Sant Pere de Casserres (les Masies de Roda)
( Monasterio de San Pedro de Caserras )El monasterio de San Pedro de Caserras[2] (en catalán: monestir de Sant Pere de Casserres) es un antiguo monasterio benedictino en el término municipal de Masías de Roda, en la comarca catalana de Osona (España). Se encuentra situado en la parte interior de un meandro muy pronunciado del río Ter, actualmente medio rodeado por el embalse de Sau.
El conjunto monacal que se hallaba casi en ruina se rehabilitó y se abrió al público en los últimos años del siglo XX. La restauración fue especialmente acentuada en el claustro y sus dependencias. Esta restauración se hizo siguiendo los criterios de anastilosis, es decir, recuperando columnas desplomadas y reorganizándolas en distintos puntos con la ayuda de elementos dispersos y partes rotas. Durante las obras pudieron reconocerse los mechinales empleados en origen para el apoyo de las vigas. El aspecto actual del cla...Leer más
El monasterio de San Pedro de Caserras[2] (en catalán: monestir de Sant Pere de Casserres) es un antiguo monasterio benedictino en el término municipal de Masías de Roda, en la comarca catalana de Osona (España). Se encuentra situado en la parte interior de un meandro muy pronunciado del río Ter, actualmente medio rodeado por el embalse de Sau.
El conjunto monacal que se hallaba casi en ruina se rehabilitó y se abrió al público en los últimos años del siglo XX. La restauración fue especialmente acentuada en el claustro y sus dependencias. Esta restauración se hizo siguiendo los criterios de anastilosis, es decir, recuperando columnas desplomadas y reorganizándolas en distintos puntos con la ayuda de elementos dispersos y partes rotas. Durante las obras pudieron reconocerse los mechinales empleados en origen para el apoyo de las vigas. El aspecto actual del claustro se debe a dicha restauración.[3]
Consta que en el año 1006, la vizcondesa Ermetruit de Osona-Cardona, junto con su nuera Engúncia, recaudaban dinero para la fundación del monasterio que querían convertir en el cenobio familiar. Finalmente fue Engúncia de Osona-Cardona quien pudo ver la consagración de la abadía en el año 1053, aunque ya estaba instalada una comunidad benedictina desde unos años antes. Fue lugar de enterramiento de este linaje y de otras familias nobles de la comarca, principales benefactores de la comunidad. Fue también lugar de retiro para algunas mujeres solas que venían a morir a San Pedro. Dejaban en herencia sus bienes a cambio de estar acompañadas en el momento de su fallecimiento.
En el año 1079, los vizcondes de Cardona unieron el monasterio a la abadía benedictina de Cluny, pasando a ser el centro administrativo de las posesiones de este monasterio en Cataluña, entre ellas el monasterio de San Ponce de Corbera. Las malas relaciones con el obispado de Vich, los terremotos y la despoblación hicieron que entrara en decadencia.
Su prior Pere de Mataró estuvo preso en el palacio episcopal de Vich mientras un grupo de hombres saqueaban el monasterio. A partir de entonces comenzó a tener priores comendatarios. El primero de ellos fue Pero de Luna, futuro papa de Aviñón y de Peñíscola, Benedicto XIII en 1376.
En 1573, Felipe II de España, ante la muerte de su último prior, lo unió al colegio de jesuitas de Belén de Barcelona, hasta que Carlos III en 1767 decretó la expulsión de la Compañía de Jesús. A partir de entonces, el cenobio quedó en manos de particulares hasta el año 1991 cuando el Consejo Comarcal de Osona adquirió el edificio. Entre 1994 y 1998 el Consell Comarcal junto con la Generalidad de Cataluña realizaron una reforma completa, respetando la estructura y el sistema de construcción original.
Fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1931.
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