsburgo acumularon provincias en las proximidades del Ducado de Austria. En 1438, el duque Alberto V de Austria fue elegido sucesor de su suegro, el emperador Segismundo. Aunque Alberto solo reinó un año, a partir de entonces todos los emperadores del Sacro Imperio Romano fueron Habsburgo, con una sola excepción.

    Los Habsburgo acumularon territorios lejos de sus tierras hereditarias. En 1477, el archiduque Maximiliano, hijo único del emperador Federico III, se casó con la heredera de Borgoña y, por lo tanto, adquirió la mayor parte de los Países Bajos para la familia. Su hijo Felipe el Hermoso, casado con Juana la Loca, heredera de la Corona de Castilla y de Aragón, amplió las posesiones territoriales de los Habsburgo, sobre todo de los españoles. En 1526, a raíz de la batalla de Mohács, los gobernantes de Austria ampliaron sus territorios, con lo que la parte de Bohemia y de Hungría no ocupada por los otomanos quedó bajo su dominio. La expansión otomana en Hungría dio lugar a frecuentes conflictos entre los dos poderes, evidentes en la Guerra Larga de 1593 a 1606.

     
    Mapa étnico del Imperio Austrohúngaro en 1910

    En los siglos XVII y XVIII los Habsburgo sumaron enormes territorios ante la descomposición del poder otomano (1699 y 1718), y los repartos de la herencia hispana (1713-1714) y de Polonia (1772 y 1795). Los reinados de María Teresa I (1740-1780) y de su hijo José II (1765-1790) fueron un periodo de gran desarrollo social y político en la monarquía (abolición de la servidumbre, libertad de culto, abolición de la tortura, reformas administrativa y judicial, centralización administrativa…), dentro del espíritu del Despotismo Ilustrado.

    Leopoldo I (1657-1705): unificación final y liberación del Imperio otomano
     
    Leopoldo I, r. 1657-1705.

    El reinado de Leopoldo I estuvo marcado por el regreso a una sucesión de guerras. Incluso antes de que sucediera a su padre en 1657, estuvo involucrado en la Segunda Guerra del Norte (1655-1660), una venganza por la participación de Suecia en la Guerra de los Treinta Años, en la que Austria se alió con Polonia, derrotando a Transilvania, un protectorado otomano y aliado sueco.

    Al final de esa guerra, en 1660, los otomanos invadieron Nagyvárad en Transilvania, lo que marcaría el comienzo del declive de ese principado y el aumento de la influencia de los Habsburgo. En vano, los transilvanos pidieron ayuda a Viena, desconociendo los acuerdos secretos entre otomanos y los Habsburgo.

     
    La batalla de Viena, 1683.

    Afortunadamente para Austria, El Imperio otomano estaba ocupado en otros lugares durante la Guerra de los Treinta Años, cuando habría sido vulnerable al ataque en su flanco oriental. Hasta 1663 los otomanos no desarrollaron amenazas serias con respecto a Austria en lo que fue un evento desastroso para los primeros, siendo derrotados en la batalla de San Gotardo el año siguiente.

    Los términos, dictados por la necesidad de tratar con los franceses en el oeste, fueron tan desventajosos que enfurecieron a los húngaros que se rebelaron. Para empeorar las cosas, después de ejecutar a los líderes, Leopoldo intentó imponer una contrarreforma que provocó una guerra civil religiosa. Aunque hizo algunas concesiones en 1681. Por lo tanto, a principios de la década de 1680, Leopoldo se enfrentaba a la revuelta húngara, respaldada por los otomanos y alentada por los franceses en el flanco opuesto.

    Mientras tanto, Austria se involucraba en otra parte con la guerra franco-neerlandesa (1672-1678) que se concluyó con los tratados de Nimega (1678) dando a los franceses considerables oportunidades (reunions); de hecho, las acciones de los franceses, en ese momento también ya una gran potencia, distrajeron a Leopoldo después de su ventaja con los otomanos, las relaciones austro-otomanas se regían por la paz de Vasvár, que le concedería un alivio de unos veinte años. Sin embargo, las reuniones compraron una neutralidad francesa muy necesaria mientras Austria vigilaba el este.

    Los otomanos se volvieron en 1682 contra Austria en venganza contra los ataques de los Habsburgo, llegando a Viena en 1683, que demostró estar bien fortificada, y comenzaron a asediarla. Las fuerzas aliadas finalmente resultaron superiores y el levantamiento del sitio fue seguido por una serie de victorias en 1683, 1688 y 1697, resultando en el tratado de Karlowitz (1699), Belgrado cayó en 1688 (pero fue recapturada en 1690). Esto proporcionó la hegemonía austriaca sobre Hungría y propició la llegada de una gran cantidad de serbios al Imperio, quienes tendrían un gran impacto en las políticas durante los siglos posteriores.

