Imperio almohade

Los almohades (en lengua árabe: الموَحدون, al-muwaḥḥidun) «los que reconocen la unidad de Dios», o Banu ‘Abd al-Mu'min[3]​ (en árabe: بنو عبد المؤمن) fueron una dinastía bereber [4]​ que dominó el norte de África y el sur de la península ibérica desde 1147 a 1269.

Los almohades surgieron en el actual Marruecos en el siglo XII. Muhámmad ibn Túmart fundó un movimiento religioso con el apoyo de un grupo de tribus bereberes del Alto Atlas de Marruecos[5][6]​ (principalmente masmuda), organizando el derrocamiento de los almorávides, de origen cenhegí. Posteriormente, Abd al-Mumin y su familia, bereberes cenetes, tomaron el control y eliminaron a los ziríes y hammadíes del Magreb central y oriental. Los almohades fueron derrocados por las dinastías bereberes de los meriníes, los ziyánidas y los háfsidas del Magreb.

Su historia se compone de tres fases principales: una de expansión (1117-1163) que duró hasta la muerte del primer califa; otra de apogeo (1163-1199); y una tercera de decadencia (1199-1268) hasta su desaparición, primero en al-Ándalus (1229) y luego en el Magreb (1268).[7]

Después de dominar el norte de África, enfrentando a la confederación de tribus bereberes de los masmuda con los lamtunas almorávides, desembarcaron desde 1145 en la península ibérica y trataron de unificar las taifas utilizando como elemento de propaganda la resistencia frente a los cristianos y la defensa de la pureza islámica. Por eso su yihad se dirigió por igual contra cristianos y musulmanes. En poco más de treinta años, los almohades lograron forjar un poderoso imperio que se extendía desde Santarém, en el actual Portugal, hasta Trípoli en la actual Libia, incluyendo todo el norte de África y la mitad sur de la península ibérica, y consiguieron parar el avance cristiano cuando derrotaron a las tropas castellanas en 1195 en la batalla de Alarcos.

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