Butrinti

( Butrinto )

Butrinto o Butroto (albanés Butrint o Butrinti, griego Βουθρωτόν, latín Buthrotum, italiano Butrinto) fue una antigua ciudad situada en el sur de Albania, cerca de la ciudad de Sarandë y de la turística isla griega de Corfú.

Habitada desde tiempos prehistóricos, Butrinto ha sido una colonia griega, una ciudad romana y un obispado. Tras un periodo de prosperidad bajo administración bizantina y una breve ocupación por los venecianos, la ciudad fue abandonada al final de la Edad Media después de que el área en el que se ubicaba la ciudad se volviese pantanosa e insalubre debido a la malaria. El actual sitio arqueológico recoge ruinas que abarcan todo ese extenso periodo histórico. Desde que fuera redescubierta en 1928 se ha excavado y desenterrado aproximadamente una quinta parte de la ciudad.

A pesar del mucho trabajo que queda por realizar e...Leer más

Butrinto o Butroto (albanés Butrint o Butrinti, griego Βουθρωτόν, latín Buthrotum, italiano Butrinto) fue una antigua ciudad situada en el sur de Albania, cerca de la ciudad de Sarandë y de la turística isla griega de Corfú.

Habitada desde tiempos prehistóricos, Butrinto ha sido una colonia griega, una ciudad romana y un obispado. Tras un periodo de prosperidad bajo administración bizantina y una breve ocupación por los venecianos, la ciudad fue abandonada al final de la Edad Media después de que el área en el que se ubicaba la ciudad se volviese pantanosa e insalubre debido a la malaria. El actual sitio arqueológico recoge ruinas que abarcan todo ese extenso periodo histórico. Desde que fuera redescubierta en 1928 se ha excavado y desenterrado aproximadamente una quinta parte de la ciudad.

A pesar del mucho trabajo que queda por realizar en el sitio, Butrinto se considera ya como uno de los conjuntos monumentales y arqueológicos más importantes de Albania y pasa por ser uno de los reclamos turísticos más importantes del país. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1992.

El entorno del sitio arqueológico está declarado como parque natural de Butrinto por su riqueza ecológica y cultural. En 1999 el territorio del parque fue incluido también como Patrimonio de la Humanidad como una extensión del sitio original.

Las primeras evidencias arqueológicas de ocupación sedentaria del solar de Butrinto se remontan a una época entre los siglos siglo VIII a. C. y siglo X a. C. Butrinto nació como una población ligada a la vecina colonia griega de Corcyra (Corfú), fundada hacia la misma época en la isla situada frente a ella. Los restos arqueológicos más antiguos de la ciudad se remontan al siglo VIII a. C. En su origen Butrinto sería un asentamiento rural dedicado al abastecimiento de comida a Corfú. Desde el siglo VI a. C. Butrinto posee una fortificación y para el siglo IV a. C. ha crecido en importancia, posee un teatro, un santuario dedicado a Esculapio y un ágora.

La población original de Butrinto estaba formada por epirotas. Existe cierta controversia sobre si originalmente los epirotas eran un pueblo de estirpe iliria (posiblemente emparentados con los modernos albaneses) o si eran un pueblo relacionado con los griegos. Esta controversia es alimentada en el presente por las disputas nacionales entre albaneses y griegos, ya que la antigua región del Epiro está actualmente dividida entre estas dos naciones. En cualquier caso, por su cercanía a Grecia y por la instalación de colonias griegas en la región (como en el caso de Corfú), con el paso de los siglos el Epiro fue asimilado culturalmente de forma parcial por Grecia, tal y como ocurrió con Macedonia. Butrinto no fue ajeno a este proceso y podría considerársele una ciudad greco-epirota, culturalmente mestiza.

En el siglo IV a. C. Butrinto era la principal ciudad en el territorio de la tribu de los caones, una de las tres grandes tribus en las que se dividían los epirotas en la antigüedad. Por aquel entonces era la ciudad líder de dicha confederación tribal. Posteriormente formó parte del Reino de Epiro y durante el reinado de Alejandro de Epiro (350-331 a. C.), quien estableció su capital en Butrinto.

Tras declinar el reino epirota, en el año 228 a. C. Butrinto se convirtió en protectorado romano, junto con la vecina isla de Corfú. El dominio romano aumentó a partir del 167 a. C. cuando la ciudad fue anexionada definitivamente a Roma. Durante el siglo siguiente Butrinto pasó a formar parte de la provincia romana de Ilírico. En el año 49 a. C. Julio César visitó la ciudad durante su campaña contra Pompeyo y posteriormente la designó como colonia para los soldados veteranos que vencerían a los pompeyanos en la Batalla de Farsalia. El escritor romano Tito Pomponio Ático se había construido una exquisita villa llamada Villa Amaltea en las cercanías de Butrinto. Gracias a la intercesión de Tito Pomponio frente a su amigo Cicerón, este logró frenar en el Senado los planes de Julio César de convertir Butrinto en una colonia militar. Finalmente se establecieron en la ciudad solo unos pocos veteranos.