    Con la frontera oriental entonces finalmente asegurada, Viena podría florecer (Vienna gloriosa) y expandirse más allá de sus límites tradicionales. En el este, Leopoldo estaba aprendiendo que había poco que ganar con las medidas severas, cuya política fue aceptada, y otorgó derechos a la Dieta húngara a través del Diploma Leopoldianum de 1691. Sin embargo, en el frente militar, esto simplemente liberó a Austria para participar. en otras guerras en Europa occidental. Austria se fue involucrando más en la competencia con Francia en Europa occidental, luchando contra los franceses en la guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697).

    En el frente doméstico, el reinado de Leopoldo estuvo marcado por la expulsión de los judíos de Viena en 1670, y el área pasó a llamarse Leopoldstadt. Mientras, en 1680, Leopoldo adoptó la llamada Pragmática, que volvió a regular la relación entre terratenientes y campesinos.[2]

    Las guerras napoleónicas fueron una dura prueba para la supervivencia de la monarquía, pero la victoria reforzó a los Habsburgo, que con su canciller Metternich se convirtieron en los garantes de la restauración (1815-1848). El surgimiento de los nacionalismos y las derrotas exteriores entre 1848 y 1866 llevaron a la reorganización de la monarquía, naciendo el Imperio austrohúngaro que ocuparía el último periodo de la monarquía de los Habsburgo (1867-1918). Periodo caracterizado por los problemas políticos entre las diversas nacionalidades, pero también por un gran desarrollo económico y social, y un mayor desarrollo aún en el ámbito de la cultura.

    Reforma
     
    Francisco I de Lorena (r. 1740-1765) con María Teresa I de Austria (r. 1740-1780).

    Si bien María Teresa y su consorte eran conservadores absolutistas barrocos, esto fue atenuado por un sentido pragmático e implementaron una serie de reformas ya atrasadas. Por lo tanto, esas reformas fueron respuestas pragmáticas a los desafíos que enfrentaban el archiducado y el imperio, no ideológicamente enmarcadas en la Era de la Ilustración como sería visto por su sucesor. De hecho, Christian Wolff, el arquitecto de la Ilustración alemana, aunque nació como súbdito de los Habsburgo, tuvo que irse debido al desaliento activo de tales ideales.

    La colisión con otras teorías de los estados nacionales y la modernidad obligó a Austria a realizar un delicado equilibrio entre aceptar las cambiantes circunstancias económicas y sociales y rechazar el cambio político que las acompañaba. La relativa incapacidad de lidiar con la modernidad produjo grandes cambios en el poder de los Habsburgo y en la cultura y sociedad austriacas. Uno de los primeros desafíos que enfrentaron María Teresa y sus asesores fue restaurar la legitimidad y la autoridad de la dinastía, aunque fue reemplazada lentamente por la necesidad de establecer las necesidades del Estado.

     
    María Teresa en 1762, por Jean-Étienne Liotard.

    María Teresa promulgó reformas financieras y educativas, con la asistencia de sus asesores, en particular el conde Friedrich Wilhelm von Haugwitz y Gerard van Swieten. Muchas reformas fueron en interés de la eficiencia. Sus reformas financieras mejoraron considerablemente las finanzas del estado e introdujeron notablemente los impuestos a la nobleza por vez primera, logrando un presupuesto equilibrado en 1775. A nivel administrativo, bajo Haugwitz, María Teresa centralizó la administración, antes dejada a la nobleza y a la iglesia, siguiendo los modelos prusianos con un servicio civil permanente. Haugwitz fue nombrado jefe del nuevo Directorium in publicis und cameralibus en 1749. En 1760 estaba ya claro que eso no estaba resolviendo los problemas de Austria y que era necesario realizar más reformas. La propuesta de Kaunitz de crear un cuerpo consultivo fue aceptada por María Teresa. Este Consejo de Estado (Staatsrat) se basaría en el Consejo de Estado francés, que creía que un monarca absolutista podía ser guiado por asesores de la Ilustración. El Consejo fue inaugurado en enero de 1761, integrado por Kaunitz, el canciller estatal (Staatskanzler), tres miembros de la alta nobleza (Staatsminister), incluido von Haugwitz como presidente (Erster Staatsminister), y tres caballeros (Staatsrat), que servían como comité de personas experimentadas que la aconsejaban. El consejo de Estado carecía de autoridad ejecutiva o legislativa. Esto marcó la ascendencia de Kaunitz sobre von Haugwitz. El Directorio fue abolido y sus funciones fueron absorbidas por las nuevas cancillerías austriacas y bohemias (Böhmisch-Österreichische Hofkanzlei) en 1761.[3]

    República de Austria
     
    Tropas alemanas entrando vitoreadas en Viena, el martes 15 de marzo de 1938

    En 1918, tras la derrota en la Gran Guerra y la desmembración del Imperio, se creó la República de la Austria alemana, modificada por los vencedores de la I Guerra Mundial y convirtiéndose en Austria (las provincias alpinas y germánicas), una república parlamentaria, que tuvo una vida caracterizada por la crisis económica, política y social.

