Fundació Joan Miró

( Fundación Joan Miró )

La Fundación Joan Miró[1]​ es una institución cultural de Barcelona (España) que custodia algunas de las obras más representativas del pintor catalán Joan Miró. Contiene más de 104.000 piezas entre pinturas, esculturas y tapices. En cuanto a los dibujos, hay que destacar que la Fundación conserva la práctica totalidad de dibujos preparatorios de Joan Miró, con más de 8.000 referencias, un material básico para entender la obra de Miró.[2]

La Fundación Joan Miró fue la primera institución artística de Barcelona ideada a partir del trabajo conjunto entre un artista y un arquitecto, Joan Miró y Josep Lluís Sert. El equipamiento resultante fue, durante muchos años, paradigma de la modernidad y la independencia artística, ubicado en un edificio de estilo racionalista con rasgos mediterráneos, integrado en el paisaje ...Leer más

La Fundación Joan Miró[1]​ es una institución cultural de Barcelona (España) que custodia algunas de las obras más representativas del pintor catalán Joan Miró. Contiene más de 104.000 piezas entre pinturas, esculturas y tapices. En cuanto a los dibujos, hay que destacar que la Fundación conserva la práctica totalidad de dibujos preparatorios de Joan Miró, con más de 8.000 referencias, un material básico para entender la obra de Miró.[2]

La Fundación Joan Miró fue la primera institución artística de Barcelona ideada a partir del trabajo conjunto entre un artista y un arquitecto, Joan Miró y Josep Lluís Sert. El equipamiento resultante fue, durante muchos años, paradigma de la modernidad y la independencia artística, ubicado en un edificio de estilo racionalista con rasgos mediterráneos, integrado en el paisaje de Montjuïc. La colección que se muestra está integrada principalmente por una donación inicial del artista y por posteriores donaciones y depósitos de su mujer Pilar Juncosa, de Joan Prats, de diferentes miembros de la familia Miró, de Kazumasa Katsuta y otros colecciones públicas y privadas, convirtiéndola en una de las más completas colecciones de obra de Joan Miró.[3]​ Desde el 2 de enero de 2018 su director es Marko Daniel.[4]

Contexto histórico

El contexto de este proyecto está determinado por una iniciativa personal de Joan Miró y su núcleo de amigos íntimos y es anterior a las políticas culturales de construcción y propaganda pública que se establecen en España desde 1982.[1]

Entre 1968 y 1972 el mercado del arte en España tuvo un fuerte crecimiento, parcialmente debido a la reactivación de la economía española gracias a la entrada de capital extranjero a través del turismo. En este periodo se fundaron el Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca en 1966 con la colección de Fernando Zóbel, el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid en 1968, el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza en 1969, el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla en 1972 (actual CAAC) y el Museo de Villafamés.[1]

Joan Miró no se fijó en el panorama estatal, sino que tomó como referencia instituciones europeas como la Fundación Maeght y el Museo Luisiana de Arte Moderno, en Humlebæk, al norte de la isla de Sjælland, en Dinamarca, creado el 1958 por Knud W. Jensen como un museo pionero a la hora de acercar el arte contemporáneo al gran público. En cuanto al apoyo al arte joven, Miró se fijó en el Institute of Contemporary Arts (ICA) de Londres, que conocía bien gracias a su amistad con Roland Penrose, uno de los fundadores. Este espacio funcionaba como un centro de arte de espectro amplio desde su fundación, impulsada en 1948 por la sociedad civil y miembros del sector cultural británico.[1]

La concepción de la futura institución coincidió con el reconocimiento por parte de las generaciones de artistas jóvenes y de la población catalana en general del magisterio de Miró como máximo exponente de un arte comprometido y de vanguardia. La primera antología de su obra se presentó en 1968 en la Capilla del Antiguo Hospital de la Santa Cruz de Barcelona y tuvo un éxito enorme. El año siguiente se presentó Miró, l'altre en el Colegio de Arquitectos de Cataluña, donde el artista pintó los cristales del edificio y luego destruyó su propia obra con disolvente. Fue una de las primeras afirmaciones de la naturaleza efímera en las prácticas artísticas del país, además de una crítica implícita a la ignorancia del régimen, y así fue aplaudida por los artistas que empezaban a forjar los nuevos comportamientos de la generación conceptual. El evento que cristalizó estas fuerzas creativas emergentes fue la Primera Muestra de Arte de Granollers, que tuvo lugar en 1971.