En el año 31 a. C., el emperador Octavio Augusto restableció el viejo plan de Julio César para convertir Butrinto en una colonia de veteranos. Llegaron a la ciudad nuevos residentes, en su mayoría veteranos de la Batalla de Actium en la que Octavio Augusto había vencido a sus rivales Marco Antonio y Cleopatra. La ciudad se expandió y surgieron nuevas construcciones como un acueducto, baños romanos, un foro y un ninfeo. Las murallas de la Butrinto clásica cercaban una superficie de 16 hectáreas.

En el siglo III, un terremoto destruyó gran parte de ciudad, arrasando los edificios de los suburbios en la llanura de Vrina y los del foro del centro de la ciudad. Excavaciones han revelado que la ciudad ya estaba por aquel entonces en decadencia y se estaba convirtiendo en un centro manufacturero. Sin embargo, el asentamiento sobrevivió durante la Antigüedad Tardía, convirtiéndose en uno de los puertos principales de la provincia del Antiguo Epiro. La ciudad de la antigüedad tardía incluye el gran Palacio de Triconch, la casa de un notable local que fue construida hacia el 425.

La división del Imperio dejó a Butrinto en el Imperio romano de Oriente. A comienzos del siglo VI, Butrinto vivió una nueva edad de oro al convertirse en sede episcopal. Se realizaron nuevas construcciones, como un gran baptisterio, uno de los mayores baptisterios paleocristianos y una basílica. El emperador Justiniano reforzó las murallas de la ciudad. Eso no evitó, sin embargo, que en el año 550 los ostrogodos del rey Totila saquearan la ciudad. Las excavaciones arqueológicas muestran que la ciudad importaba bienes de lujo, vino y aceite del Mediterráneo Oriental; y que este comercio continuó hasta los primeros años del siglo VII, cuando el Imperio bizantino perdió el control sobre la zona.

Durante los siglos VI y VII, siguiendo un patrón común a otras ciudades de los Balcanes, Butrinto disminuyó de tamaño y se convirtió en poco más que un pequeño puesto fortificado. Las incursiones de tribus eslavas y búlgaras en los siglos siguientes dejaron la ciudad momentáneamente bajo su poder. En el siglo IX, el Imperio bizantino recuperó el control de Butrinto. Los normandos del sur de Italia trataron repetidamente de hacerse con el control de la ciudadela a lo largo del siglo XI. En 1204 el Imperio Bizantino sucumbió ante la Cuarta Cruzada y Butrinto pasó a ser controlado por uno de los estados sucesores, el Despotado de Epiro.

En los siglos siguientes fue motivo de disputas entre bizantinos, los angevinos del Sur de Italia y los venecianos, cambiando la ciudad de manos en numerosas ocasiones. En el año 1267 Carlos de Anjou tomó control sobre Butrinto y Corfú renovando las murallas y la basílica. La República de Venecia compró la zona a los angevinos en 1386, sin embargo los venecianos estaban más interesados en Corfú, de tal manera que Butrinto fue dejada de lado y siguió su decadencia que pasó a ser definitiva. En 1490 los venecianos construyeron una torre y un pequeño fuerte, últimas construcciones de cierta relevancia en Butrinto, para proteger uno de los flancos del estrecho de Corfú y permitir la navegación de sus barcos. Sin embargo, al margen de aquel fuerte, la zona de Butrinto había quedado prácticamente deshabitada. El carácter pantanoso de la zona y la malaria mantuvieron alejada a la población de la zona en los siglos posteriores.

Los venecianos mantuvieron el control del Castillo de Butrinto de forma intermitente hasta 1797, ya que durante ciertos períodos este estuvo en poder del Imperio otomano, que desde hace siglos controlaba la región circundante del Epiro.

En 1797 Butrinto pasó a control de Francia, cuando Venecia la cedió a Napoleón Bonaparte como parte del Tratado de Campo Formio. En 1799, el gobernador otomano local, Ali Pasha Tepelena lo conquistó de nuevo y construyó una pequeña fortificación de la que se conservan algunas ruinas. En 1912 Butrinto pasó a formar parte de Albania tras independizarse este país del Imperio Otomano.

En 1928 el arqueólogo italiano Luigi Maria Ugolini redescubrió las ruinas de Butrinto. En 1959, con motivo de una visita del premier soviético Nikita Jrushchov a Albania, el gobierno albanés construyó una carretera para acceder al sitio arqueológico de Butrinto. Se cuenta que Jrushchov sugirió a Hoxha que debería convertir la zona en una base submarina.

En 1992 la Unesco declaró a las Ruinas de la ciudad y su área circundante Patrimonio de la Humanidad.

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