    Tratado de paz
     
    El primer ministro austriaco, Karl Renner, se dirige a los representantes de la conferencia de paz tras conocer las condiciones del tratado de paz.

    Renner encabezó la delegación austriaca que firmó el tratado de paz el 10[4]​ de septiembre de 1919.[5]​ Resignado, el gabinete de coalición respaldó la ratificación del tratado de paz en el debate en las Cortes del 17 de octubre de 1919.[6]​ Una de las principales condiciones incluidas en el tratado, en el artículo 88, era la obligación de que el nuevo país permaneciese independiente —lo que descartaba la deseada unión con Alemania—, a menos que la Sociedad de Naciones consintiese en permitir la absorción o unión con otro.[7]​ Otra era el tamaño del Ejército, que quedaba limitado a treinta mil soldados;[8]​ al comienzo las nuevas fuerzas armadas quedaron dominadas por los socialistas, lo que disgustó a numerosos veteranos de guerra que se unieron a las formaciones paramilitares de derecha que estaban surgiendo en el país.[9]

    Aprobado el tratado, Renner presentó la dimisión, poniendo así fin al primer Consejo de Ministros de coalición entre los dos grandes partidos austriacos.[6][10]​ La desaparición de las repúblicas soviéticas de Baviera y Hungría animó a los círculos más conservadores de los socialcristianos a aprobar el fin de la alianza.[6]​ El aplastamiento de las repúblicas soviéticas húngara y bávara, el aumento del empleo industrial por la depreciación de la divisa y el abandono de las filas socialistas de muchos de los que habían apoyado al partido durante la revolución supusieron un debilitamiento de este.[11]​ El campesinado retomó su tradicional conservadurismo —que favorecía a los socialcristianos— y la burguesía urbana abandonó a los socialistas, tanto por sus declaraciones radicales como por la grave crisis económica, de la que no eran responsables pero de la que se les culpó por encabezar el Gobierno.[12]​ La derechización general en los Estados surgidos de la disolución del imperio, que comenzó en 1919 y se acentuó el año siguiente, fortaleció a los socialcristianos.[13]

    En 1934, el canciller Engelbert Dollfuss estableció una dictadura conservadora, que no pudo hacer frente al empuje anexionista de la Alemania nazi.

    Austria fue anexionada por el 12 de marzo de 1938 (mediante el denominado Anschluss) convirtiéndose en el Ostmark del Tercer Reich. Antes de la derrota final de la Alemania nazi, gran parte de Austria, incluida Viena, fue tomada por el Ejército soviético. La URSS y los Aliados la ocuparon al final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1955, año en que el país volvió a ser independiente a condición de que permaneciera neutral.[14]

    Tras el colapso del comunismo en la Europa del Este, Austria incrementó su participación en los asuntos europeos. En 1995 se convirtió en miembro de la Unión Europea y en 1999 adoptó el sistema monetario europeo.

    Albert Jäger (1855). Beiträge zur österreichischen Geschichte (en alemán). Biblioteca Estatal de Baviera: Druck und Verlag von Carl Gerold's Sohn. p. 8.  Geschichte Böhmens: von der slavischen Landnahme bis zur Gegenwart, Beck's historische Bibliothek, Seite 252, Jörg Konrad Hoensch, Ausgabe 3, Verlag C. H. Beck, 1997, ISBN 978-3-406-41694-1 Franz A. J. Szabo. Kaunitz and Enlightened Absolutism 1753-1780. Cambridge University Press, 1994. ISBN 0-521-46690-3, 9780521466905 McElroy, 1955, p. 3. Coyle, 1929, p. 609. a b c Von Klemperer, 1972, p. 130. Bennett, 1962, p. 41. McElroy, 1955, p. 13. Pauley, 1979, p. 276. Macartney, 1929, p. 293. Macartney, 1929, p. 292-293. Kleinfeld, 1961, p. 7-8. Kleinfeld, 1961, p. 8. «Independencia y neutralización de Austria». 
    Leer menos

Libro de frases

Hola
Hallo
Mundo
Welt
Hola Mundo
Hallo Welt
Gracias
Vielen Dank
Adiós
Auf Wiedersehen
Ja
No
Nein
¿Cómo estás?
Wie geht es dir?
Bien, gracias
Gut, Danke
¿Cuánto cuesta?
Wie viel kostet das?
Cero
Null
Una
Einer

¿Dónde puedes dormir cerca? Austria ?

Booking.com
489.987 visitas en total, 9.198 Puntos de interés, 404 Destinos, 36 visitas hoy.