Construcción del centro

Este contexto de sociedad civil y de búsqueda de articulación a través de una genealogía recuperada da las claves para comprender el proyecto de la Fundación Joan Miró como el de una institución de la Cataluña de la República. El arquitecto Josep Lluís Sert, aunque por culpa de su inhabilitación por parte de Franco no pudo firmar en un principio su propio edificio, regaló el proyecto y la dirección de obra. El Ayuntamiento de Barcelona ofreció un palacio en la calle Montcada, donde desde 1963 estaba el Museo Picasso, pero Sert insistió en que tenía que ser un edificio singular de nueva planta. La Fundación era un centro de arte contemporáneo, no un museo, y su contenedor debía responder a este programa, y no a una adaptación. El Ayuntamiento proporcionó el terreno de Montjuïc y en ello radicó parte de su acierto social. Tal y como explicó el sociólogo Salvador Giner, el edificio se levantó en un lugar que, situado «al lado de donde fusilaban republicanos, los burdeles, del proletariado, de las fábricas, responde a la tendencia de una sociedad civil moderna y de un artista al que la sociedad catalana laica y progresista hace un monumento adecuado. [...] La Fundación Joan Miró responde al impulso de una burguesía media alta, liberal, culta y profesional. Su perfil sociológico la hace intelectualmente emprendedora, formada por personas no ligadas a la burguesía catalana de antes.»[2]

Este hecho es fundamental para entender cómo la Fundación se convirtió desde el primer momento en un foco generador de cultura contemporánea dentro de su plataforma local como Centro de Estudios de Arte Contemporáneo, una entidad sin ánimo de lucro en la que el magisterio de la figura de Joan Miró debía dar razón de ser a una experimentación cultural sin precedentes.

Josep Lluís Sert diseñó y proyectó el edificio y el Ayuntamiento de Barcelona en cedió los terrenos y ayudó a sufragar parte del coste de construcción. El primer patronato se creó en 1971.[3]

Inauguración  La fuente de mercurio, de Calder

El edificio abrió sus puertas al público el 10 de junio de 1975, y esta es la fecha que se toma como referencia, por ejemplo, en la celebración del 40 aniversario, si bien la inauguración oficial fue el 18 de junio de 1976. Una de las obras de la colección permanente procedía del Pabellón de la República Española de la Exposición Internacional de París de 1937: la fuente de mercurio de Alexander Calder. Desde este punto de vista, no es de extrañar el hecho de que, al inaugurar la primera exposición temporal, Arte Tántrico. Colección del Museo de Nueva Delhi, el 20 de noviembre de 1975, y habiéndose ya difundido la noticia de la muerte del dictador Francisco Franco, el primer director de la Fundación, Francesc Vicens, anunciara a los inquietos periodistas que los actos de inauguración continuarían según estaba previsto con un escueto: "Esto no afecta". No había motivo para interrumpir el curso normal de la institución, ya que había nacido como una institución de la Cataluña de la República, en continuidad directa con el espíritu que animaba la vida cultural, social y política catalana anterior a la Guerra Civil.[1]

El primer presidente fue Joaquim Gomis, gran amigo personal del pintor. Fue el mismo Miró quien eligió los miembros del primer patronato, con Maria Lluïsa Borràs como secretaria general (1971-1975). En la actualidad, varias administraciones públicas también forman parte.[4]

Su apertura provocó un cambio el concepto mismo de museo en la sociedad Barcelonesa, ya que planteaba una nueva forma de relacionarse con el arte y con las obras. Hasta el momento los museos se entendían como un lugar más adecuado por el coleccionismo y el conocimiento especialista que no como un lugar de descubrimiento y promoción de nuevos talentos. Gracias a las donaciones del artista y en las de particulares, la fundación se convirtió en una destacada muestra de las obras del pintor.[4]

Con los años se han ido realizando exposiciones temporales tanto de artistas de renombre del siglo XX como Alexander Calder, Chillida, Magritte, Rothko, Tàpies o Saura, entre muchos otros, como propuestas más arriesgadas - Greenaway, Pipilotti Rist - siempre dedicando una especial atención a los creadores más jóvenes, que tienen en el Espai 13 su espacio expositivo. También se ha potenciado el estudio y la difusión de la figura y de la obra del mismo Joan Miró.[5]

Ampliaciones y centenario  25 aniversario de la Fundació

Debido al crecimiento de las actividades del centro, en 1986 comenzó una ampliación de la Fundación con las salas este y oeste, inauguradas en 1988. Se hizo para no tener que desmontar la colección permanente cada vez que se organizaba una de temporal. Esta ampliación fue dirigida por Jaume Freixa -discípulo de Sert, con quien había trabajado durante muchos años en Harvard (Massachusetts) - quien usó un estilo continuista con el proyecto inicial. La remodelación inició en mayo de 1986 y finalizó en enero de 1988, creando 2.850 m² de obra nueva y rehabilitando otros 3.150 m². El objetivo era crear espacios nuevos integrados con los existentes, que permitieran la realización de exposiciones temporales independientes de la visita a la colección permanente. También se aprovechó para crear un restaurante y ampliar la zona de gestión y de reservas.

En 1993 se celebró el centenario del nacimiento de Miró. Se organizaron exposiciones en todo el territorio catalán, así como se recuperaron lugares relacionados con el artista y se hizo una gran exposición conmemorativa en la Fundación, que comenzaba con La masía y finalizaba con el tríptico de la esperanza del condenado a muerte. El centenario ayudó a cambiar la percepción que el gran público tenía sobre la obra de Miró.

Posteriormente se hizo otra ampliación para acomodar nuevos servicios y donaciones, como la de la sala donde se podían ver 23 obras propiedad de Kazumasa Katsuta, quien llegó a un acuerdo de cesión en depósito con la Fundación en 2001. Katsuta es uno de los grandes coleccionistas de Miró.[6]​ En octubre de 2011 le fue concedido el título de Ciudadano Honorario de Barcelona, como reconocimiento a su colaboración con la Fundación.

Actualidad  Presentación a medios de comunicación de la nueva disposición de salas, en 2016

En junio de 2015 comenzaron los actos de celebración de su cuarenta aniversario. Como culminación de la celebración, en abril de 2016 presentó una actualización de su exposición permanente, con el objetivo de ofrecer una aproximación poliédrica al artista. Se incorporaron a la colección nuevos depósitos de obra procedentes principalmente de la familia Miró, y la integración de la colección Kazumasa Katsuta, hasta entonces alojada en una sala específica. Este gesto permitió reunir otros conjuntos de obras que se pueden volver a exponer juntas, como Cabello perseguido por dos planetas (1968) y Gota de agua sobre la nieve rosa (1968) o Mujer, pájaro I, II, III, (1972-1973), entre otros. También se recuperaron algunas piezas clave de los fondos de la Fundación, como los trípticos Pintura sobre fondo blanco para la celda de un solitario (1968) y la esperanza del condenado a muerte (1974), o la Serie Barcelona, entre otras novedades. El diseño de la nueva exposición permanente fue a cargo de Guri Casajuana Arquitectos y la operación, con un presupuesto de 900.000 euros, supuso también obras de actualización y mejora de las instalaciones para el acondicionamiento de espacios. También se recuperó la circulación diseñada inicialmente por Sert, establecida en torno a un patio central que permite al visitante no tener que duplicar recorridos y mantener un contacto permanente con la naturaleza y la ciudad, visible a través de los ventanales. Gran parte de estas aperturas se han recuperado con la nueva presentación.[7]

a b c d Segade, Manuel. (2014). Haver fet un lloc on els artistes tinguin dret a equivocar-se : Històries de l'Espai 10 i l'Espai 13 de la Fundació Joan Miró = Haber hecho un lugar donde los artistas tengan derecho a equivocarse : historias del Espai 10 y el Espai 13 de la Fundació Joan Miró = A place where artists have the right to fail : stories of Espai 10 and Espai 13 at the Fundació Joan Miró. Fundació Joan Miró. ISBN 978-84-941239-8-6. OCLC 879867045. Consultado el 13 de julio de 2020.  Fundació Joan Miró. 25 years = 25 anys. Barcelona: Fundació Joan Miró, 2001, p. 155. Escudero, Carme; Victòria Izquierdo. Obra de Joan Miró.Fundació Joan Miró.. Barcelona: Ediciones Polígrafa, 1988. DL : B.336-1988. a b Sert, Josep Lluís. (2010). Fundació Joan Miró. Polígrafa. ISBN 978-84-343-1237-1. OCLC 659712618. Consultado el 13 de julio de 2020.  Malet, Rosa Maria. La Fundació Joan Miró i les seves col·leccions. Barcelona: Polígrafa, 1993. ISBN D.L. B-1804-1990. Bosco, Roberta (15 de junio de 2005). «Kazumasa Katsuta amplía su depósito en la Fundación Miró con un paisaje de 1927». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 13 de julio de 2020.  Montañés, José Ángel (8 de abril de 2016). «Miró, como nunca se había visto». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 13 de julio de 2020. 
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